Azura estaba molesto e irritado. Cualquier mínima provocación desataba su cólera y su mal carácter, que de por sí no era muy estable, pero desde el momento en que supo que esa pequeña hembra escapó de su control, no había quien estuviese a salvo de su aura intimidante. Miraba a la pista de baile h
— Azura… — se atrevió Lea a decirle el nombre — Ya te acompañé un rato, tengo asuntos importantes de la corte que atender – la interrumpió y con la misma se levantó, haciendo que todos volvieran a estar en tensión. Lea vio su espalda al irse y su dragona interior rugía por matar. Había que ser e
— Entonces solo tengo que ir a matar a tu amante – respondió sin más la voz amenazante del animal. Esta era su hembra, SUYA, no de ningún otro macho, ni siquiera del otro cachorro de su misma madre. Hizo por levantarse para ir a desafiar al dragón de Charlie, dejando sus pequeñas manos libres, per
— Espera… espera, eso es demasiado duro, tus escamas… — miraba la cola que se iba acercando temblorosa como si tuviese vida propia, casi a punto de tocar la piel sensible del interior de su muslo. — ¿Ahora tienes miedo?, ¿por qué no me dices entonces lo que deseo escuchar? Azura apoyó los codos a
Bajó la mirada para verla tratando de hacerse la difícil, pero por mucho que se mordiera el labio inferior, no podía aguantar los gemidos y él quería escucharla más, quería escucharla para siempre. — Aahhhh – Aysling echó la cabeza hacia atrás cuando sintió que esa enorme columna se clavaba más pro
— Y eso que no la querías y me odias mucho, me siento algo violado… mmmm tan dulce, me encanta – Aysling vio como Azura movió la cola llena de sus restos a su boca y la lamió tragando todo lo que ella acababa de soltar. — No, no hagas eso… — ¿Por qué no? — Es vergonzoso – le respondió más roja qu
— Ella se había aplicado algo a base de yerbas que ocultó tu olor, se sentía raro, pero no me quiso decir y no le pregunté ¿por qué Aysling estaba en esas condiciones Azura? Ella es una buena mujer, no sé cómo llegó a ese burdel, pero te puedo asegurar que fue engañada, ¿acaso, tú…? — Ni se te ocur
— ¡Acaba de pasar de una vez! – le gritó a su ama de llaves que esperaba en la puerta, no fuera a ser que alguno de esos adornos terminara en su cabeza. La señora tenía un fuerte temperamento, pero nunca la había visto tan enojada. — ¡Dime! ¿Está con ella, cierto? ¡Me dejó sola delante de todos po