—Amor, no sabía que ya estabas despierto —pronunció Kath con nerviosismo y eso solo provocó que William la mirara con más intensidad.—Me alegro de haberme despertado, así podré saber de qué te tiene que informar mi hermano. ¿Qué haces hablando con él, Kath? —Por un momento los celos lo cegaron y el corazón se le comenzó a acelerar en respuesta.Agarró una silla y se sentó cuando la vista se le oscureció por unos instantes.—¡Will! —gritó su esposa y se acercó con rapidez para ayudarlo—. ¿Estás bien?Cuando se recuperó, William la miró y solo pudo ver en ella preocupación.No había en su mirada esa hipocresía que, con el tiempo y lo ocurrido, aprendió a ver en Shirley.Su esposa era muy transparente en ese sentido, no podía ocultar lo que sentía y todo se mostraba en sus expresiones y en su mirada.Intentó calmarse y que los demonios del pasado no llegaran de nuevo.Era Kath la que tenía frente a él, no era ni Shirley ni ninguna de las exparejas que lo traicionaron en el pasado.La qu
Después de que su marido se enterara de lo ocurrido el ambiente de la casa no volvió a ser el mismo.Pasaba las horas encerrado en su mente y Kathleen era incapaz de llegar a él.No quiso asistir al velorio y tampoco deseó saber nada sobre si el cuerpo sería enterrado o incinerado.Las únicas palabras que pronunció fueron: «que ya de nada servía».—Está muy mal el señor Hudson —le dijo Mariana esa mañana después de obligarla a desayunar.Con tanta tragedia hasta el apetito había perdido, cosa rara en Kathleen que vivía para comer.—¿Cómo quieres que esté? Tú al igual que yo sabes lo que duele la muerte de una madre. Yo casi no pude vivir el duelo porque mi padre quedó en silla de ruedas y sin importar cómo estuviera tuve que hacerme cargo de todo.—Pobre señor Hudson —intervino Clarisse—. Que el diablo tenga a Elena en su infernal gloria.—¡No eres más bruta porque serlo más sería difícil! —gritó Raimon desde el jardín.Las tres mujeres lo miraron sorprendidas.—Está mal escuchar conv
—Will, no puedes hacer esfuerzos —lo reprendió cuando su esposo bajó la mano hasta la unión de sus piernas y sintió sus dedos meterse bajo su ropa interior. Jadeó al sentirlo, pero intentó detenerlo—. No puedes… No puedes —intentó hablar, pero él no se detenía.—Puedo y lo estoy haciendo —insistió—. Si me provoca una muerte prematura, será la mejor muerte de todas. Vamos, cariño, tú también quieres.—Sí, quiero, pero no por los motivos que lo estás haciendo. —Su expresión se puso tan seria que William se detuvo.—¿Por qué no me dejas morir feliz? Quiero morir haciéndole el amor a mi esposa, es mi último deseo y mi único motivo para llevarlo a cabo.—¡Deja de bromear con esas cosas! Lo estás haciendo para evadir tu dolor, yo lo hice trabajando y tú…—Yo busqué una opción mucho más deliciosa, pero si no quieres, me tocaré. —Will se desabrochó el pantalón y mostró lo animado que estaba.—¡No te atreverás! Esto no es serio, tú… Es que tú… No es normal pasar de estar desecho a estar así, c
James disimuló lo mal que le sentó que su hermano lo hubiera dejado en la calle esperando en lugar de dejarlo pasar apenas llegó.La dramatización que iba a hacer le iba a costar mucho, pero era importante que William creyera en sus mentiras.Sabía que no sería fácil.Habían sido demasiados años de traiciones como para que su hermano lo pasara por alto, pero confiaba en su capacidad para manipular y en el deseo de ese idiota por ser amado por su familia.Ahora que la vieja ya no estaba se aprovecharía de eso.Se haría el mártir y rogaría perdón.La humillación valía la pena, porque cuando más confiado estuviera él le daría el golpe de gracia.Necesitaba que le permitiera acercarse para así también ir ganándose la confianza de Kathleen.Por lo que vio la noche que lo sorprendió en casa de su madre, no era una mujer rencorosa.Pudo percatarse de que su intento por parecer un hombre destruido por la muerte de su madre, la conmovió y eso pensaba usarlo para ganarse la compasión de esa muj
—Sé que no me porté bien y que debí ponerle un alto a mamá, pero no supe cómo hacerlo —William escuchó a James hablar y le parecía estar viendo a un desconocido.Ese que estaba frente a él no era el odioso gemelo que conocía.Estaba sintiendo tanta ira, que se comenzó a marear y la vista se le nubló.Ni siquiera se había sentado para dejarle claro que quería que aquella reunión fuese rápida, pero James no parecía darse por aludido.Se agarró a la mesa para sostenerse cuando por unos instantes lo vio todo negro.Sus nervios crecieron cuando escuchó a su hermano levantarse y acercarse a él con rapidez.Es ese instante pensó que debió ser más precavido.Debería haber aceptado que algún miembro de seguridad lo acompañara.Hasta que no se recuperara los mareos que sufría lo dejaban incapaz de defenderse.James lo sostuvo, para su asombro lo hizo con precaución.—Ven, te ayudaré a sentarte. No deberías permanecer tanto tiempo de pie si todavía no te has recuperado.Incapaz de creer que aque
Desde el día en que James lo visitó, Will accedió a darle la oportunidad de intentar ganarse su confianza.Aunque nunca lo hubiese creído, la relación con él comenzó a cambiar con el tiempo.Su hermano renunció a la pensión que le pasaba todos los meses para demostrarle que no se acercaba a él por dinero.Lo llamaba a diario para saber de sus progresos después del accidente y le contaba sus proyectos de negocios.En definitiva, su gemelo parecía ser otra persona después de la muerte de su madre y eso provocó que las barreras de William fueran cayendo poco a poco.La vida le sonreía.La empresa y los cambios que había hecho habían dados buenos resultados, su matrimonio iba cada vez mejor y la relación con su hermano se estaba convirtiendo en lo que siempre deseó.Incluso había perdido el miedo de que James fuera a visitarlo y que Kathleen estuviera presente.Se comportaba de forma respetuosa con ella y nunca hizo algo que le hiciera pensar que de nuevo iba a traicionarlo.William había
Kath se apresuró lo más que pudo en llegar al lugar donde James la esperaba.—Estás enorme —fue lo primero que le soltó su cuñado al verla.Se encontraba sentado en el asiento del copiloto y la veía a través de la ventana.—Me veo en el espejo a diario, ya sé que estoy enorme. —Lo escuchó reír y Kath frunció tanto el ceño que lo hizo esbozar una sonrisa más grande.—Anda, sube, que te voy a enseñar lo que compré.Kath se sintió confusa.Se suponía que iba a llevarle todo lo necesario para que decorara la casa y él se ocuparía de avisar a los invitados, pero marcharse de allí no entraba en los planes.—Pero James, se suponía que ya lo ibas a traer. No tengo mucho tiempo, debo regresar y…—Pensé en facilitarte las cosas, reservé un lugar y quiero que lo veas. Ya está listo para esta noche. Perdona que lo hiciera sin tu aprobación, pero pensé que era mejor para ti que al llegar a casa estuvieses tranquila.Kathleen dudó un momento, pero acabó por acceder.—No me gustaría que nadie pensar
A William le extrañó que su esposa no le escribiera en todo el día, ella siempre solía hacerlo, pero supuso que había estado ocupada.Lo más probable es que quisiera disimular, pero él sabía que le estaba preparando alguna sorpresa para su cumpleaños.En realidad, Will no deseaba nada ese año, solo estar tranquilo con ella, pero sabía que Kath no podía dejar ir el día como si fuera cualquier otro.Ya a las seis de la tarde la sensación de que algo no estaba bien lo hacía mirar el teléfono una y otra vez.Hacía dos horas que él no se había podido resistir a enviarle un mensaje y no se fijó en que nunca llegó a su teléfono.La llamó, pero no tenía señal o estaba apagado.«Estará dormida», pensó.En los últimos días la había visto muy agotada y estaba seguro de que las bebés vendrían antes de lo que le habían dicho en la clínica.Iba a llamar al teléfono de la casa, pero decidió que lo mejor sería que se marchara ya, así llegaría temprano tal como le había prometido a su esposa.Se contr