Mientras tanto en la cueva Dominic buscó en su bolsillo y halló su linterna de diagnóstico y la encendió. — ¿Qué bueno que funciona? —Entiendo que te sientas más cómodo viendo que hay a tu alrededor, pero creí que tenías algo que podría ayudarnos a escapar —manifestó Natasha con impaciencia. —Espera un momento quieres. Dominic desabrochó su pantalón. — ¡Wow! ¿Qué pretendes amigo? —De seguro no transformarme en lobo. Dominic sujetó la linterna con la boca y consiguió un bolsillo secreto en la parte interna de sus pantalones, de allí sacó una piedra, estaba engarzada y colgaba de una gruesa cadena de oro. —No me gusta usarla. ¿Qué persona normal usaría una cadena tan extravagante? Pero mi madre ha encontrado la manera de que siempre pueda llevarla desde que tengo uso de razón, ya es para mí costumbre no salir de casa sin ella. —Entiendo el suvenir, pero… En cuanto Dominic extendió la cadena Natasha abrió los ojos como platos y la puso en su palma. —No
Aisha corrió hacia los escombros y la tierra dejó de moverse. Como si solo hubiera continuado lo necesario para destruir la precaria casa. — ¡Leonid! —Gritó Aisha muerta de miedo. Kaiser corrió y comenzó a retirar escombros utilizando su enorme fuerza. — ¿Puedes sentirlo? ¿Está bien? —Preguntó Aisha moviendo también pedazos de concreto. —Ninguno me contesta —expresó Kaiser preocupado tanto por Leonid como por su padre. Aisha estaba muy preocupada y arrepentida de haberse desvinculado de Leonid y no poder saber como estaba. Indira se acercó y comenzó a ayudar a mover las grandes rocas, veía a Aisha tan preocupada que estaba sorprendida por su sufrimiento. Aziza también se acercó y aun débil comenzó a mover rocas más pequeñas. —Kaiser, el daño en la manada es tremendo, Alexey está ayudando a los más afectados —le comunicó Indira. Kaiser desesperado no dijo nada. Aisha lloraba y se daba cuenta que por más que tenían fuerza impresionante seguían teniend
Aisha entró a la habitación donde pusieron a Leonid después de que un sanador lo evaluó. Leonid estaba levantándose de la cama y Aisha se apresuró a sostenerlo. —Estás bastante herido —expresó angustiada al ver la cantidad de moretones y heridas abiertas en su cuerpo y también en el rostro. —El pelaje de Akron lo disimulaba —murmuró él con una mueca de dolor. —Debe dolerte mucho —murmuró Aisha angustiada. Leonid la miró intensamente. —No me duele más que lo que me dolió tu rechazo. Leonid vio como un par de lágrimas rodaban por el rostro de Aisha. —Sabes porque lo hice. —Tú no entiendes porque no eres una loba, pero no hay dolor más fuerte que el desprendimiento de un mate. —He allí el dilema, no soy una loba, y tú podrás superarlo al encontrar tu mate por derecho en tu propia raza. —Mi Isha, sabes que no quiero a otra, tú no eres corrupta y mi manada se dará cuenta, debemos enfrentarlos, no darles la razón. —En otras circunstancias sería posible, p
La mano de Leonid subió hasta el cuello de Aisha y ella sin poder evitarlo se apoyó en ella. Leonid se acercó y ella levantó el rostro, los labios de ambos se rozaron y la puerta de la habitación se abrió de golpe. Portia entró llorando muy afligida y sin importar que Aisha estuviera en medio se las arregló para abrazar a Leonid, gimoteando como niña sufrida. —Casi muero de preocupación por ti —dijo contra su pecho llorando desconsolada. Aisha quitó la mirada y mantuvo los ojos cerrados contando de diez a cero, la sola voz de Portia le causaba repulsión. —Estoy bien, Portia —la consoló Leonid. —Cuando me dijeron que te había caído una casucha encima pensé que habías muerto y que me habías dejado sola en este lugar horrible con toda esta gente extraña; me lo prometiste Leonid, no puede dejarme sola. Aisha caminó hacia la puerta. — ¡Aisha no te vayas! —le pidió Leonid con apremio. —Debo ir con mi hermana, sé que me necesita. Leonid apartó a Portia con
Portia salió de la pequeña casa de Indira muy furiosa, nadie le prestó atención, todos corrían de un lugar a otro haciendo censo por si les faltaba alguien que pudiera estar bajo los escombros de las casas que se destruyeron. Todos le pedían ayuda a Alexey que por más que quería ayudar era prácticamente nuevo en la manada, desde que se fue mucho había cambiado, Indira lo ayudaba a organizar. Lars aprovechando que Alexey no lo vigilaba se fue alejando poco a poco, ya estaba lejos cuando Portia lo vio y lo siguió. — ¡Esto es un lamentable desastre! —enfatizó Portia al alcanzar a su padre. —Me lo dices o me lo preguntas, este terremoto no fue natural, si no fui yo que necesito que aquí reine el caos, ¿quién carajo fue? — ¿Algún hechicero que se te ocurra? Lars rodó los ojos. —Hija mía, quizás seas buena memorizando canciones y bailando, pero eres un desastre como sobrenatural. —Bueno, fuiste tú quien dijo que el terremoto no fue natural. — ¿Y desde cuándo un h
Dominic miró a su alrededor, estaba en medio del bosque, y su única compañera y extrañamente aliada era una loba inconsciente. —Maldición, yo no soy veterinario —se quejó de su mala suerte dándole golpecitos al lomo de la loba gris—. ¿Cómo es que te llamas? Nayla, eso es, ¡Nayla despierta! —Expresó con apremio, pero en voz baja mirando a todas partes. Dominic escuchó la tonada pronunciada en un silbido muy particular. Acaso no creció escuchándolo. —Es Lorenzo, por favor Natasha —susurró y ya podía escuchar los pasos de Lars haciendo crujir la hierba, pero la loba no reaccionaba y era demasiado grande y pesada para moverla antes de que llegara Lars. Ante la emergencia Dominic se alejó sin hacer ruido detrás de los arbustos buscando algo con qué pegarle a Lars por la espalda. Sin embargo, no pudo llevar a cabo su plan, pues en el momento que estuvo fuera de vista desapareció. Dominic fue expulsado de un portal por el que dio vueltas, con el estómago revuelto p
Portia regresó a la manada en el momento que Alexey miraba a todas partes, dejó escapar el aliento y corrió hacia ella aliviado de verla. —Portia, me preocupé cuando no te vi por ninguna parte pensé que podrías haberte perdido. Portia resistió las ganas de poner los ojos en blanco, detestaba la mirada de cachorro perdido de Alexey, detestaba los hombres empalagosos. —Solo quería pensar un poco, todo esto es muy confuso, encima hay un terremoto, me siento en una película de ciencia ficción… Y a mí no me gusta la ciencia ficción —comentó con su teatro de niña buena. —Me imagino, todo esto es nuevo para ti, pero te prometo que pronto te sentirás en casa —Alexey tomó su mano y acarició su antebrazo—. Conmigo. Portia sonrió y retiró el brazo. —Sobre todo esto —dijo señalando hacia él y luego a ella misma—. Es demasiado extraño, porque yo siento que amo a Leonid ¿o no? Ay no sé lo que siento —emitió afligida metiendo su rostro en el pecho de Alexey. Alexey la abrazó co
Aisha observó a Leonid mientras Indira se iba, Leonid le expresó con la mirada su necesidad de desahogarse. Necesitaba poder hablar solo con ella, le hacía falta la conexión telepática de parejas, no estaban en el mejor momento ni mucho menos lugar en medio de la manada. Aisha vio la inseguridad en Leonid y tomó su mano entre las de ella. —Lo harás bien —expresó Aisha con certeza—. Te he visto manejar la audiencia, mujeres gritando solo por verte llegar. —Estos no son mis fans, por el contrario, ven en mí mis fallas como líder. —Eres un líder Leonid Taylan —decretó Aisha—. Eres tú quién te pones obstáculos, tu inseguridad la que se refleja. Leonid sonrió, en ella veía exactamente lo mismo. —Te necesito a mi lado mi Isha. Aisha sonrió y apretó su mano con cariño. —Aunque no esté a tu lado siempre contarás conmigo. Leonid miró las manos de Aisha y como la tela del vestido había cedido hasta dejar ver el borde de las marcas de la maldición en su piel. Le