Dark caminó directo al laboratorio, ya tenían los resultados de las pruebas que le habían hecho al té y finalmente sabrá que fue lo que le estaba haciendo esa mujer. Ansioso por ya tenerlo todo claro y hacerla pagar sin restricciones al no tener una prueba concreta en su contra, entró.―Señor Dark. ―El hombre lo saludó. ―Por favor, tome asiento. ―Dark obedeció, se sentó del otro lado del escritorio del doctor. ―Las pruebas están listas, tal y como se lo dije por teléfono, pero lamentablemente el contenido era solo té. ―Dark lo miró con ojos grandes.―Es imposible, estoy seguro de que ella me estaba envenenando al igual que lo hizo con mi difunta luna. ―El hombre le tendió el papel.―Hicimos más de cinco análisis y estoy realmente seguro de que no había una sustancia perjudicial en el té. ―Lo miró a los ojos. ―Todo indica que su esposa no lo estaba envenenando. ―Dark apretó la hoja con rabia, ¿Cómo es posible que su corazonada fuera falsa? Él estaba totalmente seguro de que Savanna era
―Savanna. ―Vidar sonrió, pensó que ella ya no aparecería más por ahí, sabía que las cosas estaban tensas entre su prometida y su tía. ―Bienvenida, ¿Dónde habías estado todo este tiempo? ―Savanna se acercó a él para darle un beso en la mejilla. ―Soy la reina, ya sabes que mi papel es importante. ―Bromeó con él. ―Veo que has mejorado muchísimo los últimos días. ―Vidar se acomodó para estar mejor posicionado y poder verla. ―Sí, de hecho, la herida está prácticamente cerrada, en unos días creo que ya podré irme a casa. ―Resopló fastidiado. ―Mi madre insiste en que me quede aquí. ―Savanna ladeó la sonrisa, gracias a esa tonta mujer ella lo pudo retener todo ese tiempo ahí en ese hospital. ―¿Dónde está mi sobrina? También viene a verla a ella. ―Salió, volverá en un par de horas. ―Le informó. ―Necesita descasar, tiene un vientre enorme, no puedo permitir que se quede todo el tiempo a mi lado sin descansar. ―Savanna asintió con una sonrisa al recordar lo que vio en el baño. ―Eres un buen
La ira permitió que Vidar pudiera ponerse en pie sin incomodarse por el dolor, él caminó hasta estar frente a Ariana y una vez la miró a los ojos, se agachó para sostener la prótesis en sus manos. No podía creer lo que estaba viendo, así que decidió tocarlo para convencerse de una buena vez. ―Amor… ―¡Olvídate del compromiso! ―Explotó furibundo. ―¡Nunca quiero volver a verte en mi vida! ―Tiró la prótesis con fuerza en el piso. ―¿No que una bruja te había hecho un hechizo para que yo no sintiera la conexión? ¡Patrañas! ―No podía dejar de gritar, se sentía estúpid0. ―Fui un idiot4 al creerte toda esa mierd4, resultaste ser una mierd4 al igual que Eir. ―La tomó por los brazos con fuerza y la acercó a él, ver sus lágrimas le produjo asco. ―Es mejor que desaparezcas del mapa, si me doy cuenta de que aún sigues aquí en Europa te irá realmente mal. ―Esa amenaza le puso el vello de punta a Ariana. ―Pero amor, escúchame por favor. ―Vidar dejándose llevar por la furia la arrastró hasta la pue
―¿Qué haces aquí? ―Vidar quien estaba esperando ver a una de las enfermeras, se puso a la defensiva al ver en su lugar al viejo entrando a su habitación, él está solo y no podría defenderse. ―¡Lárgate de aquí de una vez! ―Gritó soportando el dolor en su abdomen.―Tranquilo, muchacho. ―Su tono de voz sorprendió a Vidar, ¿Por qué no está él hablando con veneno? ―He venido en son de paz, ha humillarme frente a ti. ―Vidar cada vez podía creerlo menos. ―Me he dado cuenta de una gran verdad y no tenía cara para presentarme ante ti, pero mi hija me necesita. ―El gesto duro del muchacho le dejó en claro que la historia de su hija fue verdad.―No me importa nada que tenga que ver con tu hija o cualquiera de los Ottum. ―Lo rechazó de inmediato.―Sé que tú ni mi hija tuvieron que ver con la muerte de mi esposa. ―Los ojos de Vidar por poco se salen de su lugar. ―Mi niña va a morir si no es tu luna. ―Vidar lo miró confundido esta vez. ―Si ella llega a dar a luz sin ser marcada por ti, morirá.―¿Es
―Deberías calmarte, mujer. ―Cosmo gruñó. ―No llegaremos tarde, la salida es en tres horas. ―Kora miró a su marido con gesto serio. ―Si nos hubiéramos venido cuando te lo pedí, no estaríamos apenas aterrizando. ―Cosmo tensó la mandíbula. ―Vale, tampoco te pongas así. ―Desvió la mirada, esa mujer da miedo. ―Te he prometido quedarnos aquí en nuestro hogar, en la manada. ―Kora no sonrió, es justo lo que ella quiere, pero no le dará la satisfacción de bajarle a su malhumor. ―Ahora, no pretendas que obligaré a mi hijo a vivir en la manada, sabes que está mejor en la ciudad. ―Ustedes los dos son un dolor de cabeza. ―Rodó los ojos. ―Yo lo voy a convencer y de no lograrlo, viviremos en la ciudad. ―Dijo segura de sí. ―Es muy extraño que Ariana no se haya contactado las últimas horas. ―Resopló dejando el móvil a un lado, ya quiere ver a su niño. En el aeropuerto, Ariana estaba siendo perseguida por un enjambre de reporteros, ella estaba por tomar un vuelo, pero ¿Por qué lo hacía? Además, su v
Eir abrió los ojos en cuanto escuchó la voz de su amiga, es difícil ignorarla por el tono tan alto que tiene. Al verla entrar a la habitación suspiró, todos se esfuerzan por hacerla feliz, están ahí para ella y de alguna manera le dan esas energías que necesita. ―¡Buenos días, esposa! ―Abrió las cortinas para que entrara el sol. ―Hoy te espera un mega desayuno delicioso hecho por Dafne, ¡Te va a encantar! ―Se tiró a la cama. ―Esa chef de mi futuro esposo es demasiado buena. ―Empezó a acariciar el enorme vientre de su amiga. ―Deja de decir eso. ―Eir la miró mal. ―Eres mi mejor amiga, no quiero que seas mi madrastra. ―Jessi la miró con las cejas alzadas. ―Y no, no me importa que seas más divertida que Savanna. ―Rodó los ojos. ―Además, mi padre todavía sigue con ella. ―Jessi se puso boca arriba y miró el techo. ―Y no sé por qué lo hace. ―Resopló. ―Esa mujer me da mala espina, de verdad debió dejarla en esa cárcel. ―La miró con una sonrisa. ―Pero no es momento para hablar de amores imp
―Bueno, nada como un desayuno lleno de veneno para empezar el día. ―Jessi suspiró profundamente antes de encajarle el diente a las tostadas. ―Mucho cuidado con esa palabra, plebeya. ―La miró. ―Puede traerte muchos problemas. ―Jessi la miró con una sonrisa en los labios. ―Nadie mejor que tú para saber eso, ¿Cierto? ―Savanna apretó los puños, ¿Por qué tiene que vivir una asquerosa humana en su castillo? ¿Acaso el imbécil de su marido había quedado loco? Sin duda esa mojigata que tiene por hija lo ciega aún más que ella. ―Es asqueroso compartir mesa con una asquerosa y repulsiva humana. ―Escúchame lo que te voy a decir, perr4… ―Eir tiró de su amiga. ―Es la reina. ―La miró a los ojos. ―No cometas un error como este o lo puedes lamentar. ―Jessi se mordió la lengua al ver la sonrisa en los labios de Savanna, ¿Cómo pueden proteger a una bruja como esa? ―Esta mierd4 de la realeza es una porquería. ―Jessi masculló una vez Savanna se marchó. ―Tan bien que había empezado mi día, ¿Por qué co
―Vidar. ―Chilló cuando se le abalanzó, pero aquel desesperado beso la tomó desprevenida.―Me destruiste. ―Dijo mirándola a los ojos permaneciendo arrodillado ante ella. ―Casi me mató el haber sido rechazado por la mujer que amó con todo mi ser. ―Eir dejó de respirar al ver sus lágrimas, no sabe si es de furia o amor. ―Pero, sin embargo, sobreviví a mi inminente muerte por pensar en ti y la remota posibilidad de que volvieras y vieras el error que habías cometido. ―Negó mordiendo con fuerza su labio inferior. ―Llegaste aquí y reaccioné de una manera no propia de mí, ¡¿Por qué tardaste tanto, loba mimada?! ―Fue un reclamo más que una pregunta. ―Fui cruel contigo y sí, me justifico porque me rompiste de tal manera que me cambiaste por completo, te humillé y aun así me demuestras que eres la misma chica de la cual me enamoré, me dices ese montón de cosas que necesitaba escuchar de ti y cuando tuve la oportunidad de volver a ti me dejé llevar como un idiot4 de esa maldit4 mujer. ―Limpió su