Isabella durante su embarazo intentó comunicarse en diversas ocasiones con Meyers, pero ninguna de las veces obtuvo ninguna respuesta, hasta que finalmente se rindió y de la nada ya habían pasado dos años desde la última vez que vio al hombre que tanto amó y que había destrozado su corazón. — Mi amor come igual que tu hermanito, ya se la comió toda. — Dijo Isabella mirando a su pequeña con una sonrisa y la bebé miró a su mamá sonriéndole con ternura y el corazón de Isabella de inmediato se conmovió y sintió la necesidad de abrazarla. — Me vuelves completamente loca de ternura. — Susurró Isabella sin poder dejar de sonreír le a Chloe, su pequeña era muy risueña y derretía su corazón. — Mamá. — Balbuceó Chloe tocando la mejilla de Isabella. — Ya deja a la niña, ya casi tenemos que irnos Isa, este concurso es realmente importante, tenemos que llegar a tiempo. — Dijo Sofía acercándose a su amiga, ya ella estaba lista para irse, solo estaba esperando que Isabella terminará de despedirse
— Señor Meyers estamos muy complacidos de tenerlo aquí, una vez más gracias por acompañarnos. — dijo la presentadora, sacando de su ensoñación a Meyers. — Es un placer para mí ser parte del jurado en este concurso, gracias a ustedes por la invitación. — Espetó él recomponiéndose, pero aún sin quitarle los ojos de encima a Isabella, queriendo acercarse, saber cómo se sienten esos labios rosados y perfectos, poder sentir su piel de porcelana entre sus dedos, descubrir si su aroma era como lo imaginaba, dulce y delicioso. Isabella al sentir su mirada se sintió más nerviosa y solo quería correr, pero sabía que Sofía tenía razón, no podía irse sin luchar, necesitaba esto, ya por Meyers había perdido mucho, no debía permitirle que le arrebatara esto también, así que volvió a tomar asiento, intentando ignorar su mirada y mantenerse calmada. Aunque no lograba entender porque él parecía tan confundido al verla y no había odio ni molestia en sus ojos. — Quedarse es lo correcto. — Dijo Sofía
Isabella estaba realmente nerviosa, pero está vez no era por el concurso solamente, lo que más tenía alterado sus nervios, es que volvería a ver a Meyers, no sabía cómo controlar su corazón después de esto y su mente seguía llena de confusión. Ayer él había actuado de forma tan extraña y simplemente no parecía estar fingiendo, pero no encontraba el porque de esto, ¿De verdad fue tan insignificante que podría olvidar todo de ella en tan solo dos años? Además le preocupaba el hecho de que él quería que ella trabajará para él y no estaba segura si él dejaría las cosas así simplemente después de haberse negado. — Debes mantenerte calmada, te protegeré de ese idiota si es necesario. — Dijo Sofía con una sonrisa tranquilizadora. — No quiero que te metas en problemas, él tiene mucho poder, solo esperemos que no vuelva a acercarse, pero si lo hace déjame manejar las cosas a mí. — Musitó Isabella sonriendo también por la buena voluntad de su amiga, pero sabía que Sofía a veces era más desco
— Bastián yo no me robe ningún diseño, no hice nada malo, se que todo esto puede ser muy confuso, pero de verdad que no tengo nada que ver con esto, no le hice nada a tu papá y la disculpa no es para él si no para ti. — Aclaró Isabella pensando que él hablaba de que había lastimado a su papá porque esto debió traer serías complicaciones a la empresa además él no había podido realizarle el homenaje a la mujer que amaba como tenía planeado, pero ella no había robado nada y por lo tanto no le debía ninguna disculpa a él, solo había sido un chivo espiratorio. Estaba segura que después de todo lo que ella había pasado, era él quien debería pedir perdón. — ¿Crees que eso es lo único que hiciste mal? Yo no quiero tu disculpa, solo mantente alejada de papá, es lo mejor que puedes hacer. — Dijo él antes de separarse de su abrazo y alejarse, dejando a Isabella confundida. Se sentía bastante culpable por haberse ido sin darle una explicación a Bastian, pero no entendía lo que él quería decir
— Ese imbécil sigue fingiendo no conocerte, ¿Hasta donde piensa llevar esta farsa? ¿Está arrepentido de lo que hizo? Entonces que se disculpe y actúe como un hombre, que enfrente las consecuencias de lo que te hizo y que deje de intentar hacer como si nada hubiese pasado. — Dijo Sofía furiosa mientras conducía hasta su casa. — No creo que sea una farsa Sofía, él no haría a Bastián que también actuará como si no me conociera solo frente a él, François en serio no parece conocerme. — Suspiró Isabella, aunque no entendía como algo así pudo pasar, sentía que lo de Meyers no era actuación, él de verdad no la recordaba. — ¿Cómo puede ser posible? — Preguntó Sofía frunciendo el ceño, tan confundida como Isabella. — No lo sé, pero Bastián me dijo que yo le había hecho mucho daño a su padre y en un inicio pensé que era porque me culpaba del robo de los diseños, pero ya no creo que sea solo eso. — Respondió Isabella, pensando si había alguna manera de que Meyers se olvidará únicamente de ell
Will corrió al apartamento y al cargar a Vincent este comenzó a llorar disgustado de estar en los brazos de un hombre que no conocía, lloraba desesperado, dándole manotazos en el rostro para que lo soltase. — Isabella, yo sostendré a la bebé, tú toma a Vincent. — Dijo Will ansioso sin saber cómo calmar a este pequeño que lo atacaba ferozmente. Isabella al escucharlo dudó, odiaba ver a su pequeño llorar, pero era Chloe quien estaba enferma, no quería soltarla, ella la necesitaba más en este momento. Meyers que había estado por ir a encender el auto, al escuchar esto junto con el llanto que lo hacía sentir angustiado, entro al apartamento casi corriendo y le quitó a Vincent, que frunció el ceño y solo lo miró confundido pero dejó de llorar de inmediato. — Vamos, yo lo llevaré, tú tendrás que manejar. — Dijo Meyers sintiéndose un poco extraño al cargar a este niño, sentía una especie de conexión que no entendía y no sabía si simplemente sentía esto porque era el hijo de la mujer que
— Ya esta aquí el desayuno, justamente al salir me encontré al doctor y me dijo que esa pequeña princesa ya podía volver a casa. — Dijo Meyers con una sonrisa encantadora, acercándose a Isabella con un empaque de comida y un café. Él no se había ido en ningún momento, había pasado la noche en el hospital porque se sentía incapaz de separarse de esos pequeños e Isabella, solo había salido un momento a comprar el desayuno y al regresar encontró al doctor que acaba de salir de la habitación y le había explicado la situación de Chloe. — Gracias, pero desayunare cuando llegue a casa y bueno gracias por todo señor Meyers. — Musitó Isabella mientras estaba vistiendo a Chloe, había estado llamando a Sofía para ver si podía venir los a buscar, pero ella no le había contestado, así que tendría que tomar un taxi. — Está bien o también puedo llevarlos a comer a un restaurante que hacen unos desayunos increíbles, estoy seguro que te encantará. — Propuso él dejando las cosas en una mesita e Isab
— Sonia, ¿Sabes dónde Vincent pudo aprender que su papá está en el cielo? Yo no sé lo dije y él lo dijo ayer. — Comentó Isabella mientras hablaban por teléfono y en ese momento escuchó una carcajada de la otra parte. — Antes de que te fueras, Oscar me preguntó que había pasado con su padre y le dije que murió, que ahora debía estar en el cielo y Vincent preguntó por el suyo, le dije que también estaba en el cielo, pensé que no habría ningún problema y que Vincent no le daría importancia y lo olvidaría, después de todo es pequeño y pensé que no comprendía muy bien el significado de un padre porque no había conocido uno, pero Vincent es muy inteligente, igual no volverás a ver a ese imbécil y tampoco los niños tendrán contacto con él, está bien si piensan que está muerto. — Explicó Sonia cuando terminó de reírse e Isabella suspiró, pensando en que no podía contarle a Sonia que ya se había cruzado de nuevo con Meyers e incluso él ya había visto a los gemelos, no quería que ella se preoc