―¿Qué haces aquí? ―Vidar quien estaba esperando ver a una de las enfermeras, se puso a la defensiva al ver en su lugar al viejo entrando a su habitación, él está solo y no podría defenderse. ―¡Lárgate de aquí de una vez! ―Gritó soportando el dolor en su abdomen.―Tranquilo, muchacho. ―Su tono de voz sorprendió a Vidar, ¿Por qué no está él hablando con veneno? ―He venido en son de paz, ha humillarme frente a ti. ―Vidar cada vez podía creerlo menos. ―Me he dado cuenta de una gran verdad y no tenía cara para presentarme ante ti, pero mi hija me necesita. ―El gesto duro del muchacho le dejó en claro que la historia de su hija fue verdad.―No me importa nada que tenga que ver con tu hija o cualquiera de los Ottum. ―Lo rechazó de inmediato.―Sé que tú ni mi hija tuvieron que ver con la muerte de mi esposa. ―Los ojos de Vidar por poco se salen de su lugar. ―Mi niña va a morir si no es tu luna. ―Vidar lo miró confundido esta vez. ―Si ella llega a dar a luz sin ser marcada por ti, morirá.―¿Es
―Deberías calmarte, mujer. ―Cosmo gruñó. ―No llegaremos tarde, la salida es en tres horas. ―Kora miró a su marido con gesto serio. ―Si nos hubiéramos venido cuando te lo pedí, no estaríamos apenas aterrizando. ―Cosmo tensó la mandíbula. ―Vale, tampoco te pongas así. ―Desvió la mirada, esa mujer da miedo. ―Te he prometido quedarnos aquí en nuestro hogar, en la manada. ―Kora no sonrió, es justo lo que ella quiere, pero no le dará la satisfacción de bajarle a su malhumor. ―Ahora, no pretendas que obligaré a mi hijo a vivir en la manada, sabes que está mejor en la ciudad. ―Ustedes los dos son un dolor de cabeza. ―Rodó los ojos. ―Yo lo voy a convencer y de no lograrlo, viviremos en la ciudad. ―Dijo segura de sí. ―Es muy extraño que Ariana no se haya contactado las últimas horas. ―Resopló dejando el móvil a un lado, ya quiere ver a su niño. En el aeropuerto, Ariana estaba siendo perseguida por un enjambre de reporteros, ella estaba por tomar un vuelo, pero ¿Por qué lo hacía? Además, su v
Eir abrió los ojos en cuanto escuchó la voz de su amiga, es difícil ignorarla por el tono tan alto que tiene. Al verla entrar a la habitación suspiró, todos se esfuerzan por hacerla feliz, están ahí para ella y de alguna manera le dan esas energías que necesita. ―¡Buenos días, esposa! ―Abrió las cortinas para que entrara el sol. ―Hoy te espera un mega desayuno delicioso hecho por Dafne, ¡Te va a encantar! ―Se tiró a la cama. ―Esa chef de mi futuro esposo es demasiado buena. ―Empezó a acariciar el enorme vientre de su amiga. ―Deja de decir eso. ―Eir la miró mal. ―Eres mi mejor amiga, no quiero que seas mi madrastra. ―Jessi la miró con las cejas alzadas. ―Y no, no me importa que seas más divertida que Savanna. ―Rodó los ojos. ―Además, mi padre todavía sigue con ella. ―Jessi se puso boca arriba y miró el techo. ―Y no sé por qué lo hace. ―Resopló. ―Esa mujer me da mala espina, de verdad debió dejarla en esa cárcel. ―La miró con una sonrisa. ―Pero no es momento para hablar de amores imp
―Bueno, nada como un desayuno lleno de veneno para empezar el día. ―Jessi suspiró profundamente antes de encajarle el diente a las tostadas. ―Mucho cuidado con esa palabra, plebeya. ―La miró. ―Puede traerte muchos problemas. ―Jessi la miró con una sonrisa en los labios. ―Nadie mejor que tú para saber eso, ¿Cierto? ―Savanna apretó los puños, ¿Por qué tiene que vivir una asquerosa humana en su castillo? ¿Acaso el imbécil de su marido había quedado loco? Sin duda esa mojigata que tiene por hija lo ciega aún más que ella. ―Es asqueroso compartir mesa con una asquerosa y repulsiva humana. ―Escúchame lo que te voy a decir, perr4… ―Eir tiró de su amiga. ―Es la reina. ―La miró a los ojos. ―No cometas un error como este o lo puedes lamentar. ―Jessi se mordió la lengua al ver la sonrisa en los labios de Savanna, ¿Cómo pueden proteger a una bruja como esa? ―Esta mierd4 de la realeza es una porquería. ―Jessi masculló una vez Savanna se marchó. ―Tan bien que había empezado mi día, ¿Por qué co
―Vidar. ―Chilló cuando se le abalanzó, pero aquel desesperado beso la tomó desprevenida.―Me destruiste. ―Dijo mirándola a los ojos permaneciendo arrodillado ante ella. ―Casi me mató el haber sido rechazado por la mujer que amó con todo mi ser. ―Eir dejó de respirar al ver sus lágrimas, no sabe si es de furia o amor. ―Pero, sin embargo, sobreviví a mi inminente muerte por pensar en ti y la remota posibilidad de que volvieras y vieras el error que habías cometido. ―Negó mordiendo con fuerza su labio inferior. ―Llegaste aquí y reaccioné de una manera no propia de mí, ¡¿Por qué tardaste tanto, loba mimada?! ―Fue un reclamo más que una pregunta. ―Fui cruel contigo y sí, me justifico porque me rompiste de tal manera que me cambiaste por completo, te humillé y aun así me demuestras que eres la misma chica de la cual me enamoré, me dices ese montón de cosas que necesitaba escuchar de ti y cuando tuve la oportunidad de volver a ti me dejé llevar como un idiot4 de esa maldit4 mujer. ―Limpió su
―¿Qué sucede, querida? ―Dark resopló. —Estoy un poco ocupado y no quiero atrasarme, quiero llegar cuanto antes para llevarle las uvas a mi hija. ―Miró su reloj, estaban dando las diecinueve horas. A Savanna eso la enfureció, odi4 que ahora solo piense en esa chiquilla.―Vidar Granberg está aquí. ―Dijo sonriendo. ―Y está cerca de tu hija, quería avisártelo, sé todo por lo que la hizo pasar. ―Dark se puso en pie de un salto.―¡Voy para allá! ―Savanna sonrió satisfecha, sabe que Dark no se contendrá, iniciará una pelea sin preguntar nada y Vidar logrará matarlo al creer que lo quiere separar de esa mojigata y ella lo 0diará por ahora asesinar a su padre, ¡Su plan es perfecto!―¡Suéltala! ―Jessi llegó con una vara como arma de defensa. —Suelta a mi amiga de una buena vez. ―Vidar que ya la había sentido venir, alzó la mirada.―Aléjate, humana. ―Gruñó. ―No interrumpas. ―Eir lo miró con reproche.―Tranquila, esposa. ―Le sonrió a su amiga. ―Todo está bien. ―Jessi la miró como si estuviera loca
Como en los viejos tiempos las manadas Sol y Luna y Luna Creciente se volvieron cercanas. Dark procuró pedir perdón y fue entendido, más por Cosmo quien aseguró que él se hubiera comportado de la misma manera si su luna hubiera sido asesinada bajo esas circunstancias. La bendición de los tres padres estaba dada para que se llevara a cabo la ceremonia, Eir a pesar de que su amiga y ahora prometido se lo prohibieron, se disculpó con los miembros de la manada Sol y Luna y también con sus nuevamente suegros, ella demostró ser esa chica dulce a la que todos amaban por ser tan bondadosa y pura. La alegría de ambas manadas es evidente, todos están felices por la futura unión, por esa que tiempo atrás no pudo llevarse a cabo, pero había alguien que solo podía sentir dolor y amargura por ver tanta felicidad. Savanna no podía soportar el hecho de que Vidar, el hombre por el que había estado haciendo de todo para tenerlo, cayera nuevamente en los brazos de quien lo separó en el pasado. ―Vidar
―Mamá… ―Vidar gruñó. ―Siéntate, mujer. ―Cosmo tiró de su esposa. ―Deja a la muchacha sentarse, no es fácil llevar esa panza. ―Todos rieron. ―¿De verdad es solo uno? ―Eso dice la bruja. ―Aseguró Eir. ―Pero vale por tres, se los puedo asegurar. ―El desayuno transcurrió con tranquilidad hasta que las mujeres se vieron obligadas a marcharse para los preparativos. Dark gruñó al escuchar el teléfono sonar, él no ha dejado de investigar la muerte de su esposa, pero no puede responder siempre que lo llamen para darle información, aun así, se puso en pie y disculpándose del resto, salió para tomar la llamada. Savanna lo siguió con la mirada, desde luego todo había cambiado desde que él sospechó de ella, quizás él finja que todo está como antes, pero eso ella no se lo cree, sabe a la perfección que algo trama. ¿Cómo es que no puede encontrar la manera de matarlo de una vez por todas sin que nadie se dé cuenta? Ella debe arruinarlo todo, no será la única que sienta dolor por ver al hombre que