Días despuésde la visita de John, Annie es trasladada a una cárcel alejada de la ciudad ycomo Max había prometido, era uno de los penales de mujeres mas peligrosos del país,donde estaban encerradas las delincuentes más temidas.Su llegada allugar fue un caos entre las reclusas, estaban al corriente de que Annie era lasecuestradora del presidente y muchas de ellas quisieron golpearla en suprimera noche, pero su compañera de celda, Laurie, la salvo de recibir su inauguralgolpiza. Laurie era una mujer que pasaba los 30 años, estaba acusada de matar aun hombre de mucho poder, sin embargo, lo había hecho por venganza, ya que esteindividuo había abusado varias veces de ella.Annie y estamujer se hicieron grandes compañeras desde que se conocieron, nadie se atrevíaa meterse con ella, por miedo a Laurie, así que, a pesar de estar encerrada, estabatranquila, contaba con una buena compañera a su lado que la defendía de quienintentaba hacerle daño.Es un nuevo díaen la penitenciari
- ¿Qué es loque acabas de decir, Rob? -pregunta John preocupado y muy asustado, si a Anniele pasa algo se sentiría la persona mas culpable de este mundo.-Lo queacabas de oír, John. Annie ingreso al hospital con una herida de gravedad en elestómago, producto de un ataque de sus compañeras de la prisión.- ¿Y cómoesta ella? -pregunta muy preocupado.-Se estárecuperando, John. Tuvimos que operarla de urgencia, perdió mucha sangre, asíque le realizamos una trasfusión, pero no te preocupes, ahora está descansando,se pondrá bien-lo tranquiliza Rob.- ¿Puedoverla?-No lo sé, John.Tiene dos agentes de policía en la puerta, no dejan entrar a nadie, salvo los médicos.-Rob…no soynadie, soy el presidente de este país, tendrán que dejarme pasar, quieran o no.-Esta bien,te espero, ven para mi oficina.-En unosminutos estoy por allí.Y así fue…jamásJohn había llegado tan rápido a un lugar. Tomo su auto y con la máxima velocidadpermitida, llego al hospital. Allí se dirige a la ofici
John entra ala habitación seguido de Rob. Una vez dentro se acerca a la cama de Annie y sesienta a su lado, sin embargo, puede ver la desconfianza y el terror con el que ella loobserva. El presidente intenta tomar su mano, sin embargo, ella la aleja:-Annie…-exclamaun poco dolido por su desconfianza, como puede creer que el seria capaz demandar a asesinarla, si tan solo supiera lo que siente por ella, se daría cuentade lo equivocada que esta-John…hiceentrar al doctor porque no sé con qué intenciones has venido, solo dime lo quetengas que decir y vete de aquí…no quiero volver a ver tu cara nunca más-comentaAnnie con una mezcla de sentimientos en su interior, por momentos confusión, tristezay mucho dolor.-Annie…escúchame,te juro por lo que mas quieras que yo no ordene matarte…no se quien te dijoeso, pero te ha mentido-intenta explicarse, pero sabe que ella no le cree niuna palabra.-Las ultimaspalabras que escuche de esa mujer antes de perder el sentido, fueron que tú lo
Al día siguiente Annie se siente un poco mejor, por lo menos ya puede caminar por la sala de espera, con la ayuda del doctor Rob, esta esperando recuperarse para volver a la prisión, sin embargo, esta vez, será trasladada a otra penitenciaria, para estar lejos de sus agresoras, solo que echara de menos a su amiga Laurie... Pero una vez que esté en libertad irá a visitarla.Después de desayunar y dar una vuelta por el pasillo, observa que John regresa, seguido de un hombre con un portafolio, dueño de un semblante frío y serio... A 500 kilómetros se puede ver que es un abogado.Annie se recuesta en la cama, agotada y adolorida, cuando el presidente y este señor entran en su habitación. John se acerca a ella y le da un beso en la frente y luego se sienta en la cama a su lado, mientras que el abogado se acomoda en una silla frente a ellos, no sin antes, saludar con mucho respeto a tu futura clienta—Hola señorita, mi nombre es Luis Montalvo y estoy a su servicio.—Mucho gusto, señor Monta
John sale de la cafetería y sube a su auto, minutos antes tuvo que comunicarse con su chófer, ya que se siente imposibilitado para conducir en ese estado. Si años atrás le hubiesen dicho que su mejor amigo, Max, su hermano de corazón, podría haber hecho algo semejante no lo hubiese creído.Siente unas terribles ganas de llorar, la desilusión y la decepción lo invaden, pero usará sus estados de ánimo en contra de Max, lo destruirá, aunque eso le cueste abandonar la política para siempre.Después de dar varias vueltas por la ciudad y estar lo suficientemente tranquilo como para no asustar a Annie, regresa al hospital, tiene tantas cosas que decirle, pedirle perdón por lo idiota que había sido al no creer en ella, por la muerte de su familia, por haberla encerrado en la cárcel.John ingresa al lugar y se dirige a hablar con su amigo Rob, debe pedirle unos cuantos favores, para el futuro de Annie.Lo encuentra en su oficina, tomando un café, muy relajado, disfrutando de un merecido descan
Los días pasan lentamente para Annie, encerrada en la habitación del hospital, sin recibir visitas, solamente de su abogado, quien al parecer, muy pronto, la dejará en libertad.Hace tres días que no ve a John, desde el día en que le dejó entrever sus sentimientos.Se siente una tonta ¿cómo puede pensar que John, el presidente de la nación, se fijaría en alguien como ella? Es verdad que compartieron unos besos, pero nada más que eso, John solamente se siente agradecido hacia ella por haberle salvado la vida. Y eso se nota a la legua, porque no ha vuelto a visitarla, ni siquiera la ha llamado por teléfono... ¿Quizás debería enviarle un mensaje? John antes de irse le entrego un nuevo teléfono y aún no lo ha usado... Pero no puede caer tan bajo, piensa, si John quiere saber de ella que lo haga él, aunque se muera por recibir noticias suyas.Estos últimos días lo único que ha hecho fue mirar televisión, alguna qué otra película, pero nada le saca el sentimiento de vacío y soledad que sien
Annie no puede creer lo que está escuchando, finalmente ha quedado en libertad, no solamente de las cuatro paredes del hospital, sino también de la cárcel, ya no tiene que regresar allí. Está tan feliz que no puede dejar de llorar, sin embargo, esta vez, sus lágrimas son de felicidad.Después de que Robert se despide y sale de la habitación, para darles más privacidad, John se acerca a la cama y toma a Annie en sus brazos, dulcemente, abrazo que ella corresponde rodeándole el cuello con sus largos brazos, apoyando su cabeza sobre el pecho de John, jamás pensó que se sentiría tan segura en los brazos de alguien.—Te lo dije Annie, te prometí que te sacaría de aquí —comenta John, minutos después, acariciando con ternura su cabello, como si fuera una niña pequeña.—Gracias, ya me sentía mal estar aquí encerrada, no quisiera volver a la cárcel otra vez.—No volverás, Annie. No hay evidencias que te incriminen y levante los cargos en tu contra. Solo necesitamos la confesión de Max, para te
Annie, sin poder entender lo que está sucediendo, intenta despertar a John, pero este quedo profundamente dormido, otra vez.¿Qué fue eso? Se pregunta conmocionada. ¿Habrá sido un sueño o una confesión qué se le escapó, a John, borracho? Si fuera así, sería la persona más feliz del mundo, pero... ¿Por qué huyeron de esa manera? ¿Se los llevo alguien? ¿Los tienen cautivos? Son todas preguntas, que hasta que John no despierte y este en sus cinco sentidos, será imposible encontrarle una respuesta.Como sabe que es inútil seguir intentando despertarlo y mucho menos deshacerse de sus brazos, intenta relajarse, cierra los ojos y se queda profundamente dormida.Cuando Annie despierta, al otro día, por los rayos de sol que se cuelan por la ventana, abre los ojos muy lentamente, para encontrarse con la imagen más maravillosa que ha visto en su vida.John, que al parecer, se despertó durante la noche, aún sigue durmiendo, pero no lleva su camisa ni sus pantalones, solo su bóxer, tapado con las