Desde que Rose fue hecha prisionera y llevada a la plaza, se preguntó, ¿qué clase de destino de mierd4 era este que le había tocado? Siempre tenía que estar en el medio de algo turbio y ser el personaje más débil, la manzana de la discordia y ahora, le tocaba ser la rehén. Cuando vio al enorme hom
Rose se quitó las viejas pantuflas que, por suerte, eran como tipo zapatillas, si no andaría como loca corriendo descalza por el bosque. Su tobillo palpitaba y ya pasaba de rojo a un púrpura un poco escandaloso. Con cuidado de no resbalarse, comenzó a dar sus pasos, internándose en la fría agua.
— Si de verdad te damos tanto asco, créeme que lo sabremos, nunca te obligaríamos a algo que realmente no quieres. — Ya que tu boca mentirosa nos niega tanto, entonces probemos si tu cuerpo es más honesto. — Eso que me pides, yo… — Déjanos tocarte solo por cinco minutos, Rose, si no logramos hac
Rose abrió la boca en un gemido que no pudo contener y que se perdió en la garganta de Maell, cuando aprovechó para comenzar a besarla con pasión. Dos lenguas la invadían de dos maneras apasionadas y locas. Explorando y saqueando, tomando absolutamente todo de ella. Maell la agarró con fuerza por
— Esto ha salido mejor de lo esperado, para que veas que en ocasiones mis locuras sí funcionan. Niall suspiró, mirando a la hermosa mujer acostada sobre el amplio lomo de Finn, el lobo de su hermano, que caminaba despacio y concentrado en cuidar su mayor tesoro. «Al menos por ahora, ella decidió
La súper manada unida contra el invasor, dejó de serlo en un segundo. — ¡Ustedes, traidores! — ¡Tenemos que mantenernos juntos!, ¿no se dan cuenta de que solo nos quieren dividir? — ¡Son unos cobardes! ¡Cuando mi hermano se arriesgó por todos era un héroe y ahora nos abandonan así! Los gritos in
Maell miraba desde la tarima a su hermano luchando como bestia enjaulada. Su lobo también rugía de indignación por su mate, también quería destrozar cabezas, pero la personalidad de Finn era más calculadora y fría, más sosegada y no tan volátil como Casey. Si los dos actuaban como unos locos, ent
Rose, se quedó parada en la puerta, recostada al marco como en un trance. Siempre los había visto luchando o en su papel de Alfas mandones, pero observarlos así, en ese plan hogareño, íntimo y familiar, hacía que mariposas comenzaran a revolotear en su estómago. “Deben ser parásitos en el intesti