Porker quería hacer algo. Sin embargo, recordó esos ojos. Nunca había visto ojos así en toda su vida.

Ninguna persona normal tendría ojos como esos.

Porker estaba indeciso.

"¡Gordinflón, siempre tan indeciso!".

Jane estaba ansiosa. Vio como Porker miraba a su alrededor con dudas.

La única persona que podía hacer algo ahora era Porker. El líder y el grandote estaban ambos muy mal heridos.

"Déjanos ir. Prometo que no investigaré lo que pasó esta noche. Además, ustedes están muy mal heridos. ¿Estás seguro de que pueden dejar Ciudad S esta noche?", dijo ella mientras hacía amenazas y promesas. "En cuanto al dinero, les daré un millón de dólares para que lo compartan entre ustedes. Si no...". Ella miró a la persona. También estaba muy herido. Si ellos continuaban con esto, ella no podía garantizar lo que les podría suceder.

Mientras entraba en pánico, su razón empezó a volver a ella. Sus ojos se volvieron afilados.

"Tienen dos opciones”.

"Una, déjennos ir. No investigaré lo que ha