Deja que te cuide, una frase en apariencia simple, sin embargo, la misma guardaba un enigma que ella no podía llegar a comprender. Resultaba un sentimiento que necesitaba desde hace mucho pero que nadie había tenido ni la paciencia, ni las ganas de hacerlo realmente. Solo la veían como un problema del que deseaban deshacerse a la primera.

Obvio ella siempre asumió su responsabilidad en todo esto, no debe haber algo más frustrante que estar con alguien que no desea aceptar ayuda de forma rápida, pero el hecho de que este hombre sea capaz de hacer un hueco en su apretada agenda para besarle con cariños las piernas, sembrar en ella sueños y ganas de superación, era algo que no veía desde que su madre murió en ese terrible accidente.

—La verdad si quiero —Admitió ella con vergüenza.

—No todos queremos amor, dinero, fama o reconocimientos, pero si algo nos caracteriza como seres humanos son las ganas de sentirnos apreciados, es sentir que otra persona esta para apoyarte en los momentos dif