Estaba más loca que una cabra, pero era buena persona. — Hablando de Román, ¿volvió a contactarte después de la fiesta en el club? – le preguntó, pero Ophelia le dijo que no — Esteban me dijo, que no quería salir de su casa porque estaba muy golpeado, al parecer ese día, algunos maleantes lo acorr
— Lo siento tanto jefe, de verdad, disculpe por favor, soy una torpe— Ophelia no sabía cómo disculparse por haber derramado todo el café en la camisa de su jefe inmediato. — Tranquila Ophelia, ya te dije que no tiene importancia, con un poco de agua y la chaqueta por encima, puedo disimular. — Hoy
No eran parejas destinadas, pero eso a Estela no le importaba, ella lo quería como su compañero, solo que el Alfa, claramente no sentía lo mismo hacia ella. Pero no se rendiría, él le dijo en una ocasión que no le interesaban las parejas destinadas, así que si no se guardaba para su mate, solo podí
— Yo, yo, yo… — Tú, tú, tú misma – Elijah se burló de su tartamudeo sin compasión— Hasta ahora mismo tenías mucho que decir sobre mí, qué pasa, ¿te comió la lengua el gato? — Señor Cohen, disculpe, yo… — Ophelia dio un largo suspiro e intentó no dejarse dominar por el nerviosismo. — Es evidente
— Elijah, te estaba buscando, ¿sucede algo? – Estela se dio cuenta enseguida de que había interrumpido algún asunto y del momento incómodo. No era tonta para nada, enseguida su loba captó varios olores, sobre todo el del Alfa sobre el cuerpo de esa pasante y el peor de todos, excitación, la excitac
Ophelia esperó y esperó su despido, solo que este, nunca llegó. Pensó que quizás el CEO no era tan mezquino y mala persona como ella lo había catalogado, pero igual, no quería tener ningún otro encuentro con él. Ese hombre la ponía nerviosa, pero sobre todas las cosas, la hacía sentir mal con ella
Por mucho que se apuró, terminó llegando casi a punto de marcharse el miniván con todos ya subidos. — Lo siento, Srta. Allen, pero como usted se cree que es la jefa y puede llegar a la hora que se le antoje, esta vez, está fuera del proyecto – le anunció sin piedad Marcela, su jefa de departamento
— ¿Eres un hombre lobo, cierto? – en vez de responderle, Ophelia le hizo esa pregunta. — Y si no lo soy y ahora digo que en realidad soy un ser humano y pienso que estás completamente loca – le respondió divertido, mirando por el rabillo del ojo, como le hizo muecas y le puso los ojos en blanco. —