— Ophelia debo decir que estoy muy asombrado con tu cambio de hoy, me imagino que esto tendrá que ver algo con Camila, pero solo puedo agradecerle, porque estás hermosa – Román estaba desplegando todo su arsenal de palabras lindas desde que llegaron.— Gracias, Román, tú también estás muy apuesto –
Movió sus caderas en un vaivén contra su tanga, amasando la parte expuesta de sus nalgas, queriéndose colar dentro de ese cuerpo que había sido creado para ellos, solo para ellos.En su mente, Cintra buscaba constantemente a la loba de Ophelia, llamándola, tentándola.“Yo soy tu Alfa y tú eres mi Om
— No vuelvas a aparecer más en este club, no tienes permitida la entrada y menos con un tipo – Ophelia escuchó como el hombre le dijo al oído, áspero y molesto, mientras le acomodaba el vestido de nuevo en su sitio. ¿Molesto con ella o con él mismo? Se iba a girar para averiguarlo, para preguntarl
Por otro lado, el imbécil en cuestión, estaba que se trepaba a las paredes de frustración. “¿Qué caraj0s se supone que estás haciendo? ¡Encontramos a nuestra mate y ella respondió a nosotros!” “Te aprovechaste de ella y luego, ¿te fuiste corriendo como un cobarde? ¡Estoy avergonzado de ti!, ¿qué v
Estaba más loca que una cabra, pero era buena persona. — Hablando de Román, ¿volvió a contactarte después de la fiesta en el club? – le preguntó, pero Ophelia le dijo que no — Esteban me dijo, que no quería salir de su casa porque estaba muy golpeado, al parecer ese día, algunos maleantes lo acorr
— Lo siento tanto jefe, de verdad, disculpe por favor, soy una torpe— Ophelia no sabía cómo disculparse por haber derramado todo el café en la camisa de su jefe inmediato. — Tranquila Ophelia, ya te dije que no tiene importancia, con un poco de agua y la chaqueta por encima, puedo disimular. — Hoy
No eran parejas destinadas, pero eso a Estela no le importaba, ella lo quería como su compañero, solo que el Alfa, claramente no sentía lo mismo hacia ella. Pero no se rendiría, él le dijo en una ocasión que no le interesaban las parejas destinadas, así que si no se guardaba para su mate, solo podí
— Yo, yo, yo… — Tú, tú, tú misma – Elijah se burló de su tartamudeo sin compasión— Hasta ahora mismo tenías mucho que decir sobre mí, qué pasa, ¿te comió la lengua el gato? — Señor Cohen, disculpe, yo… — Ophelia dio un largo suspiro e intentó no dejarse dominar por el nerviosismo. — Es evidente