CONQUISTANDO A MI DRAGÓN La cabeza de Aysling se sentía sumamente pesada y adolorida, las náuseas amenazaban con echar afuera todo el contenido de su incómodo estómago. Recuerdos fugaces y dolorosos asaltaron su mente. El huevo de Azura había caído por ese vórtice de magia y ella lo siguió hasta…
— ¡Ahh hija de puta! ¡BAM! Medio ciego por un momento, chocó contra la pared de piedra del pozo, volviéndose a golpear. Aysling le había lanzado de la arenilla en la base del pozo, cegando sus ojos de repente y aprovechando para rodar a un lado y escapar de su prisión. — ¡Ahh! - gritó cuando al q
Aysling se había ocultado unos días en la casa de Charlie, pero siempre tenía miedo, de ser descubierta o de que el niño la traicionara. Un día, cansada del encierro y dispuesta a conocer más de su entorno para escapar, decidió salir por el bosque que rodeaba el atrasado pueblo. Cada vez se conven
— Mmm— Aysling se llevó la mano a la frente mientras su cuerpo comenzaba a reaccionar. Esta costumbre de desmayarse como una damisela en peligro tenía que acabarse de una vez. La cama blanda a su espalda le hizo saber que se encontraba de nuevo acostada en un sitio desconocido. Lo último que reco
Aysling meneaba sus caderas hacia atrás y se abría más, ida en la pasión, mientras una larga y flexible lengua violaba su diminuta entrada virginal. Sus mismas manos comenzaron a toquetearse las tetas, mientras solo gemidos provocadores salían de entre sus labios entreabiertos. Se sentía tan maldi
Aysling, intentaba relajarse, pero no lo lograba, era demasiado grueso y ni siquiera se imaginaba que podría aguantar todo dentro de ella. De repente, besos suaves cayeron sobre sus mejillas bebiendo sus lágrimas. El vapor caliente que salía de la boca del hombre era evidente y hacía que su piel s
Aysling casi vuelve a correrse ante tanta intensidad. Sentía como protuberancias de espículas aparecían en el eje de Azura que se hinchaba en la base, haciéndola gemir un poco incómoda por la inflamación en su vientre. Todo era para asegurar la fecundación durante el celo, para preñar a su hembra
— Todas siempre al inicio se creen esos cuentos de fantasía. Los clientes le dicen que la van a sacar de esta vida y caen redonditas – bufó una de las doncellas. — ¿Quiere decir que él se fue? ¡Dime por lo claro! - Aysling le gritó sin podérselo creer. — ¡¡Se fue maldici0n, solo te usó para desaho