—¿Tu hermana? —pregunta sorprendida, mirándolo a los ojos —nunca me has hablado de ella.—Es verdad y lo siento, últimamente no he podido ver a mi familia como debería, después del secuestro fue todo un caos... Así que no tienes que preocuparte ni estar celosa —confiesa John con una sonrisa, muy divertido, avergonzándola.—¿Yo?... ¿Celosa? —Annie desvía su mirada hacia la ventana —No lo estoy.—Si lo estás y no lo niegues, puedo verlo en tus ojos y en tus reacciones. Estás celosa y enojada.—Que no lo estoy, déjame en paz —en ese momento Annie siente que el vehículo se detiene en la carretera, al parecer pincharon un neumático.—Oh no... —se queja —creo que pinchamos Annie.—¿Qué? No puedes decir eso, estamos muy lejos de la ciudad todavía...—Lo peor es que no tengo un neumático de repuesto, el auxiliar está en el taller mecánico, debemos esperar a que vengan por nosotros.—No puedo creer que te hayas arriesgado de esa manera, John... ¿Cómo salir a la carretera sin un neumático de re
Cuando Annie despierta a la mañana siguiente, se sorprende al ver por la ventana que ya amanecio, durmió más de doce horas seguidas, al parecer el viaje y los cambios la agotaron de más. Sin embargo, lo que le llama poderosamente la atención es que John no se encuentra en la habitación ¿habrá regresado durante la noche? ¿O después de lo sucedido entre ellos no quiere compartir el mismo lugar? Que tonta había sido al caer de esa manera, aun así, no puede sacar de su cabeza sus besos y sus maravillosas caricias.De repente, se asusta, cuando ve que la puerta de la habitación se abre y entra alguien, pero se tranquiliza cuando nota que es John, con una bandeja de desayuno en sus manos—Hola Annie, lo siento, no quise asustarte —responde al ver lo consternada que había quedado, deja la bandeja en la mesa, al lado de la cama y se acerca a ella para darle un beso en la mejilla.—Hola John, buenos días, no te esperaba, pensé que te habías ido, que tenías compromisos con el gobierno.—Los ten
Minutos más tarde, Rob llega a la casa presidencial y después de hacerle un control a las heridas de Annie, se acerca a John para tranquilizarlo :—Dime ¿como esta? —pregunta preocupado, caminando de aquí para allá, sin poder contenerse.—Tienes que calmarte, Annie esta bien, sus quemaduras no son de consideración, solo hay que curarlas, seguramente se le haran algunas ampollas, pero nada grave, tranquilo.—Gracias, Rob, no sabes lo que me alegra escuchar eso—responde aliviado.—¿Puedo preguntar que sucedió?—pregunta por curiosidad.—Si, Leyla, una de las empleadas le arrojó agua caliente.—¿Por que? ¿Donde esta ahora? Supongo que la has despedido.—Esta enamorada de mi, o por lo menos eso es lo que dijo siempre... Aquí todos creen que Annie es mi amante y no es así.—¿Sabes si Max esta detrás de todo esto? —pregunta Rob, sospechando del vicepresidente.—Volveré a hablar con ella y veré si puedo sacarle información.—Debes terminar con esto de una vez, John o Annie y tu jamas podrán v
Finalmente, llega el día de la fiesta. Desde muy temprano la casa presidencial está enloquecida con los últimos preparativos, hacía mucho que no daban una fiesta con invitados internacionales, así que la misma desde quedar perfecta.Annie, después de sus curaciones, desayuno y se puso a ayudar con la decoración, John estuvo fuera todo el día, seguramente planeando la trampa para Max. A pesar de estar muy ocupada, no puede dejar de pensar en lo que le dijo la noche anterior. Tiene miedo de lo que puede llegar a ocurrir. Sin embargo, ese hombre merece estar tras las rejas y la única forma de hacer que confiese es haciéndolo caer en su propio juego, aunque sea muy peligroso y John puede terminar muerto. De solo pensarlo se le eriza la piel, si algo le llega a pasar no podría seguir viniendo en un mundo sin él.Solo faltan unas horas para la fiesta y el presidente envío a Paulie a la casa para que se encargue de poner bella a Annie, ella será su acompañante en la fiesta, sabe que los medi
—¿No ves que estoy ocupado con la señorita Taylor? —responde Max groseramente, siempre detesto a Ronald Marshall, haciéndose el amigo de John para escalar en la política y querer ser el nuevo candidato a presidente, cosa que no se lo va a permitir.—Vamos, Max, es urgente... —exclama Ron, a pesar de verla de espaldas, sabe que la joven esta incomoda con su presencia, demasiado ya le hizo pasar este malnacido para seguir molestándola.—¿Qué sucede aquí, mis amigos? —pregunta John, apareciendo de la nada, quien se dio cuenta, a lo lejos, de que Ron, esta a punto de golpear a Max y no puede permitir que todo acabe así, tan rápido.—Hola John, quería dialogar unos temas con Max, pero esta muy ocupado con la señorita Taylor, aunque creo que solo la esta molestando —exclama furioso.El vicepresidente lo fulmina con la mirada:—¿Cómo te atreves? —pregunta Max nervioso—Diles, Annie... Diles que no estoy molestándote, solo estaba haciéndote una compañía amistosa porque te dejaron sola —en ese
John cae al suelo junto al cuerpo abatido de Max. En ese momento, Annie, que había escuchado todo, desde el otro lado de la sala, corre en su dirección.Cuando llega hacia el presidente comienza a llamarlo por su nombre, a zamarrearlo, intentando que despierte.Lentamente, John abre los ojos y Annie lo ayuda a reincorporarse, a élsar de que el está bien, no puede dejar de llorar, sus lágrimas salen sin control.—Me asusté mucho, pensé que te había matado, pero luego recordé que llevarías un chaleco antibalas—Annie lo abraza y él devuelve su abrazo.—Tranquila, ya todo terminó —John no puede dejar de observar el cuerpo de Max tendido en el suelo y comienza a llorar desconsoladamente—era mi amigo, Anne... Crecimos juntos ¿entiendes? A pesar de que haya dicho que me odiaba, estoy seguro de que no era así, compartimos muchas cosas, teníamos nuestros ideales, no puedo creer que haya terminado de esta manera, no quería su muerte.—No llores más, John. Entiendo como te sientes, quédate con s
Annie toma la bandeja y sube a la habitación de John. Allí toca la puerta y a los pocos segundos él la abre, se hace un lado para dejarla pasar, le quita la bandeja de las manos y la deja sobre una mesa al lado de su cama:—Imagino que Molly te envío con ese pedazo de pastel —comenta John con una pequeña sonrisa en los labios, intentando fingir su dolor—la gente de esta casa me conoce demasiado.—Si, John, además quería verte... Saber como estabas, no puedes estar aquí encerrado todo el día.—Ven, siéntate conmigo, pruébalo, los pasteles de Molly son mis favoritos—John se acomoda en su cama y Annie se sienta a su lado—está delicioso—exclama John llevándose una cucharada del pastel de chocolate a su boca —pruébalo tu también —él vuelve a tomar un pedazo de pastel y se lo entrega a Annie.—Está delicioso... El chocolate libera endorfinas, estoy segura de que te sentirás un poco mejor.—Gracias Annie...—No me agradezcas a mí, Molly lo hizo, aunque tengo que pedirle la receta.—No es por
—Creo que es hora de que vuelva a mi habitación y te deje descansar tranquilo —exclama Annie, levantándose de la cama, pero en ese momento, John la toma del brazo con cariño y la detiene.—No te vayas, Annie... Quedate conmigo esta noche —le súplica.—Pero John...—Te necesito, mi amor... Necesito de tus besos, de tus caricias, de tus abrazos, necesito sacar este dolor que esta destruyéndome el alma —John siente tanta tristeza y dolor que se le nota en su voz y Annie no puede decir que no a su petición. Ella vuelve a la cama para ser abrazada con los fuertes y musculosos brazos de John—te amo Annie... No lo olvides, pase lo que pase.—También te amo, John.Pasan varios minutos abrazados, en silencio, con los ojos cerrados.Pero en un momento, Annie siente que John comienza a acariciarla dulcemente, primero recorre sus brazos, lentamente, hasta llegar al final de su espalda, luego empieza a acariciarla por debajo de su camiseta, recorriendo la suave piel de su vientre, subiendo hasta s