Para ese día, se supone que Evan podría ir a la casa de ella, pero hasta entonces, no tenía idea de cómo sobrellevar esa preocupación, porque esa mujer no hablaba con sinceridad.
—Es mejor que me vaya, tengo muchas cosas que hacer en la oficina.
—¿Y vas a manejar así? —le pregunta poniéndose de pie y enviando un mensaje.
—No, de hecho yo ya no manejo, Lilly me trajo y ahora me iré en taxi a…
—Nada de taxi, te llevará el chofer que tenías antes, a donde tú quieras.
—Pero…
—Que estemos momentáneamente separados, no quiere decir que no me preocupe por ti —ella se pone de pie y Max la atrae a su cuerpo, atrapándola en un abrazo—. Nunca olvides que te amo.
—Y tú tampoco… dame tiempo para demostrártelo.
Ella se separa de él y sale de all
Tras cortar la llamada con Evan, decir que Max voló sería poco, pero como esa cosa que parecía una línea n3gra en las calles no tiene alas, solo diremos que corrió. Se encuentra el auto de Evan estacionado, un contingente camuflado por la calle en donde está el bar de Flofy, el lugar ya está cerrado para el resto del público, tal como cuando ellos se embriagaban para pasar las penas hace más de una década.Al entrar, se encuentra a Evan bebiendo tequila, se voltea para verlo y puede ver la preocupación en el rostro del hombre.—¿Qué tiene? —Evan le pasa un vaso de tequila y Max se lo recibe.—Siéntate —le dice con expresión pétrea—, bébete unos dos vasos para alcanzarme y en el tercero te digo todo lo que sé.Max se sienta a su lado, se bebe el vaso de un tirón y le pide a Flofy que se lo llene.
Tras pensar en la sorpresa de esos dos por la mañana, salen de la habitación, apagando las luces.—¿Vas a preguntarle a Lilly? —pregunta Lucy mientras caminan a sus habitaciones.—No, prefiero que mi hermano resuelva eso.—Me parece perfecto.Se despiden y cada uno se va por su lado, esperando que las cosas se resuelvan lo antes posible entre Max y Giselle.Por la mañana, dos gritos se oyen en la mansión, Lucy abre los ojos con una sonrisa maquiavélica y se levanta como si nada pasara.—Música para mis oídos.En la habitación de Max, ambos buscan su ropa y se cubren como si fueran dos extraños.—¡¿Qué haces en mi habitación?! —brama Max.—¡No lo sé! —responde Evan desesperado, tratando de recordar cómo llegó allí. Luego una duda lo atravie
Giselle se lo queda viendo, en este momento podría matar a Evan sin miedo a las consecuencias. La única razón por la que Max puede saber que está embarazada es por él.Le sonríe casi con inocencia y rompe el silencio.—Veo que tu amigo corrió con el chisme —camina por la sala, para dejar la mesa de centro como barrera natural, aunque sabe que es inútil, porque nada puede poner una barrera entre un padre y su hijo.—¡Y qué bueno que lo hizo o quién sabe cuándo me lo hubieras dicho! —dice él levantando las manos.—¿Crees que te lo iba a ocultar? —le pregunta ella, sin esconder el reproche en aquella pregunta.—Ya lo hiciste, ¿no? —sisea Max y ella niega con la cabeza, con una sonrisa irónica—. Ayer estuviste conmigo, te sentiste mal incluso, pero no hablaste.—Porque no era e
Se regresa a la casa, se encierra en la habitación a ver esas películas románticas estilo Giselle Sparks, rodeado de chucherías y gaseosas, eso es mejor que el alcohol, ¿no?La noche se pasa rápida y lenta a la vez, es una mezcla tonta, sin sentido, pero así es como se siente él.Mientras, en la otra parte de la ciudad, Giselle se levanta con esa sonrisa que la acompañado desde que sabe que está embarazada.Pero se le borra cuando Evan, Lucy y Kevin se paran frente a ella en la sala.—¿Qué haces aquí? —sisea apuntando con su puño a Evan y Kevin se pone por delante, porque sabe de lo que su cuñada es capaz.—Vine a disculparme, en verdad lo siento mucho.—No acepto tus disculpas, a menos que me traigas los permisos.—Sí, ya están, en tu correo desde hace unos diez minutos.—Ok
De muy mala gana, Max se levanta para ir a la empresa. Lucy hizo mucho énfasis en que debía estar presente en la firma de una negociación que hizo Kevin la semana pasada. Se sube a su auto y conduce, escuchando las mismas canciones que Giselle cantaba a todo pulmón.Unas cinco calles antes de llegar al edificio, el tránsito está parado, Max saca medio cuerpo por la ventana y deja salir un bufido, sintoniza la radio, para saber qué demonios pasa.«—Repetimos la información que nos llega, hay un corte importante en el tránsito en Hope Street, entre la Tercera y la Cuarta. Al parecer, hay un evento desconocido, no se sabe qué será, pero hay…»—Lo único que me faltaba, justo frente a mi edificio —gruñe, golpea el volante y vuelve a escuchar la música, para ver si se relaja.Poco a poco consigue avanzar, hasta que rodea las cal
Cuando al fin logran separarse, se miran intensamente y ambos saben lo que pasará luego de eso. Rob es el primero en acercarse para felicitarlos.—Chicos, me alegra muchísimo que al fin solucionaran su situación.—Siempre te creí un imbécil, pero veo que me equivoqué —le dice Max, dándole la mano—. Gracias por ayudar a mi mujer en todo esto.—Fue un placer, en verdad que sí… esta canción fue con mucho cariño —mira a Giselle y le advierte—. No vuelvas a meter la pata, porque me iré de gira fuera del país por seis meses y no podré cancelar.Los tres se ríen, Giselle mira a Max y este solo la puede mirar con ese amor que siempre le dedicó con aquellos ojos grises que la hechizan.—Vamos, que Rob aprovechará de tocar un poco para un video —le dice Giselle y Max la atrae a su cuerpo,
Los días pasaron tranquilos, al menos para Max y Giselle, porque el resto estaba sumido en sus asuntos.Lilly y Kevin estaban afanados preparando la boda, tenían poco más de un mes para organizarlo todo, porque luego de retrasarla, decidieron adelantarla. Lilly cada vez estaba más ilusionada con los preparativos, ya tenía el modelo del vestido de novia y había ayudado a Giselle a elegir el vestido de dama de honor.Pero para Lucy y Evan las cosas eran muy diferentes. Aunque la ceremonia sería mucho más discreta, seguían parados con el asunto de la madre de Evan.Max y Giselle llegan a la mansión Hunter, para un almuerzo familiar, pero se encuentran con la escena de la pareja discutiendo.—¡Entonces no sé para qué me pediste matrimonio, si te ibas a avergonzar de mí!—¡Amor, entiende que no es vergüenza, es miedo a mi madre!
Evan sabe que ha desatado un monstruo difícil de manejar, pero de todas maneras mantiene su postura, hasta que llega alguien más a escena.—¿Qué está pasando aquí? —se oye la voz de un hombre que es igual a Evan, solo que con el cabello gris—. Hay reunión familiar y no me invitaron.—Padre, te presento a mi prometida, Lucy Hunter. Nos casaremos en una semana.—Vaya, vaya… ustedes solo digan el lugar, que yo estaré allí —dice el hombre y le da un abrazo a su hijo—. Me alegra que encontraras la mujer para tu vida, hijo.—¡Esteban! —dice Angelique horrorizada.—Ay mujer, deja de controlar la vida del niño y permite que sea feliz. Le has espantado novias, amigos, oportunidades… lo llevaste a que se metiera en la política, solo para mantenerlo apartado del mundo.El hombre se voltea para ver