Un mes después…
Voy a volverme loca.
La mayoría de las personas, cuando salen de su trabajo, lo hacen para encontrar algo mejor, por recomendación o porque simplemente cerraste el ciclo en ese lugar y ya no soportas seguir ahí.
En cada uno de ellos dejas la mitad de tus conocimientos y algunas veces, hasta tu corazón.
Yo no soy una excepción.
Dejé mi corazón en la empresa de arquitectura del señor Müller. Mis conocimientos fueron siempre valorados y después de mucho esfuerzo, me llamaron a trabajar a otro lugar.
Me destaqué entre las mejores.
En la compañía de mi esposo ausente, no he tenido la oportunidad de ayudar a nadie, pero me esfuerzo lo suficiente por estar aquí. Para mi jefe, puede que sea buena haciendo mi trabajo, pero en la mayoría de las ocasiones me hace sentir que mi trabajo es malo.
Nunca recibí señalamientos por ser la esposa del dueño de la compañía y como su esposa en secreto, he tenido que ocultar muchas cosas. Debo guardar la compostura aunque por dentro esté por estallar. Aprendí a morderme la lengua cuando muero por decirle muchas cosas. He aprendido a fingir una sonrisa cuando por dentro estaba por reventar de la rabia.
Soy hasta un ejemplo para los demás empleados cuando nadie era un ejemplo para mí. La única amiga que he hecho en esta compañía ha sido Tina. Ella me ha dado mucho y se convirtió en mi salvación en este lugar.
Aquí parece que hablarme, es un problema.
«En mi otro trabajo me querían y aquí ni me tragan», pensé indignada.
No me considero alguien especial y mucho menos creo ser mejor que los demás.
No soy la mejor empleada que existe en el mundo, pero estoy dando lo mejor de mí para no caer en el abismo laboral.
—Daphne... —escucho el llamado de Tina, miro sus ojos llenos de angustia, que me hacen preocupar—. Por favor, ¿dime qué recuerdas que esta noche era la cena con los rusos?
¿Cenar con los rusos?
Reviso la agenda de mi esposo ausente, buscando alguna reunión pautada para hoy, pero no hay absolutamente nada importante para esta noche. Además, mi querido jefe no me habla desde la llamada que me hizo hace varias noches atrás, para recordarme que era mi esposo. Para él, si hermosa esposa, o sea yo, no existe.
—No lo sé, pero en su agenda no tiene ninguna reunión o cena con nadie importante esta noche —respondo dudosa, ella pasa sus manos por su cabello nerviosa y sus ojos se llenan de miedo—. ¿Qué pasó con esa reunión? No te calles ahora, Tina.
Dime si era algo crucial para poder ayudarte.
—Es un cierre de negocios —habla en un hilo de voz, le hago señas animándola a continuar—. La persona con quién tenía una reunión hoy es una de las personas más influyentes en Rusia. Hacer negocios con ellos, es abrirte paso en el mundo de la medicina, pero al parecer, al señor se le ha olvidado que debía ir hoy para allá.
La miro sorprendida por la información y pongo mi mano sobre la de ella intentando darle fortaleza.
—Iré yo en el lugar de mi jefe para hacerle frente a esas personas —respondo, llega Stewart al piso de la oficina dónde nos encontrábamos.
—He buscado a Günther, pero no está en ningún lado. Creo que primero deberíamos dar con él mientras otras personas se van encargando de los rusos —recomienda, viéndonos a los ojos.
—¿Puedo preguntar quién es usted? —él me sonríe, haciéndome sentir extraña—. Lo siento, no debí preguntar.
—Soy el mejor amigo de Günther —me estrecha su mano—. Me llamo Ivan. Encantado de conocerte, Daphne.
—El gusto es mío —tomo su mano, ladeando la cabeza.
¿Sabe que mi esposo ausente y yo nos casamos hace dos años?
Él asiente como si pudiera leer mis pensamientos.
—Sé muchas cosas de Günther —responde—. Por ahora nos vamos a dividir y la persona que dé con él primero, debe asegurarse de que llegue a los rusos pronto.
¿Pero qué negocios tiene con ellos? Nunca tuvo una reunión con nadie de allá y mucho menos vinieron para acá.
—¿Todo está bien, Ivan? —lo miro dudosa.
—Günther no es malo. Si eso es lo que te hace sentir insegura... Solo que con los rusos las cosas siempre son complicadas.
Ok, tal vez las cosas con él empezaron mal y sinceramente no lo conozco, pero nunca se ha ido de la oficina sin decir a dónde y desde que hablamos de los cambios con la agenda, todo me lo notifica. Para nadie es un secreto en la oficina, que mi esposo ausente no es amigable conmigo.
Presiento que no es mala persona y tal vez solo es un imbécil a toda hora y ya.
Salimos al estacionamiento y nos dividimos en varios grupos. No sé para dónde se fueron, pero me quedé parada frente al restaurante de comida tailandesa. Probablemente podría ir al psiquiátrico más cercano, pero tal vez no esté tan loco para internarse.
¿Psiquiátrico? No... ¿Escuela de idiotas? Probablemente eso es positivo.
De verdad quiero visitar un psiquiátrico abandonado.
Ay, Daphne, mejor volveré mi atención a la desaparición de mi esposo ausente.
La cena era en menos de una hora y teníamos unas dos o tres horas buscándolo por todos lados, pero simplemente ese hombre no aparecía. Tona, Ivan y yo, nos llamábamos constantemente para ver si habíamos tenido suerte, pero a pesar de todo nuestro esfuerzo, no funcionó.
No lo encontramos.
Honestamente estoy empezando a preocuparme. No tanto por la reunión, más bien es mucho tiempo sin saber de una persona y tengo miedo que le haya pasado algo.
No quiero llamar al señor Müller para darle una mala noticia de su hijo.
—¿En dónde puedes estar, Günther? —murmuro a la nada mientras camino cerca de un lago.
¿Un lago?
No creo que esté en ese lugar, pero no pierdo nada en ir a investigar.
Si estaba deprimido podía ir al bar más caro.
No parece un lago muy transitado y por la hora, ya da miedo seguir caminando, pero tengo el presentimiento de que él está aquí.
—Mi padre se sorprendería de verme aquí, buscando al hijo del hombre que me hizo casarme por un contrato y me dio mucho dinero.
Sonrío con ironía.
Miro a la poca gente que estaba en el lago, había varios hombres mirándome de manera asquerosa.
¿Por qué tienen que verme de esa manera? Solo soy una mujer vestida con una falda lisa color negro, una camisa rosa y unos zapatos de punta de tacón alto.
—¿Vienes por aquí solita? ¿Quieres compañía, hermosa? —un hombre bastante oloroso a sudor y que parecía vagabundo, se dirige a mí—. Oye, deberías venir conmigo para que pasemos un delicioso momento los dos.
¡Este hombre va a atacarme! ¡¿Por qué se me ocurrió meterme a este lago sola?!
Tengo miedo, estoy asustada y probablemente mi pureza será arrebatada...
—No estoy sola. He venido a buscar a mi esposo —le respondo inexpresiva.
—Claro, cariño... Vienes por tu esposo —pasa su lengua por sus labios y me toma del brazo para llevarme a algún lugar.
¡Va a abusar de mí!
Mi primera vez y seré ultrajada por un asqueroso vagabundo. Intento soltarme, pero me toma fuertemente por el brazo, apretándola fuertemente hasta hacerme daño.
Joder, debí haberme metido en clase de karate como mínimo.
—Oye, suéltala —esa conocida voz gruesa, por primera vez me hizo sentir aliviada. ¡He encontrado a mi esposo ausente!—. Ella te lo dijo. Vino a buscar a su esposo. Yo soy su esposo, así que quita tus asquerosas manos de mi mujer antes de que te deje sin ellas. Por qué me imagino que aún quieres conservarlas, ¿verdad? —el aludido me suelta después de decir algunas cosas extrañas.
Mi corazón latía con fuerza, pero me sentía un poco más segura ahora. Voy hacia Günther mientras acarició mi brazo.
Realmente me dolía.
Mi esposo ausente me mira a los ojos fríamente mientras inspecciona mi cuerpo. Sus ojos quedan en mi brazo y suspirando tensa la mandíbula.
¿A que no adivinan quién se enojó? No diré quién es y mucho menos que está parado frente a mí.
—¿Por qué viniste a buscarme? ¡Tú eres el problema principal de todo esto! —se queja, cuando me ve a los ojos.
Este tipo es un imbécil.
Por el miedo que tenía, me resultó un antiestrés, morderme los labios.
No voy a negar que si me moría de miedo, pero este estúpido no me puede preguntar si yo estoy bien.
¡Mi preciosa pureza casi es arrebatada! Esto es indignante.
El día que repartieron los premios de imbéciles, definitivamente Günther se llevó todos los lugares.
Un día vendrás en mi auto, aumentaré la velocidad y mientras lo hago, diré que la vida no tiene sentido.
—Gracias por ayudarme —me mira mal y se va hacia el lago—. También pido una disculpa por ser tan problemática. Realmente no es mi intención ser así.
Vuelve a suspirar y me señala el espacio a su lado para que me siente con él. Le hago caso fingiendo obediencia y me resulta gracioso ver a un tipo musculoso sentado en un lago admirando quien sabe que cosa.
—¿Mi padre te dio mucho dinero por la boda? —cuestiona molesto, lo miro sin entender a qué se refiere—. Sin mala intención te trato diferente y tú solo te callas. ¿Anton te dio tanto dinero que te quitó el poder de irte si te cansas? El dinero le quita la vergüenza a las personas sin importar la situación.
Eso dolió y siempre lo hace.
No me vendí, solo acepté esto para ayudar a tu padre y a las personas de la empresa. No puedo quejarme correctamente porque mis padres claramente me han dicho que yo misma me lo busqué.
Así que no me permito quejarme.
—Si me canso no creo que a usted le importe —me mira inexpresivo—. Si guardo silencio es mi decisión —ignora lo que digo y vuelve a ver hacia el frente.
—Recuerdo haberte dicho que no me importaba tu vida... Tu opinión no me importa, pero si quería saber que tan generoso había sido mi padre contigo —señala mis labios—. Científicamente está comprobado que hacer eso es canibalismo.
Sé que es un momento serio, pero no puedo evitar sonreír ante su último comentario.
Dudo mucho que se entienda él mismo, pero así parece más agradable.
—Tina e Ivan están preocupados por usted. Debería llamarlos y decirles que se encuentra bien —le pido sinceramente—. También debe saber que perdió la reunión con los rusos. No sabía exactamente qué tenía que hacer hoy, pero supongo que se puede realizar en otro momento.
Se hace el que no escuchó y me sigue ignorando.
—Jamás lo entenderías. La reunión con los rusos no era tan importante en estos momentos. Además, nunca perdiste nada valioso en tu vida —asegura molesto.
Me quedo en silencio tratando de calmar el nudo que se formó en mi garganta.
Mi madre no pudo tener más hijos después de mi nacimiento. Ellos tuvieron una adopción abierta con mi hermana, pero de un día para el otro, apareció la familia de mi hermana, se la llevaron y desaparecieron. Ese día perdí a la persona que más quería. No pude decir cómo me sentía porque para ellos, en ese entonces, fui la causante de eso.
La diferencia aquí es que a él lo quieren y a mí nadie me apoya en la oficina.
No me molesta que no me quieran en la oficina, pero nadie me dice la información correspondiente o cuando pregunto algo, me ignoran.
—No entiendo como mi padre pudo pedirte que te pasarás conmigo. Sabe lo mucho que detesto a las mujeres interesadas y a ti te ofreció dinero —su voz se escuchaba triste—. De todas las mujeres que hay en el mundo, ¿por qué tenías que ser tú? Odio que seas mi esposa y me busques, fingiendo preocupación. ¿Acaso no sabes defenderte? Lo más seguro es que quieras causar lástima en mí —me mira decepcionado.
No hice nada que no hayas hecho tú.
—No usé todo el dinero que el señor Müller me dio por este matrimonio. Tampoco es que me metí en esto sola. Por si lo olvidaste, tú también aceptaste ser mi esposo por contrato —pasa su mano por su cuello mientras hace una mueca de desagrado—. Que a mí me dieran dinero y a ti no, no cambia el hecho de que los dos nos metimos en esto sin amor y sin esperar nada a cambio durante los 5 años que debe durar el matrimonio.
Me mira por unos segundos antes de volver a hablar.
—Es la primera vez que te veo un poco molesta. Sé que siempre peleamos, pero nunca mostrabas tus verdaderos sentimientos —sus orbes avellanas me miran fríamente al suspirar—. La reunión con los rusos era para ir a ver a mi novia —sonríe nostálgico—. Estudiamos siempre juntos en el colegio y parte de la universidad. Ella regresó a Rusia porque fue llamada a la liga profesional de fútbol y yo empecé con mi empresa aquí. Estuvimos en una relación a distancia por dos años, pero el sentimiento siempre estuvo.
Sus ojos se cristalizan y aparta la mirada.
—Hace cuatro años me dejó enviándome un mensaje de texto. Fui a Rusia dos días después y me enteré de que ella tenía cáncer terminal. No había esperanza de vida para ella. Cada día era una m****a entre dolores y quimioterapias, cada día se consumía su vida y estuve con ella hasta el final —mis ojos se llenan de lágrimas—. Ayer en la mañana me llamó su madre para decirme que Hope había dejado un testamento. Lo peor de todo esto es que nosotros nos veíamos cada 3 o 4 veces al año y nunca me di cuenta de su cáncer.
[...]
Después de todo lo que me dijo en el lago, el nudo de mi garganta no se fue. Me llevó a casa pasadas las 10 de la noche. Él estuvo en silencio en todo el camino a mi casa y por dentro me sentía avergonzada por siempre pensar mal Günther.
—Daphne —me toma del brazo para ver la marca que dejó el vagabundo—. Mañana acompáñame a la lectura del testamento de Hope. Eres mi esposa... no me dejes solo en esto —su voz sonaba suplicante.
Lo miro por unos segundos mientras acariciaba la marca dónde el vagabundo me había lastimado.
—Está bien, iré contigo —suspira aliviado—. Por favor, llame a sus amigos y dígales que se queden tranquilos.
—Gracias por no dejarme solo —responde sincero, soltando mi brazo y dejando que me pudiera bajar del auto.
La vida es muy compleja.
Como diría mi abuelita, nuestra vida es prestada. Unos viven al límite, otros viven el día a día y muchos viven por vivir.Nunca he vivido en una burbuja, siempre he sido una realista cruel e hiriente. Me duele muchas veces ser así, pero he trabajado desde muy joven y ya vi demasiadas cosas, a tan corta edad. Nosotros, los seres humanos, trabajamos tanto, que se nos olvida cómo es vivir. Siempre pensamos que necesitamos dinero para salir o para comprar algo... Llegamos a pensar que siempre vamos a tener tiempo para todo, pero lo único que se nos agota es eso... El tiempo.La antigua novia de mi esposo ausente no tuvo la oportunidad de tener un futuro. Para ellos las cosas pasaron muy rápido, la vida se redujo a segundos o un sin fin de recuerdos... Por lo menos para él. La vida es efímera y sí, se nos puede ir en un respiro... Un respiro que termina siendo doloroso para la persona que se queda en la tierra.Günther pasó por mi casa a las 10 de la mañana para ir a la lectura del testam
¿Qué es una amiga o una mejor amiga? Es tener una hermana de otra madre, alguien que te protege, que te cuida y quiere por el resto de su vida. Es tener tu propio salvavidas en la tierra.No estoy segura de que eso sea así, pero no quiero llevarle la contraria a los buscadores de G****e.¿Puedo considerar a Tina como una amiga? Sí, pero debo admitir que en algunos momentos es la perdición. Es tener a una chica con un carácter explosivo, a una extranjera con complejo de superioridad, con muchas ideas malas y demasiados pensamientos extraños. Tener a mi Tina es una bendición porque se comporta muy lindo conmigo, pero en estos momentos es una maldición. Ni siquiera sé si podemos confiar en ella y el secreto que no quería que se supiera.«Tal vez ella no sea una tumba abierta y sí sepa guardar secretos. De todas maneras no es mi culpa porque yo no dije nada», pensé esperanzada.Ella es la prometida del amigo de mi esposo ausente y deben confiar más en ella que en mí, pero tengo todos mis
Günther.Pasé mi niñez, la mayor parte del tiempo estudiando o solo, viví en un internado en mi adolescencia porque mis padres estaban demasiado ocupados trabajando para hacer dinero. Tuve una nana que era todo para mí. Ella era quien me esperaba cada vez que yo regresaba del instituto por vacaciones. Ella prometió estar conmigo y me amó hasta el final de sus días. La última navidad que pasamos juntos, fue en el verano de mis 22.Después de eso, jamás volvió a mi vida.El trabajo para mis padres siempre ha sido el tema del año. Nunca se descansa si hay oportunidad de adelantar, discutir o reorganizar algo pendiente. Puedo decir que sí, tuve muchísimo amor de parte de ellos, pero su presencia me hacía falta. Me llenaron de cosas innecesarias, enviaron a mi nana cuando las reuniones en el instituto les llegaban y así fui creciendo.Crecí con un amor a medias, pero lo hice bien.Conocí a Hope, cuando estaba en el instituto de Gales. Cuando estaba en clases, la mayoría de las veces me iba
Günther.Casa de la familia Müller.Una de las cosas que siempre me incomodaba de venir a casa de mis padres, era tener que hablar de trabajo o de cuando olvidaría a Hope y me casaría. Honestamente, nunca tuve intenciones de casarme con ella y sí, nos amábamos muchísimo, pero jamás se tocó el tema de unirnos en matrimonio. Ella tenía otras perspectivas sobre la vida y yo quería triunfar para hacer mucho dinero y vivir estable y feliz con ella.No me considero una persona amargada, pero tengo un carácter altamente calificado de felicidad diferente. No puedo andar riéndome por todo y claramente soy una persona alegre cuando no trabajo. Estos últimos días los he pasado mal, por haberme enterado de lo sucedido con mi hija. Sé que Hope murió, pero eso me hizo sentir un poco de rencor por ella.Era mi hija y siento que nunca me tomó en serio, aunque por años le demostré estar seguro de vivir con ella.—Tal vez te faltó amarla más y decirle que todo estaría bien si un día alguno de los dos n
Habíamos llegado a tiempo a lo que sea que se supone que mi familia le tiene preparado a Daphne. Mis padres estaban encantados con la sencillez que ella los trataba, de hecho, parecían disfrutar más de su compañía, que de la mía.No me importaba mientras no le hicieran preguntas que la hicieran sentir mal.Nunca me gustó esta casa. Sinceramente, mejor es mi departamento. Este lugar es muy simple y todo es cuadrado. Ventanas corredizas, cuadradas... una puerta, cuadrada... por dentro todo parece un hospital de dos pisos porque es blanco y sin vida.¿Adivinen cómo es la piscina?¡Sí, también es cuadrada!Mi madre nos invitó a sentarnos en el comedor, ya que el almuerzo estaba listo. La televisión estaba encendida, en la pared frente a nosotros. El partido estaba por comenzar y mi padre no quería perderse ningún detalle.—¿Cómo te ha ido estos días con Gun en la empresa? Como esposo y como jefe, a eso me refiero, cariño —pregunta mi padre, ella estaba sentada a mi lado y por esa razón, p
Tres días después…Daphne.¿Qué estás dispuesto hacer para conseguir una verdad? Honestamente, yo no estaba dispuesta a hacer nada. De hecho, yo no pretendía moverme de mi nueva y remodelada casa, para ir a vivir como una arrimada a casa de mi esposo ausente.«Come pizza con tenedor y cuchillo. ¿Quién en este mundo come pizzas así?», pensé indignada.Pero, obviamente, es él y eso, no lo podemos evitar. Ya no tiene arreglo, nos guste o no.Según mi suegro, su hijo ya está sintiendo un amor profundo por mí, y por esa razón está un poco confundido con mi presencia. Yo ahora debo vivir con él, y en ningún momento en la oficina, le he visto un síntoma de confusión o de amor. O sea, de por sí que el normal no es, ¿ahora debo agregarle al hermano perdido de Confucio?«Quién sabe, tal vez no sabe si quiere darte duro contra la pared o la mesa», vuelvo a pensar, pero esta vez me da risa.¿Darme duro? La que le va a dar duro contra todo pronóstico, seré yo.Eso me indigna horriblemente.Aja, ¿e
Siento un cosquilleo por mi cuello y una respiración que desciende hasta mi pecho. Unas manos acarician mi abdomen de manera pausada provocando que se me escapen varios suspiros, una mano grande y experimentada toma uno de mis pechos acariciándolo. Abro mis ojos al sentir la lengua de él en mi seno libre y su mano bajando hacia mi pelvis.Mete su mano en mis bragas y empieza a acariciarme suavemente. Un gemido se escapa de mi boca haciéndolo gruñir de satisfacción. Saca su miembro y lo coloca en la entrada de mi parte íntima. Ansiosa y ya bastante mojada comienzo a moverme haciéndolo entrar lentamente y miles de sensaciones inexplicables hacen temblar a mi cuerpo.—Daphne... —me llaman a lo lejos—, despierta, ¿qué haces ahí? Estuviste enferma hace unos días y no quiero que te vuelva a pasar —me pide una voz familiar.Incómoda y bastante frustrada, abro mis ojos tratando de adaptarme a la luz del ascensor.¿Eso quiere decir que soñé todo lo que sucedió?«No deberías enojarte, ¿quién t
Hay días que uno amanece feliz sin importar que el clima en Alemania no sea el adecuado. Por ejemplo, ese es mi caso hoy, el cielo está nublado, bastante oscuro y los pájaros no cantan porque está cayendo un tremendo aguacero. Hace el peor de los fríos y no tengo idea de dónde está mi sombrilla, pero nada que un delicioso chocolatito caliente, no pueda quitar para aliviar el torrente de hielo que es la calle.¡Pero eso no me importa porque hoy recibo mi primer sueldo en la compañía!Es una hermosa mañana lluviosa, en donde no se puede salir a trabajar, eso creía yo, pero mágicamente antes de que los pequeños vientos y la leve lluvia cayera, hacía un sol que te derretía. Tina llegó un poquito mojada, y es extraño porque ella es la persona más cuidadosa de todo Berlín.Y eso que la chica del tiempo dijo que no llovería. Sé qué nadie les cree, pero por primera vez en la vida, quise creerle nada más porque hoy me pagaban.Y aquí estoy en la oficina, un martes por la mañana, día de cobro y