Los días pasan lentamente para Annie, encerrada en la habitación del hospital, sin recibir visitas, solamente de su abogado, quien al parecer, muy pronto, la dejará en libertad.Hace tres días que no ve a John, desde el día en que le dejó entrever sus sentimientos.Se siente una tonta ¿cómo puede pensar que John, el presidente de la nación, se fijaría en alguien como ella? Es verdad que compartieron unos besos, pero nada más que eso, John solamente se siente agradecido hacia ella por haberle salvado la vida. Y eso se nota a la legua, porque no ha vuelto a visitarla, ni siquiera la ha llamado por teléfono... ¿Quizás debería enviarle un mensaje? John antes de irse le entrego un nuevo teléfono y aún no lo ha usado... Pero no puede caer tan bajo, piensa, si John quiere saber de ella que lo haga él, aunque se muera por recibir noticias suyas.Estos últimos días lo único que ha hecho fue mirar televisión, alguna qué otra película, pero nada le saca el sentimiento de vacío y soledad que sien
Annie no puede creer lo que está escuchando, finalmente ha quedado en libertad, no solamente de las cuatro paredes del hospital, sino también de la cárcel, ya no tiene que regresar allí. Está tan feliz que no puede dejar de llorar, sin embargo, esta vez, sus lágrimas son de felicidad.Después de que Robert se despide y sale de la habitación, para darles más privacidad, John se acerca a la cama y toma a Annie en sus brazos, dulcemente, abrazo que ella corresponde rodeándole el cuello con sus largos brazos, apoyando su cabeza sobre el pecho de John, jamás pensó que se sentiría tan segura en los brazos de alguien.—Te lo dije Annie, te prometí que te sacaría de aquí —comenta John, minutos después, acariciando con ternura su cabello, como si fuera una niña pequeña.—Gracias, ya me sentía mal estar aquí encerrada, no quisiera volver a la cárcel otra vez.—No volverás, Annie. No hay evidencias que te incriminen y levante los cargos en tu contra. Solo necesitamos la confesión de Max, para te
Annie, sin poder entender lo que está sucediendo, intenta despertar a John, pero este quedo profundamente dormido, otra vez.¿Qué fue eso? Se pregunta conmocionada. ¿Habrá sido un sueño o una confesión qué se le escapó, a John, borracho? Si fuera así, sería la persona más feliz del mundo, pero... ¿Por qué huyeron de esa manera? ¿Se los llevo alguien? ¿Los tienen cautivos? Son todas preguntas, que hasta que John no despierte y este en sus cinco sentidos, será imposible encontrarle una respuesta.Como sabe que es inútil seguir intentando despertarlo y mucho menos deshacerse de sus brazos, intenta relajarse, cierra los ojos y se queda profundamente dormida.Cuando Annie despierta, al otro día, por los rayos de sol que se cuelan por la ventana, abre los ojos muy lentamente, para encontrarse con la imagen más maravillosa que ha visto en su vida.John, que al parecer, se despertó durante la noche, aún sigue durmiendo, pero no lleva su camisa ni sus pantalones, solo su bóxer, tapado con las
—¿Dices que Michel puede habérselos llevado? ¿Por qué? No entiendo.—Annie, Michel regreso el día anterior a la aparición del presidente, diciendo que todo el plan había fracasado, que habían ordenado asesinarlo y como tú te negaste él decidió abandonarte. Sabía muy bien que por tu actitud, esas personas vendrían por Marcus y Sabina y no se equivocó, lo vi horas antes del incendio, hablando con tu madre —explica Noreen sorprendiendo a Annie, no puede creer que Michel haya sido capaz de algo así, de salvar la vida de su familia, nunca fue tan malo después de todo. Ya no le cabe duda, su madre y su hermano están vivos y a salvo con Michel.—Debemos encontrarlo, John, tienes que ayudarme —exclama sobresaltada, levantándose de la silla.—Tranquila, Annie —John la toma del brazo y la obliga a sentarse —encontraremos a ese tal Michel.—Lo que no entiendo es ¿Por qué no se ha contactado conmigo?—¿Sabe que el presidente está ayudándote? Quizás piensa que estás en la cárcel o tiene miedo de h
—¿A qué te refieres con otra sorpresa? ¿A dónde me llevas, John? —pregunta ansiosa, con una sonrisa en su rostro.—Tranquila, tendrás qué aguantarte hasta que lleguemos, no puedo decirte antes.—Me estás haciendo sufrir y lo sabes —contesta Annie, fingiendo estar enojada.—Lo siento, pon algo de música para el camino.Una hora y media más tarde, ya de regreso en la ciudad, John la lleva a una de las boutiques más increíbles y prestigiosas de la zona, solamente personas de mucho dinero compran allí. Annie ingresa al lugar, muy sorprendida, al observar que no hay ningún cliente, solo una muchacha que está allí esperando para atenderla:—¿Qué es todo esto, John? —pregunta mirándolo a los ojos.—Te dije que teníamos que comprar ropa nueva, empezarás a trabajar para mí y no puedes vestir cualquier cosa.—Si, lo sé... Pero es una locura, no tengo dinero y no quiero que tu me regales nada, demasiado has hecho por mi.—Annie, aceptarlo, por favor... —le suplica, sabe que ella es muy orgullos
—¿Tu hermana? —pregunta sorprendida, mirándolo a los ojos —nunca me has hablado de ella.—Es verdad y lo siento, últimamente no he podido ver a mi familia como debería, después del secuestro fue todo un caos... Así que no tienes que preocuparte ni estar celosa —confiesa John con una sonrisa, muy divertido, avergonzándola.—¿Yo?... ¿Celosa? —Annie desvía su mirada hacia la ventana —No lo estoy.—Si lo estás y no lo niegues, puedo verlo en tus ojos y en tus reacciones. Estás celosa y enojada.—Que no lo estoy, déjame en paz —en ese momento Annie siente que el vehículo se detiene en la carretera, al parecer pincharon un neumático.—Oh no... —se queja —creo que pinchamos Annie.—¿Qué? No puedes decir eso, estamos muy lejos de la ciudad todavía...—Lo peor es que no tengo un neumático de repuesto, el auxiliar está en el taller mecánico, debemos esperar a que vengan por nosotros.—No puedo creer que te hayas arriesgado de esa manera, John... ¿Cómo salir a la carretera sin un neumático de re
Cuando Annie despierta a la mañana siguiente, se sorprende al ver por la ventana que ya amanecio, durmió más de doce horas seguidas, al parecer el viaje y los cambios la agotaron de más. Sin embargo, lo que le llama poderosamente la atención es que John no se encuentra en la habitación ¿habrá regresado durante la noche? ¿O después de lo sucedido entre ellos no quiere compartir el mismo lugar? Que tonta había sido al caer de esa manera, aun así, no puede sacar de su cabeza sus besos y sus maravillosas caricias.De repente, se asusta, cuando ve que la puerta de la habitación se abre y entra alguien, pero se tranquiliza cuando nota que es John, con una bandeja de desayuno en sus manos—Hola Annie, lo siento, no quise asustarte —responde al ver lo consternada que había quedado, deja la bandeja en la mesa, al lado de la cama y se acerca a ella para darle un beso en la mejilla.—Hola John, buenos días, no te esperaba, pensé que te habías ido, que tenías compromisos con el gobierno.—Los ten
Minutos más tarde, Rob llega a la casa presidencial y después de hacerle un control a las heridas de Annie, se acerca a John para tranquilizarlo :—Dime ¿como esta? —pregunta preocupado, caminando de aquí para allá, sin poder contenerse.—Tienes que calmarte, Annie esta bien, sus quemaduras no son de consideración, solo hay que curarlas, seguramente se le haran algunas ampollas, pero nada grave, tranquilo.—Gracias, Rob, no sabes lo que me alegra escuchar eso—responde aliviado.—¿Puedo preguntar que sucedió?—pregunta por curiosidad.—Si, Leyla, una de las empleadas le arrojó agua caliente.—¿Por que? ¿Donde esta ahora? Supongo que la has despedido.—Esta enamorada de mi, o por lo menos eso es lo que dijo siempre... Aquí todos creen que Annie es mi amante y no es así.—¿Sabes si Max esta detrás de todo esto? —pregunta Rob, sospechando del vicepresidente.—Volveré a hablar con ella y veré si puedo sacarle información.—Debes terminar con esto de una vez, John o Annie y tu jamas podrán v