Esperas que las cosas vayan bien, al ir pasando el tiempo.Daphne.Desde hace unos días vengo sintiendo que algo va a salir mal, no sé qué, pero siento un presentimiento en mi corazón que no se me va y, aunque trato de hacerme la loca y no confiar en ello, el bendito presentimiento no desaparece. He estado tratando de hablar con Tina e Ivan, pero al parecer las cosas no les están funcionando correctamente. Siguen discutiendo por cosas que Ivan, solo le niega. Ellos se gustan muchísimo, pero hay una desconfianza por parte de ella que no quiere ceder. Yo sé qué también me separaría si descubriera a mi esposo ausente que ahora está presente, pero no quiero pensar en ello.El problema aquí es otro...¿Exactamente en qué momento mi buen esposo y yo tendremos algún tipo de intimidad? No es que esté apurada y mucho menos es algo que quiera. No, no lo quiero…Solo es que mientras él y yo nos desconocíamos como matrimonio, él vivía diciéndome cosas y haciéndome sentir deseosa por él, pero ahor
Un respiro.Daphne.Llegamos a la oficina y me pidió que me sentara en el sofá, aunque le dije que estaba toda sucia y que me encontraba bien, no le importó. Dijo que su esposa, la peleonera, debía ser tratada con urgencias.Después desapareció unos minutos para traer el kit de primeros auxilios.Es tierno.—Debo estar mal de la cabeza —murmura, confundida, lo veo mientras saca algunas cosas para tratar mis golpes—. Te ves tan sexy toda golpeada, pero a la vez siento una rabia por no haber llegado mucho antes —suspira, negando con la cabeza.—Definitivamente, si tienes algunos problemas —me regala una leve sonrisa, sentándose a mi lado.Con mucho cuidado empieza a poner una pomada en mis golpes, cada vez que pasa por alguno de ellos tensa la mandíbula y dice impropios acerca de ellos. Me parece el hombre más rudo y a la vez tan tierno, que muero por besarlo.Desgraciadamente, también me ha partido el labio.—¿Quieres un pañuelo? —cierro los ojos arrepentida, descubrió que le estaba vi
Los dolores son pasajeros.Dos días después…Daphne.A veces me sorprende mi capacidad para aguantar a una persona idiota. Albert no volvió a ponerse en contacto conmigo. Hace días que no lo volví a ver y tengo miedo de que la loca de Leah, le dé por vigilarme y atacarme cuando yo esté sola, en algún lugar de la calle. Estoy tan segura de que, si nos encontramos en la calle, me tira al primer auto en marcha, solo para verme sufrir o rogar por mi vida.¿Cómo siguen mis golpes?Bueno, tengo un ojo que ha perdido el color y tengo unos vasitos rotos. Mi labio inferior no corrió con la suerte de estar bien, ya que por lo menos no está más hinchado, pero igual está roto, con un poco de molestia y el dolor de mis costados ya es algo más pasable.¿El problema ahora?Pues, me llegó el período y siento que me muero con el dolor de vientre y todos los malestares que lo acompañan. La menstruación debería durar unos segundos y solo para avisarte de que no estás embarazada o enferma.Pero no, ella
Duele tanto el engaño, que se instala en tu corazón hasta abarcar cualquier espacio vacío en tu interior.Daphne.Sé lo que debe sentir Günther hacia Hope. Ella en un intento de salvarlo del dolor del cáncer y todo lo que le tocó vivir a ella, pero terminó dañándolo con su partida y el no decirle que serían padres. No voy a justificar sus acciones, pero sé qué ella malas intenciones hacia él, no tuvo.A toda costa intentó alejarlo para que no la viera sufrir.Entiendo el sentimiento de traición que tiene Günther. Durante años creí que estaría con el mismo hombre con el que estuve por años y me enseñó, el arte de amar. Por mi mente muchas veces pasó, que nosotros estaríamos juntos y nos amaríamos toda la vida, pero me abandonó sin motivo alguno.Lo odiaba tanto, que lloraba de la impotencia por las noches.Odiaba amarlo y vivir con su ausencia.¿Romper promesas o mi corazón?No, Sasha no era el tipo de persona que haría eso. Cuando se trataba de mí, él me daba hasta lo que no necesitab
Daphne.Albert tenía razón, me siento fatal. Tengo resaca y necesito dormir más, pero como soy una asistente sin un centavo en su cuenta, con o sin resaca debo ir a trabajar.Los pobres, como yo, tomamos cuando no se trabaja, pero yo soy la locura rebelde, que toma en la semana y debe aparecer con su mejor cara en compañía de su esposo.«Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así.», sonrío ante mi bonita canción.Salgo de mis pensamientos, cuando llega mi esposo ausente al pasillo de su oficina. Mis compañeros estaban atentos a cualquier cosa que pudiera decir. Desde el incidente de Leah, era la primera vez que venía a la empresa.¿Amanece así de guapo siempre?—Bonitas ojeras te traes —sonríe, al llegar a mí.—Lo mismo va para usted, señor —le respondo de la misma manera.—Soy un farol tan temprano y con tanto sol —mi atención viaja a Tina—. Ni se dan cuenta de que no están solos.—¿Qué puedo decir yo? A mí me ignoró al salir del ascensor —se queja Ivan.—Ustedes si lloran —les respo
Horas más tarde…Daphne.No esperaba nada de Günther después de lo que sucedió en su oficina, pero las cosas no están saliendo muy bien. No siento nada por Sasha, pero sí me sorprendió verlo después de tantos años. No hablé de él porque lo había olvidado. Sí, su nombre y vivencias pasaron por mi mente más de una vez, pero nada que yo pudiera encontrar importante para comentarle.Sasha me había abandonado y eso era todo.Nunca le comenté nada sobre mi relación anterior, pero eso no quiere decir que no lo quiera en mi vida. Estaba tratando de hablar con él sobre lo de Hope, pero resulta ser que apareció otra persona que no esperaba.No quiero perder a Günther, de verdad que me gusta mucho, lo quiero demasiado y no tengo la confianza suficiente en mí, para no lograr que se canse. Soy virgen y no quiero ser un juguete más para él. Termino de sacar las cajas para adornar el árbol de navidad, cuando escucho la puerta abrirse, levanto la vista y Günther, entra a la casa, revisando el celular
Daphne.Estos días han sido muy tristes para mí y la casa está muy fría. Él evita todo contacto conmigo. No almuerza en la compañía o en el restaurante tailandés. Llega muy tarde a casa y cuando logramos vernos, las miradas que me da, no son nada amigables.Por supuesto que esta noche no era la excepción. Él estaba en el sofá viendo un partido de béisbol, pero no me habla. Yo estaba en la cocina terminando de preparar mi cena. Él no volvió a cenar conmigo o a compartir conmigo cualquier cosa. Escucho como lanza algo en la mesa de café y dice impropios que ignoré, para no sentirme peor.—¿Por qué no fuiste a almorzar? —me giro a verlo, no sé en qué momento se acercó tanto a mí—. Tina me dijo que se saltaron el almuerzo porque le estabas explicando las citas de la agenda. ¿Acaso vas a matarte de hambre? —pregunta molesto.Suspiro resignada posando mis ojos en él.—Estoy preparando mi cena ahora —me ve con intensidad, pero ninguno aparta la mirada—. Tenía que explicarle las cosas porque
Porque la quiero a ella.Al día siguiente.Günther.Cuando dije que dejáramos las cosas así me refería a la conversación, en ningún momento por mi mente pasó que debíamos terminar, pero igualmente no se puede terminar lo que empezó como un contrato.Yo pienso una cosa y ella hace otra.Me dice que me quiere, pero no puedo creerle. No estamos de acuerdo en nada, no pensamos igual y en estos momentos, me siento herido. Esa mujer me exaspera de sobremanera y me cabrea hasta la médula que por ese tipo sienta algo. No me saco de la cabeza esas miradas que se daban. Ese hombre de acento ruso aún la ama y por más que ella diga que lo olvidó y dejó de quererlo, no puedo evitar ponerlo en duda.Pero resulta que ese hombre es un buen socio lleno de dinero y muy buscado por todas las empresas de seguros.—¿Pelearon otra vez? —pregunta Ivan, sentándose frente a mí.—Digamos que hubo una confusión y ella me terminó —empieza a reírse, lo miro mal mientras tomó de mi café.—Lo más probable es que te