Me siento como la mierda, hoy he llamado a Sonya treinta y cinco veces, pero me desvía la llamada o sinó: cuelga ¡Maldita sea! ¿Por qué no me quiere escuchar? Hoy Salí de mi madriguera y desayuné con mis hermanos. Mi madre volvió a Phoenix porque se le acumuló el trabajo en estos quince días, mi padre llama a diario preocupado por mi salud, los vómitos no han cesado y los mareos tampoco, Dom me sugirió análisis completos y le obedecí; todo salió bien, nada fuera de los parámetros normales.
Vuelvo a marcar el numero de mi esposa y…
—¿Hola? ¡Que sea rápido porque no tengo tiempo! - ¡Oh Dios! Me contestó ¿Y ahora que le digo?
—¿Hola Sonya? Amor ¡Gracias a Dios! Yo solo quiero saber si estás bien, yo solo – no pude resistir el sollozo y continué hablando y llorando a la vez ¡Si! Parezco una chica.
》Cariño quiero que sepas que jamás te he sido infiel, esa chica solo apareció y yo la auxilié porque su auto no encendía y luego se presentó en el restaurante al que fui porque tenía hambre y mareos donde me tropecé con un caballero que resultó ser gay y quería que saliera con él, al cual le dije que no por supuesto ¡Yo soy hetero, por favor! ¿Lo puedes creer? Y luego salí del baño y me encontré con esa chica que olvide su nombre y tropecé con el mesero, entonces todo fué un caos ¿Sabes? Envié la bandeja con comida al piso y tropecé con una planta que a su vez creo que cayó sobre la chica que llevaba las bebidas ¿O fue con mi mano? No lo recuerdo. – escuché su respiración al otro lado de la línea — ¿Me crees? – suspiró.
—¡Gracias por la explicación! Pero solo contesté porque olvidé cual es la clave de la tarjeta de crédito. ¿Me la dices? – mi alma volvió a caer al piso.
—12620 es la clave cariño – respondí en un susurro.
—Gracias – y colgó.
Caí de rodillas, mi labio inferior temblaba y mis puños estaban tan apretados que las uñas se clavaban en las palmas. Lancé el teléfono contra la pared y y se rompió en mil pedazos, tal cual como estaba mi corazón en este preciso momento: fragmentado y pisoteado por la mujer que amo.
Rompí a llorar gritando como loco, desesperado por este maldito dolor que me lacera el alma y me desgarra las entrañas
—¡¿Por qué tiene que doler tanto?! – grité desesperado lanzando cosas e impactándolas contra la pared y el piso.
Ethan se lanzó encima de mi supongo que para evitar que me lastimara más, ya que no se en que momento rompí el vidrio que estaba sobre la mesita de los sofás y corte mis manos. No quiero morir pero si quiero acabar con este desgraciado sufrimiento que me tiene en vilo y no me deja casi respirar.
—¡Cálmate ! Vamos amorcito, no te lastimes así – me habló suave y calmado como si fuera un pequeño.
—¡¡Quiero que vuelva!! Me duele, aquí en el pecho. Me duele dentro. ¡¿Por qué duele tanto?! Yo-yo solo quiero que cese el dolor – me abrazó fuerte, quería que me rompiera los huesos si eso calmaba este maldito dolor.
—¡Todo pasa hermanito! Todo pasa, tranquilízate – mis sollozos eran tan fuertes que movía a Ethan me aferre a él como si fuera mi tabla de salvación y en éste momento; lo era.
—¿Y qué hago Ethan? ¿Cómo me tranquilizo si lo que deseo es gritarle y suplicarle que vuelva para ver si este dolor que siento se va o por lo menos mengua un poco – mi hermano me miró con tristeza, sonrió de lado como siempre y me levantó del suelo.
—¡Nap! Hermanito, ven estás sangrando ¡Tengo miedo! – Dani estaba de pie delante de nosotros llorando y temblando, eso me hizo recomponerme ya que no puedo lastimarla asi.
—¡Tranquila mi amor, estoy bien! Ven aquí…
—¡Y una mierda! Esa maldita hace que te revuelques en todo ese dolor y ¿Tú me dices que estas bien? Pues, perdóname si no te creo – hipaba y sorbía sus mocos.
Tiene toda la razón, soy vulnerable a mis emociones y no puedo evitarlo. Mis crisis a temprana edad se basaban en el dolor de no ser aceptado y de ser despreciado, ahora soy casi un marica (Ruedo los ojos) ¿Hasta cuando el dolor me taladra y hace de mi un pelele?. No quiero más ésta situación es decir; quiero que vuelva, le quiero suplicar y arrastrarme ¡Claro que si! Lo que no quiero es continuar siendo presa de este pánico malsano que me abraza cada vez que algo me lastima.
—¡Diablos esta muy dolida la Renacuaja!
—¡Cállate Ethan, eres idiota!
—¡Imbécil hermanita, imbécil!
—¡Silencio Et! Trae el vodka – le dije sin pensar.
—¡Por fin una propuesta sensata! ¡Bravo hermanito! El despecho te ha vuelto inteligente – sonrió con todos los dientes y y yo miré al cielo.
Mi hermano el ebrio es quien habla, y por supuesto yo deseo tranquilizarme un poco para poner mis ideas en orden.
¡Entonces a tomar vodka como Cosacos!
Tres horas después…
—Yo creo ¡Ejem! Que deberías divorciarte y volver a casa con nosotros – dijo Danielle.
—¡Danielle! Eso no es un consejo – regañó Et. Creo que eso entendí entre mi bruma etílica.
—Ethan tiene razón cielo ¡Hip! – le dije tierno pero casi ebrio.
—¡Lo se hermanito, gracias! – mi hermanita puso los ojos en blanco.
—¡Está bien! Según tú sr. Ebrio ¿Cómo ¡hip! Sería un consejo perfecto? – preguntó mi ebria hermana.
—¡Pues que se divorcie y se lleve a Alma Nathalia por supuesto – rodó los ojos y un ¡Hip! Al mismo tiempo salió de los tres.
Entonces nos miramos y nos partimos de risa. Así lo pasamos hasta altas horas de la noche: riendo y conversando acerca de todo y nada.
¡Me relaje un montón!
Nos vaciamos el bar; no se cuando ni en qué momento compré tanto licor, pedimos diez pizzas “Despecho,” a una pizzería por domicilio que se llama… ¡No recuerdo! Solo se que estaban deliciosas y tenían de todo un poco.
Tampoco recuerdo a que hora nos quedamos dormidos pero, fué genial.
Mes y medio después...¡Ok! Hasta aqui aguanté el estar sola, ya no soporto me voy a casa de mi mami a contarle algunas cosas y a llorar un poco ¿Esto es lo que se hace en estos casos, cierto? Voy
Un rayo de luz se cuela por la rendija que dejamos por descuido en la persiana de la ventana y me llega justo en la cara ¡Que suerte! Me giro y me topo con una belleza: Nat, Danielle se encuentra en la orilla de la cama debo rescatarla antes de que caiga al piso.Me levanto y siento un millón de palpitaciones en la cabeza, creo que nos excedimos ayer con el licor. Espero que Amanda haya venido y que este preparando desayuno
Mi padre me observa inexpresivo esperando una respuesta. Seré breve conciso y directo. —No Papá, no voy a golpear a Dom y si, estoy molesto pero, no porque me dice las cosas sino; porque ella me botó como un trapo sucio y ahora regresa fresca diciéndome que debo perdonarla: eso no es fácil. Lo que no tengo claro es: ¿Qué pretenden ustede
Dom corrió al recibo diez minutos después, estaba nervioso. Para ese momento ya mis piernas temblaban y mi cuerpo sufría espasmos involuntarios; ya estaba cerca de una crisis otra vez.—¡Napoleón, Papá! Un auto
Ethan me abrazó y consoló durante un corto lapso de tiempo, Dom tiene razón debo estar tranquilo porque mi hija y mi esposa corren peligro. No me lo perdonaría nunca si les sucediera algo.Mis padres se acercaron do
Necesito tiempo, al verla me di cuenta que no es mi hija de sangre, esa bebé es Fantini. A tres días de haberlas dejado en la clínica; aún me encuentro con el corazón destrozado ya que no deseo lastimarlas, me sentí humillado y lastimado por partes iguales cuando vi a mi Alma , no tiene ojos azules, tampoco el cabello castaño y su nariz no es McCarty, definitivamente no lo es.Mi teléfono no deja de sonar y lo
Una vez en mi ático puse cómoda a Jena en mi habitación, se notaba cansada y dolorida. La dejé dormida mientras entraba al baño para vaciar mi vejiga y sacarme este hedor de encima y no es porque huela a sexo, en realidad llevo casi o tres días de no ducharme y compadezco a esa pobre chica por aguantar mi mal olor. Tengo resaca y quiero dormir.
Me siento terrible, recuerdo poco de lo que paso pero el dolor de mi nariz me recuerda que Duncan McCarty resolvió de nuevo hacer su voluntad y no es que me queje porque se que tiene razón la cagué elípticamente es que no tengo idea de que quiere, últimamente me han pasado tantas cosas que mis dedos no me alcanzan para contarlas, creo que eso se llama “mala suerte”. Se que debo hablar con ellos y se que