―Buenos días… ―El doctor saludó animadamente al entrar en la habitación de Eir. ―¿Cómo están todos por acá? ―Un poco mimada. ―Respondió Eir riendo. ―Tengo dos amigos realmente locos, ¿Puede usted creerlo? ―¿Yo loco? ¡Jamás! ―Apolo la miró con reproche. ―Solo estoy cuidando de mi amiga y mi sobrino, ¿Qué de malo tiene eso? ―Y se hace el héroe. ―Jessi rodó los ojos. ―Dígame doctor, ¿Cómo están Eir y el bebé? ―El hombre sin perder la sonrisa, se acercó un poco más. ―Ya ha pasado una semana y los dos están bien, por lo que hoy podrán irse a casa. ―Jessi respiró con alivio, entre los turnos en el restaurante y cuidar de Eir ya no tenía vida y la preocupación era su pan de cada día. ―Así podré cuidar de ella mejor. ―Sonrió tomándole la mano a su amigo. ―¿Lo escuchaste, esposa? ¡Nos vamos a casa! ―Apolo sonrió, la amistad de esas dos es igual a la que él tiene con Vidar. ―Qué alivio. ―Eir se sentó. ―Ya no quería estar aquí, aunque es un hospital público los gastos son bastante. ―Por e
―¿Cómo sabes eso? ―Lo miró con más desconfianza. ―Quizás tú no me hayas visto, pero yo he venido todos los días a verte y me he quedado algunas horas por ahí. ―Sonrió. ―¿Tú en un hospital como este? ―Eir enarcó una ceja. ―Sí, no te cambié porque sé que no lo aceptarías. ―Dejando salir el aire por la boca la miró a los ojos. ―Estoy arrepentido por todo lo que te hice, yo realmente quiero recuperarte, hija. ―Acarició su cabello. ―Me he dado cuenta de que solo me tienes a mí y no quiero que estés ya más sola, debo protegerte. ―Eir lo pensó, él fue tan cruel con ella, pero recordar la verdad que Apolo le dijo sobre su madre la llevó a aceptar, si ella fortalece la relación con su padre, puede convencerlo para que abra la investigación. ―Bien, pero si esto es un truco tuyo juro que no te perdonaré jamás. ―Dark sonrió, él lo ha logrado, ahora la tendrá en sus manos y podrá hacer con ella lo que quiera y lo mejor es que ese miserable no se le acercará más.―Por supuesto que no hay malas i
―E… ―La garganta le dolió al grado de cortarle las palabras, pero no se rindió. ―Eir… ―Susurró el nombre de la última persona que vio antes de perder la conciencia, él preguntó por esa mujer a la que deseaba proteger, pero que por algún motivo siente que no llegó a hacerlo. ―Estoy aquí. ―Ariana no dudó en intervenir, el doctor ha quedado descolocado por el nombre que él ha dicho y no es para menos, todos han ido a visitarlo y nadie ha sido con ese nombre. ―Amor, mío. ―Empezó a llorar, ella pensó que él viviría en coma o en estado vegetal, pero lo que más le duele es que llamara a esa estúpid4 mujer. ―Finalmente despertaste. ―Vidar miró a la mujer preocupada y lo recordó todo, ella es su prometida y también lleva a su hijo en su vientre. ―¿Nuestro hijo? ―La miró. ―¿Cómo está nuestro bebé? ―Ariana tembló por completo, pero tomando la decisión de seguir con su mentira, sonrió entre lágrimas.―Tranquilo, mi amor, todo está bien. ―Lo miró sollozando. ―Nuestro hijo está muy bien, es fuert
―Aquí estás, en soledad y comiendo con el resto de las ratas asquerosas. ―Eir miró a la mujer sorprendida. ―Oh, cierto, no te lo han dicho… la esposa de tu padre es mi tía. ―Sonrió disfrutando el desconcierto en ella. ―¿Qué haces aquí? ―Quiso saber Eir. ―Al contrario de ti, soy bienvenida y bien recibida siempre que quiera, pero tienes razón. ―Acercándose a ella, tiró el plato al piso con maldad. ―Tienes que ir al hospital y dejarle en claro a Vidar que tú no lo amas. ―Eir frunció el ceño. ―No pienso hacer eso. ―Se negó, ella le hizo una promesa, ella estaría ahí sin importar nada. ―¿Cómo puedes ser tan egoísta después de todo lo que lo hiciste vivir? ―La mirada juzgadora de la mujer dolió en su corazón. ―Tú por poco lo matas al rechazarlo, le diste la espalda cuando él más te necesitaba y con todo eso él te aceptó en su empresa para que no te murieras de hambre. ―La culpa fue incrementando en ella. ―¿Por qué no puedes hacer una sola cosa buena por él? ¡Se lo merece después de ser
Como todos los días, Savanna se puso lo más hermosa que pudo para ir a visitar a Vidar, ella no ha dejado de ir a verlo y acercarse más a él, que no muriera fue la oportunidad perfecta para estar más y más cerca uno del otro.Ariana, por otra parte, no le gustaba para nada que su supuesta tía estuviera entrometiéndose en todo, ella no dejaba de estar ahí de metida y lo cercana que se estaba volviendo de Vidar ya la estaba preocupando, a él no parecía molestarle su presencia.―Savanna, querida. ―Kora saludó a la mujer con una sonrisa. ―Gracias por venir, prometo que no tardaré nada, a mi caprichoso hijo se le ha antojado el caldo que le preparo siempre que está mal y debo ir a prepararlo.―No te preocupes por eso, Kora. ―Savanna la calmó. ―Sabes que a pesar de todo lo que pasa entre ustedes y mi marido, yo me mantengo al margen, además es el prometido de mi sobrina, por supuesto es de mi familia. ―Kora estaba realmente agradecida con la chica, pues a pesar de todo lo que ha pasado con
―Hola, cariño. ―Se puso en pie. ―Te estaba esperando para ir por un café y traerle algo delicioso a Vidar, ¿Me acompañas? ―Ariana lo miró y al verlo asentir lo aceptó, ¿Ahora que tiene que decirle ella?―¿Qué sucede? ―Ariana se puso seria una vez estuvieron solas.―Ya tengo una forma y una excusa para acercarme a él. ―La miró a los ojos con superioridad. ―Ya no tienes ni un valor o utilidad para mí, me he acercado a él por mis propios medios. ―Ariana dejó de respirar. ―Quiero que hagas lo mismo que le hizo la mosquita muerta. ―La tomó del mentón para que la mirara a los ojos. ―Entrarás ahí en cuanto sea conveniente, claro. ―Sonrió. ―Le dirás que no puedes estar con un enfermo, que te sacarás al bebé porque no piensas tener el hijo de un perdedor, le gritarás que te da asco y que solo habías aceptado estar con él porque era guapo y poderoso, pero que ahora en esa cama no es más que una carga y no te preocupes, tomarás lo mismo que le diste a Eir, así que él no percibirá nada de ti. ―Apr
Por alguna razón esa petición alteró su corazón, ¿Por qué se siente él así cuando la ha estado odiand0 todo ese tiempo? ¿Por qué su corazón insiste en ablandarse cuando ella lo mira, habla o sonríe? ―¿De qué quieres hablar? ―Preguntó con cautela. ―Debes saber que solo te ayudo porque tienes mi sangre y me recuerdas a mi amada, nada más. ―Eir sonrió, ya sus palabras no pueden lastimarla más y ahora ya no le suenan convincentes.. ―Es de algo que nos dolerá recordar. ―Le fue sincera. ―Pero de lo que hemos estado huyendo y alimentándonos para hacer daño a otros. ―Dark frunció más el ceño. ―De la muerte de mi madre… por favor. ―Se estiró para detenerlo. ―No te vayas, te lo suplico. ―Dark sintió una corriente por el contacto de su hija y ver esa mirada hizo colisión en él. ―¿Por qué querrías hablar de eso? ―Eir tiró de él para que se sentara a su lado. ―Me he dado cuenta de una dolorosa verdad, padre. ―Lo miró a los ojos. ―Apolo, ¿Lo recuerdas? El mejor amigo de Vidar. ―Dark endureció e
Meses interminables, Vidar había estado hospitalizado por casi siete meses y la herida en su abdomen todavía no había sanado, él estaba obligado a seguir hospitalizado porque sus padres no confiaban en las sanadoras de la manada y no había nada más desesperante para él. Si no fuera por su mejor amigo, Savanna y su prometida él ya hubiera enloquecido y huido de ese hospital sin importar cuál fuera su destino. La habitación que le cedieron era parecido a un piso, pues por algo es uno de los mejores hospitales de la zona, pero aun así no es su mansión ni ninguno de sus departamentos. ―Vamos, quita esa cara. ―Savanna trató de animarlo. ―El doctor ha dicho que solo es cuestión de tiempo, la herida se ve mucho mejor. ―Vidar la miró con gesto serio, no le causa ni un tipo de emoción esa noticia, él ya está harto de no poder salir y moverse libremente. ―Te he dicho que no es tu obligación venir a verme siempre. ―Savanna bajó la mirada, ella no puede dejar de visitarlo porque además de acer