Jane sintió humedad en su rostro. Era el sudor derramándose de la frente de este hombre.

Sintió un nudo en la garganta y lo empujó con todas sus fuerzas. La persona que estaba delante de ella se tambaleó hacia atrás. "Janey, no...".

"Está bien". Ella extendió su brazo para agarrar el brazo de la persona que estaba a punto de acercarse a ella de nuevo. El tipo musculoso la vio y sonrió malévolamente.

"Me preocupaba no poder pegarte, pero eres una chica tan buena. Quédate quieta".

Por la esquina de su ojo, vio el bate que Porker había dejado caer en el suelo antes. Ella se agachó y lo recogió. Lo tiró por todo el lugar a ciegas.

No tenía ninguna experiencia en la lucha. No tenía ninguna habilidad. No sabía si estaba golpeando a alguien o no. Sin embargo, en ese momento, ella quería tanto sobrevivir y quería tanto luchar.

"¡Piérdanse!”.

"¡Váyanse!”.

"¡No se acerquen!”.

"¡Les dije que se perdieran! ¿Me escuchan?".

Ella agitó salvajemente el bate de béisbol sin rumbo.

No paraba