El jefe de los investigadores tuvo la mala suerte, no solo de ocultarle una información tan importante a los dueños, sino también de arruinarles parte de su luna de miel. Así que cuando fue encerrado en la oficina de presidencia y cercado por dos Alfas furiosos y una bruja en busca de su esposo, no
Una hermosa mujer salió con botines altos en rojo, medias de mallas negras que le llegaban hasta la mitad de los muslos y sujetas a un liguero que se ajustaba a su cintura. Abajo una mini tanga negra, que no dejaba mucho a la imaginación y en los grandes senos, solo dos pequeñas estrellas comestibl
Un dedo se convirtió en dos, entrando y saliendo lleno de fluidos. Sus muslos abiertos temblaban en tensión, su otra mano fuertemente agarrada arriba al tubo. De repente, sintió el excitante aroma a colonia amaderada cerca de ella y antes siquiera de abrir los ojos, unos gruñidos calientes se escu
El corazón de Rose latía desbocado, ¡esto no estaba en sus planes! ¿Cómo fue que pasó de tener el control total, a estar ahora con las manos arriba, amarrada al techo por una cuerda de seda en sus muñecas, los ojos tapados con una de las corbatas de los gemelos, mientras su cuerpo quedaba expuesto
Se había convertido en una adicta sexual por completo, estos hombres habían corrompido su mente y su cuerpo. — Mmmm… Niall – una boca lujuriosa, comenzó a comerse las estrellas de su pecho con sabor a fresa. Niall las chupaba y devoraba con sus caninos afilados, que pasaban por la piel sensible de
El cuerpo de Rose se sentía pesado, perezoso y muy satisfecho, pero sabía que este era solo el inicio de la noche. —¿Fuimos muy rudos, cariño? – la voz ronca de Niall resonó en su oído y Rose negó. — No, fue perfecto – le susurró ganándose un delicioso beso en los labios que ya tenía hinchados. —
Michael miraba a la pequeña princesa que se alimentaba en sus brazos, de un biberón en rosa. Solo que en vez de estar lleno de leche, como los niños humanos normales, la pequeña Isla tomaba sangre, como la parte vampírica de su especie. Sus grandes ojos grises, como los de su padre, lo miraban fij
Milo saltó sin dudarlo hacia donde estaba su amo, sin embargo, las cosas se complicaron de un momento a otro. ¡BAM! La puerta, que supuestamente nadie podía abrir porque no sabían el código de acceso, se abrió de golpe y dos enormes lobos entraron a por su cabeza. Milo sabía que era imposible pa