Lucian sabía que volvería por el cuerpo de su Luna y posiblemente, a terminar lo que empezó. Todos se tensaron al ver a Lucian, nunca se imaginaron que todo esto había sido una trampa del Antiguo para hacerlos salir como ratas de sus madrigueras. “¡No se asusten, él está solo y nosotros somos ocho
Y Lugh se abalanzó como un mensajero de muerte con la boca abierta ensangrentada y desgarró a Luca hasta la muerte. Bebió de su sangre y su carne y vengó a sus otros guerreros caídos por la crueldad de este líder, que solo veía por sus propios intereses egoístas. Lucian se lo sospechaba, pero cuan
- Antiguo, revisamos la casa del Alfa y al parecer, su hijo se coló para sacar algunos documentos y quizás dinero que guardaba su padre- Morgan, como siempre, dando el reporte de las malas noticias. - ¡Esa m4ldita planta tiene que desaparecer como sea Morgan, haz un resquicio en todas las casas y l
Keeva escuchó los pasos apresurados y las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos sin siquiera verla, era su madre. Su madre la estaba buscando para escapar. - ¡Keeva!- exclamó al encontrarla encadenada al árbol para evitar que huyera, al fin y al cabo, ella era el mayor botín, no solo destruirían
Una mujer finamente vestida y embarazada, dormitada dentro del carruaje. Al sentir el ruido se intentó despertar, pero Keeva la aturdió con un simple conjuro. - Madre, lo siento, lo siento tanto, yo… - pero ni siquiera se pudo disculpar, porque el relincho de los caballos asustados y la disminució
- ¿Lucian que sucede a dónde vamos y por qué Olivia no quiere salir? – preguntó Keeva con precaución porque las veces que se excluía era por decisión propia, pero ellos hace días se traían algo entre manos y no se enteraba de nada. Además, hoy Olivia estaba en completa huelga. Se encerró en su mun
El cuerpo de Keeva temblaba por todos lados, estaba completamente nerviosa y de manera torpe, abrió sus piernas y se sentó a horcajadas sobre la dura erección, más que evidente de Lucian, que gruñó al sentir lo mojada que estaba su braga en la zona íntima. A esta brujita le estaban encantando sus m
Las caderas de Keeva no pudieron detener su movimiento buscando su propio placer. Lucian abrió los ojos desde abajo, para ver a su hermosa hembra tocando sus duros senos, mientras violaba prácticamente su boca y su lengua. Sentir su necesidad, su pasión cruda y deseo, estaban haciendo que aguantar