Brock
Azaleia está todavía contenta y rozagante cuando en la mañana mientras desayunamos nos encontramos con el señor Ravi que me recibe con cariño. Pero cuando ve a mi esposa y se queda anonadado. La saluda y toma sus manos para besarlas, ella está sonriente, pero me mira con curiosidad.
—Mi señora… es un gran placer conocerla por fin. He pasado días pensando en ustedes, pero no puedo explicar la satisfacción de verla por fin, vengan, vengan por favor— dice y nos sentamos juntos en la mesa.
Estamos los tres comiendo al aire libre mientras el señor Ravi no deja de ver a mi esposa maravillado. Debo decir que me pone nervioso, si no es porque le debo mi vida a este hombre.
—Lo siento mi señor Brock… es solo que, desde que se fue y por lo que me dijo de su esposa, me he quedado pensando en una posibilidad. Pero ahora que la veo&hellip
Azaleia Hacía ya varias horas que había llegado a Miraes y no había forma ni manera de poder separarme de Dashi, los gemelos y Roldán. Para hacer todo más feliz estaba también Nicasia, así que después de bañarme y comer algo, por horas hablamos encantados. ¡Teníamos tanto que decirnos! Cada quien con su increíble aventura. Al menos la de ellos resulto en estar sin heridas ni sustos de muerte. Realmente Halia fue un caos y una desgracia, pero vimos de primera mano lo que se avecinaba. Estaba tan orgullosa de todos, especialmente de Dashi había sido todo lo que se necesitaba en el momento y más. Su carácter, su mente ágil y habilidades de todo tipo habían salvado vidas, las de los soldados, Lynn y además había contactado eficientemente al Duque de Miraes y a Layne, que a su vez entraron en contacto con los demás señores importantes. Ella aún se sentía culpable de haberme dejado, pero era mi pedido, y ahora creo que hice lo correcto. Sufrió con las historias de mi confinamiento, prisi
Azaleia—Siempre pensé que merecías regalos más hermosos y delicados, pero me alegro de lo que te di. Pero no te salvaste por ello, sino porque tú eres fuerte, y valiente y muy buena alumna— dice de forma sensual… luego me dice al oído haciéndola cosquillas— Repíteme como atacaste a Blatta…— dice y besa mi cuello.Omito el hecho de que el intentó abusar de mí y voy al punto focal de como él pensaba que me tenía totalmente desamparada y bajó la guardia, nos quedamos solos y pensó que iba a salirse con la suya.—... Entonces cuando menos lo pensó, Deni lo atacó y yo saqué mi daga de la pierna y lo ataqué en las costillas, como tú me dijiste. No creo que haya sido profundo, pero había mucha sangre cuando la saqué y salí corriendo de ahí a s
Brock—¿Realmente Heral está sitiando el castillo?— pregunto, aun casi incrédulo.—Está aquí, no creo que esté al frente ni dando órdenes… pero seguro estará en su campamento tomando vino y esperando que le avisen cuando puede entrar al castillo y sentarse en el estudio de mi tío— menciona Layne.Insólito, esto es realmente insólito. No voy a decir que estoy extrañado por el comportamiento de mi hermano, siempre ha sido el tipo de hombre que espera que todo le caiga fácilmente en las manos, como si él mereciera todo, solo por ser el primero, solo por ser el preferido. Sin hacer nada, merecedor de todo como un rey.Heral siempre fue el Conde en su mente y en la de todos, ese era el problema. Sabía que su ambición era grande, tanto como su flojera, así que no es de extrañar que quiera q
Brock—Tenemos al rededor del mismo número de soldados que ellos. El problema sería si atacan el castillo, lo destruyen, entre otras probabilidades catastróficas. Más aún, queremos retomar el castillo con la menor cantidad de perdidas posibles, sin afectar a los lugareños que ya están lo suficientemente asustados. En décadas Haggard ha sido un lugar que ha mantenido una buena paz. Este enfrentamiento supone un gran shock para ellos— dice Layne. Es evidente que varios han sido evacuados y llevados a puntos cercanos y seguros… pero es su vida en esta tierra, sus cosas, sus sueños. No es justo.Nos quedamos parte de la mañana, preparándonos para llamar a una tregua y hablar de un trato. No será nada fácil, pero si lo que planeamos es posible… nos hará ganar por lo menos un poco de tiempo. Según lo que informan nu
Brock—Sé mi esposo hasta que las estrellas pierdan su luz. Mi gran esposo rubio— me dice con dulzura, aun con los ojos hinchados.El anillo de su padre me queda perfecto y yo sonrío cuando ella se ve contenta por fin, viendo el anillo en mi mano, un anillo con un sol. Toma mi mano y la besa con devoción, mis nudillos, el dorso, donde está el anillo. Yo tomo el de su madre y hago lo mismo—Sé tú mi esposa hasta que las estrellas pierdan su luz. Por siempre. Mi esposa luna— le digo y le coloco el anillo, junto al que yo le di. Tomo su mano y se la beso y luego la mantengo en mi pecho.—Tenemos los anillos más raros para una pareja— digo y ella se ríe ahora, de verdad. Feliz.—¿Podrías aceptar una cosa más de mí?— dice con ternura.—Yo aceptaría humildemente de mi amor todo lo que ell
Brock Cuando regresamos al primer puesto de ataque es ya casi de noche. Las palabras de Heral resuenan en mi cabeza a cada momento. Quise darle el beneficio de la duda, pero creo que su corazón está podrido desde hace ya mucho tiempo. No sé si es odio, celos, envidia, rencor… o todo un poco junto que lo ha llevado a este estado de locura y de no percibir la realidad correctamente. ¿Desfavorecer a su propio hijo? ¿Solo para quedarse él con el título? Jamás lo pensé. Mi padre considera que Roldán es el mejor para heredar nuestra casa, y yo lo comparto. Aunque no sé si es que no pueda ver la realidad… sino que su propio ego y ensimismamiento lo domina. —No hay nada que hacer Brock… lo intentamos— dice Layne a mi lado.Estamos buena parte del tiempo preparándonos con espadas, escudos, tengo mis armas cargadas, mis protectores en el pecho, brazo piernas. Hay una tienda con herreros, responsables de las armas, escuderos, se escuchan los sonidos de los metales, el fuego y las armas. Los ho
Brock Mi padre, el hombre recto, arrogante, frío y distinguido… que imponía respeto y poder donde pasaba, el gran Conde de Haggard… ahora lucía desesperado, como si no le quedara tiempo suficiente. Estar ahí tirado en el suelo, casi sin poder sostenerse, en vez de algo triste, era francamente aterrador, como si una gran estatua de mármol estuviera quebrada. Areta aullaba suave, casi gimiendo a su lado, colocando su hocico en sus piernas, viéndolo con ojos tristes. El cabello canoso estaba despeinado, pálido, y sus ojos se ven apagados. Una espantosa señal. —Padre…— le vuelvo a decir y me mira, pienso que tiene los ojos perdidos, pero no, está plenamente consciente y cuando me habla su voz tiembla, pero me habla claramente. —Brock….hijo… viniste— —Por supuesto padre… aquí estoy señor… estamos por tomar el castillo, los soldados del emperador casi eliminados. Por favor… déjame ver tu herida— le digo alzando mi mano, pero el sujeta mi brazo con angustia. —Nuestra gente Brock…— di
Brock Voy y bajando por las escaleras ahora, inevitablemente viendo y revisando que todo esté bien. Le doy la mano a los señores que fueron a apagar el fuego y me saludan, ayudo a señoras a levantarse y salir del sótano. Le doy indicaciones a soldados y en el fondo escucho un silbido largo y tenue, como de un ave llorando que indica que mi padre ha muerto, el gran Conde. La gente que tengo cerca hace un gesto colocándose la mano en el corazón y bajan la cabeza. Quizás yo criticaba a mi padre en demasía… pero fue un hombre justo, atento a las personas que daban vida al castillo y sus alrededores. Algunos se acercan a expresarme su dolor, pero en general se quedan en silencio en un eterno respeto. La entrada del castillo es un desastre y más allá, en el campo de enfrente… es una desgracia. Hay cuerpos por doquier y mis hombres intentan sacar a los heridos, apartándolos. Me dan un breve reporte, ha habido pocas bajas y los de Fidela han dicho que todo ha salido como previsto, vendrán