La sala de estar de la casa de los padres de Rachel era tal y como la última vez que había estado allí: cálida, acogedora y llena de recuerdos. La chimenea, aunque apagada debido al clima templado, seguía siendo el centro de la habitación. Los grandes ventanales permitían que la luz del atardecer inundara el espacio, creando un ambiente cálido y familiar. Rachel se sentó en uno de los sofás, sosteniendo a Esperanza en sus brazos mientras Moira se sentaba junto a ella, sin apartar la mirada de su pequeña nieta.—Es increíble cómo un bebé puede cambiarlo todo, ¿verdad? —repuso Moira, acariciando la mano de Esperanza con ternura—. De repente, todo lo demás parece… insignificante.Rachel asintió, aunque sabía que no todo era tan simple. Había muchas cosas que aún pesaban sobre su mente, especialmente cuando pensaba en Joseph. Su traición, el sabotaje, y todo lo que había sucedido en los meses anteriores seguían siendo una carga que llevaba consigo, aunque ahora trataba de concentrarse en
El aire en la habitación estaba cargado de una inquietante tranquilidad, una calma que no traía paz, sino una aceptación silenciosa del final inevitable que cada segundo estaba más cerca. El sol de finales de otoño iluminaba la ventana de la habitación de Esperanza James, la matrona de la familia, cuyo deterioro en las últimas semanas había sido evidente para todos. Su piel, más delgada y pálida que nunca, se arrugaba suavemente mientras yacía en la cama, mientras sus ojos, a pesar de mostrarse cansados, seguían brillando con la chispa de alguien que había vivido grandes experiencias, luchas y, sobre todo, ha conocido el verdadero amor por la vida.Logan y Rachel habían llegado esa mañana a la mansión de la abuela, con la pequeña Esperanza, conscientes de que la salud de la anciana se había deteriorado a pasos agigantados desde la última vez que habían estado con ella, cuando conoció a su pequeña bisnieta. Y todos sabían que el final estaba más cerca de lo que deseaban. Solo estaban e
Después de unos minutos, Esperanza volvió a abrir los ojos, enfocándolos fijamente en Logan con una expresión llena de un profundo amor.—Logan, mi querido niño —murmuró—. Prométeme que seguirás adelante, que cuidarás de Rachel y de tu hija. Prométeme que serás feliz. Eso es todo lo que quiero. Siempre he deseado verte realizado y ahora… siento que puedo irme en paz.Logan, incapaz de contener las lágrimas, asintió mientras apretaba la mano de su abuela con fuerza.—Te lo prometo, abuela. Te lo prometo.Las últimas palabras de Esperanza fueron suaves, apenas un susurro, pero llenas de significado.—Entonces… estoy en paz —murmuró, mientras se quedaba dormida, con las fuerzas agotadas.Unas horas más tarde, la habitación de la mansión estaba bañada en una calma profunda, una quietud casi sagrada, mientras los últimos rayos del sol se deslizaban por las cortinas, creando patrones dorados que jugaban en las paredes. Los sonidos amortiguados de los equipos hospitalarios que habían enviado
Una semana después…Había pasado una semana desde el fallecimiento de la matriarca de la familia James, y la vida de Rachel y Logan había vuelto a su curso, aunque de una manera totalmente diferente, como si el legado de la abuela los impulsara a seguir con más determinación y coraje que nunca. La mansión, que antes había estado sumida en un abrumador silencio tras el funeral, ahora resonaba con los sonidos cotidianos de una familia que estaba aprendiendo a vivir como tal.Rachel se encontraba enfrentándose a uno de los mayores retos de su vida: ser madre primeriza. Ni siquiera empuñar un arma le había parecido tan difícil como mantener con vida a un pequeño ser humano que no sabía hacer más que babear, hacer del baño, comer y respirar. Aun así, la pequeña Esperanza, era la luz de sus días, una bebé bastante tranquila, a pesar de requerir toda su atención.No obstante, equilibrar su vida como madre con su regreso a la empresa la hacía sentirse agotada, a pesar de que Logan la ayudaba
Unos días más tarde… Durante los últimos días, Rachel había pasado todo el tiempo que tenía disponible, cuando no estaba pasando tiempo con Logan y Esperanza, creando estrategias y reformulando objetivos de la empresa, así como también buscando maneras de modernizar las políticas internas. Su experiencia y su intuición para entender las tendencias del mercado eran herramientas de gran valor. Por esto, junto a Logan, habían trazado un plan para recuperarse de manera definitiva, enfocándose no solo en limpiar el nombre de Focus Light, sino también en implementar nuevos enfoques que atrajeran a clientes y socios comerciales, y, a su vez, fortalecieran la relación con los empleados.Focus Light era mucho más que una simple empresa de tecnología; era casi un sinónimo del esfuerzo conjunto, y Rachel estaba completamente decidida a ayudar a su esposo a devolverle el prestigio que merecía.La junta directiva, que en algún momento había estado dividida, y habían dudado de Logan, había comenza
Logan observó a Rachel por un momento, consciente de lo que esa noche significaba para ella, y estaba orgulloso de lo que ella había logrado. Porque sí, si bien él había participado activamente, todas las ideas habían sido de su esposa. Rachel no solo había sido clave para salvar la empresa, sino que, además, había transformado cómo se hacían las cosas, aportando una nueva visión, en donde todos y cada uno de los empleados se sentían valorados y, por consiguiente, rendían mucho más en su trabajo, permitiendo la innovación constante, que estaba llevando a la compañía a un nuevo nivel.—Será una gran noche —dijo Logan con una sonrisa cargada de confianza, antes de inclinarse y darle un suave beso en los labios.Jenna que había observado toda la escena en silencio, carraspeó de manera exagerada, provocando que ambos se separaran ligeramente, riéndose.—Bueno, bueno, bueno… nada de escenas romántico-melosas justo antes de que empiece la fiesta —bromeó Jenna, cruzándose de brazos, con una
Rachel se quedó de piedra. Por un segundo, la sala pareció quedarse en silencio, mientras la petición de Logan retumbaba en su cabeza. ¿Presidente? ¿Ella? Era algo que no esperaba en lo absoluto.Su primera reacción fue de total y completa incredulidad, seguida por un torrente de emociones, entre ellas nerviosismo e incluso cierto temor. El corazón le latía frenéticamente, mientras sentía la mirada de todos los presentes sobre ella.—Logan… —comenzó a decir Rachel, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero el shock le dificultaba la tarea de articular una respuesta coherente—. No puedo… no creo que sea el momento… —repuso, bajando la mirada, mientras su mente intentaba procesar el deseo de su esposo.Sin embargo, antes de que pudiera seguir hablando, Logan tomó sus manos con firmeza y sonrió.—Rachel, cariño, has sido mucho más que una líder durante este último año. Has demostrado, día a día, que tienes la capacidad, la visión y la pasión de llevar esta empresa a niveles que y
Tres meses después…—¿Perdón? ¿Qué? —preguntó Rachel, procesando la información, mientras Logan sonreía con una sospechosa calma.—No dije nada del otro mundo como para que te pongas así. —Logan soltó una risita y se levantó del sofá, en donde estaba sentado con Esperanza dormida en sus brazos, y se acercó a ella—. Solo dije que no tienes que preocuparte de nada por unos días. Te he reservado unos cuantos días de Spa.—En serio, eso no tiene sentido.—¿Por qué no? —Logan alzó las cejas.—¿Por qué no vas conmigo?—Porque yo me encargaré de la empresa y de Esperanza durante esos días. Tú necesitas descansar, que te traten como la reina que eres, y esto es parte de ese trato. En serio, solo quiero que te relajes un poco. Ya tendremos tiempo de estar los tres juntos. Pero ahora es «tú» momento —enfatizó.Rachel estrechó los ojos, y lo miró, como si buscara algún rastro de broma en su rostro.—¿Y cómo se supone que vas a manejar todo eso solo? —inquirió, sin poder contener la duda en su vo