La sonrisa de Noah lo dejaba en evidencia. Él le daba una mirada a sus hijos que estaban en primera fila, todo era perfecto y por fin su vida era lo que tanto había soñado en algún momento.

Noah observaba todo, no quería mirar el reloj, pero era obvio que Emily estaba tardando más de la cuenta, aunque él era consciente de que las mujeres se hacían esperar.

—¿Nervioso? —Lucas se acerca a él, le pregunta mientras que se burla—. Se te nota demasiado.

—¿Cómo no estarlo? hoy por fin me caso. —Los dos ríen—. ¿No crees que se está tardando mucho?

—Hermano, si yo fuera ella ya hubiera escapado, porque creo que casarse contigo no será nada fácil. —Noah mueve su mano amenazando a su amigo de golpearlo—. Mira, solo ten paciencia. Luna me comentó que ella viene con su abuelo. Tal vez se están tomando el tiempo de darse unas palabras de aliento.

—Ojala sea eso, porque en verdad no quiero pensar que ella optó por abandonarme. Eso definitivamente me haría perder por completo —Noah musitó con algo