Hoy Niklaus cumple una semana de nacido y recién podemos abandonar el hospital, el trato ha sido maravilloso, sin embargo, muero por retomar todo lo que dejé en casa.
Tengo una licencia de maternidad por seis meses que planeo aprovechar, quizás hasta pueda cursar online el resto de las materias que me quedaron pendientes y no pude congelar a tiempo. Sonreí cargando a mi pequeño príncipe.
—Es hermoso. —dijo Nikolaus ingresando a la habitación—. Cómo tú.
Mis mejillas se sonrojan y no pude evitar sentirme en las nubes con sus palabras.
—Gracias por cuidarnos todo este tiempo. —respondí acercándome a él y dejando un tierno beso en su mejilla.
Nikolaus y yo somos cómplices y creo que pocos entenderían la clase de amor que nos profesamos. Nuestra compañía lo es todo, el silencio y las largas conversaciones acerca d
—No debes sentir nada, Eva. —mencionó acariciando mi cabello—. Opa está con mi madre y ambos están fascinados con el pequeño Niklaus.—¿Eso es bueno? —pregunté lentamente—. Tu padre… Kuno, ellos no quieren…—No me importa, aún si todos estuviesen en desacuerdo conmigo no me importaría Eva, quiero estar contigo y con el bebé. —respondió abrazándome—. Te amo.Aquellas dos palabras me sacudieron por completo, escucharlas por primera vez de alguien que no es mi abuelo se sintió extraño, especialmente porque siempre están acompañadas por un “no”, al comienzo de la frase.—Nikolaus… —intenté responderle.—Tranquila, Eva, comprendo que hemos retrocedido un poco, pero me esforzaré por lograr tener todo ese amor y reparar tu corazó
Adán García Un año desde que Eva se fue, seis meses desde que me casé con Victoria. Hoy mis mellizos están naciendo…Sé que debo estar feliz, al fin tengo la oportunidad de serlo junto a la mujer que amé durante toda mi vida y será la madre de mis hijos, pero no puedo olvidar a Eva y todo lo que ella fue estando conmigo.Eva sigue estando presente en mi mente, cada día desde que desapareció y no puedo evitar preguntarme si pude haber hecho algo para retenerla a mi lado, si aún era demasiado tarde para nosotros.—¡Adán! —escucho como Victoria grita mientras toma mi mano, pero mi mente se encuentra en blanco y todas mis acciones son automáticas.—Uno de los bebés no está posicionado, debemos hacer una cesárea de emergencia. —dijo el doctor que atiende el parto de mi esposa.&mdas
Eva DaviesCinco meses después. El clima no es el idóneo y rápidamente nos dimos cuenta de que Niklaus es más enfermizo que el resto de los bebés de su edad. Problemas a los bronquios, es decir, un simple resfriado pasa rápidamente a tratamiento con un kinesiólogo.Ahora mismo se encuentra enfermo, mi titulación será al medio día y ni siquiera sé si podré asistir a la ceremonia.—Buenos días, Eva. —dijo Nikolaus acercándose a mí por mi espalda.—Buenos días, Nik. —respondí sonriendo.Él ha sido de gran apoyo desde que lo conozco y se ha comportado como un verdadero padre para mi bebé, Emma y Otto han sido los mejores abuelos que pude esperar para mi pequeño, de hecho, viajarán para estar presente en mi ceremonia de graduación.<
Nos quedamos algunos minutos más en la mesa que previamente nos otorgaron, compartí con la directora y con los maestros todo el tiempo que pude, pero se hace tarde y lo mejor es irme con mi pequeño.—Bueno, señores, ha sido todo un placer poder compartir junto a ustedes, pero debo atender a mi pequeño. —mencioné levantándome de la silla, al igual que Nikolaus.—Nos veremos pronto. —menciona el alemán poniéndose a mi lado.—¿No se queda, señor Hoffman? —interviene la señora Paxton.—No, es un día para pasar en familia. —enarca Nik—. No perdería jamás tiempo con ellos.—Eso habla muy bien de ustedes y de su crianza. —espeta el señor Paxton—. Sin duda nos veremos pronto. Eva, ha sido todo un placer conocerte.—Lo mismo digo, señor Paxton. —respo
Los días siguen pasando, el arquitecto cambia los planos de la nueva construcción en base a mis requerimientos y también a la opinión de Terrence y Adric quienes son parte importante de todo lo que sucede en mi vida actualmente.Mi teléfono no para de sonar durante toda la mañana, algunas llamadas son de Otto, otras de Emma, algunas de números desconocidos, pero al estar en reuniones con los chicos, simplemente ignoro todo lo demás a menos que se trate de Nikolaus y mi hijo.Salgo de la recién remodelada oficina, contesto a Otto.—Sí, Opa, Nikolaus y el bebé están preparando las maletas para que podamos viajar a la hora que teníamos acordada. —menciono cuando lo noto alterado.—¿Estás segura, Eva? Nikolaus me ha dicho que tienes que reunirte con Keleer y con Paxton en unas horas. —De hecho, ya voy para allá abuelo. Tú tranquilo, llegaremos a la hora que teníamos predestinada. Te quiero y debo colgar porque subiré al
Nikolaus HoffmanVer a Eva cuidando de Niklaus me enorgullece, verla tan fuerte, tan segura, es cómo si tuviese a una nueva mujer frente a mí, pero sigue siendo ella, la mujer que conocí; rota, llena de sentimientos, de sueños y deseos que merece cumplir.Tomo su mano con fuerza, sin lastimarla, le susurro que me dé al niño para que duerma el tiempo restante. Mi necesidad por querer cuidarla crece con cada día y sé que a veces soy asfixiante y me da miedo que llegue el momento en el que se dé cuenta y me rechace.—¿Estás bien? —pregunta mirándome con esos ojos hermosos que me atrajeron desde el primer momento.—¿Tú lo estás?—Has estado muy silencioso desde que te conté lo de Paxton.La verdad, agradezco que lo rechazara, Paxton se ha hecho de una mala reputación y la idea de que Eva
Eva Davies.Tener a Nikolaus tan cerca, sentirlo tan entregado… dios, la proximidad de sus labios con los míos es como si fuese la primera vez, la primera maldita vez que nos besamos o que siento esto por alguien.—Nik.Apenas susurro y siento que me ahogo.—Eva. —responde—. Eres la mujer que siempre amaré.Quise decirle que yo también, que lo amo intensamente y que nada podrá alejarme de él, que, de ser necesario lucharé por nuestro amor y por nuestros sueños porque a su lado me siento fuerte, a su lado me creo invencible.Tocan la puerta tan insistentemente que él se aparta algo molesto y camina para ver lo que sucede.Nikolaus vuelve rápidamente a donde me encuentro y besa mi frente antes de despedirse, ocurrió algo en su empresa, con su padre, al parecer han retirado inversiones importantes y su padre sufrió
El día del baile llegó y tal cómo imaginé la ansiedad se apodera lentamente de mí, claro que sé bailar y cómo comportarme, pero no conozco más personas que a la familia Hoffman y la mitad de ellos simplemente me odia.Sonrío con un deje de tristeza, sin duda tener una fiesta solo para mí siempre fue mi sueño, quizás un sueño que idealicé de la mano de Adán en nuestra boda, pero que nunca sucedió.—¿Te sientes bien, Eva? —pregunta Nikolaus tomando mi mano y besando suavemente el dorso.—Sí, solo un poco intranquila. —respondo con total sinceridad, la misma que nos hemos tenido desde siempre.—Lo entiendo perfectamente. —indica—. Con suerte, prometo que la próxima semana volveremos a casa, aún nos queda esa convención de vinos y hablar con algunas de las bodegas locales.<