Capitulo 2: Comienza El Plan.

Annie sabe que está a punto de cometer una locura, jamás imagino que Noreen le aconsejaría ir a ver a Michel, el ser más despreciable del barrio. Un hombre que es capaz de hacer cualquier cosa por dinero, robar, vender drogas, hasta matar a una persona, sin embargo, en este momento, ella está a punto de convertirse en un ser despreciable como él... La desesperación por conseguir el dinero para el tratamiento de su madre la llevara a hacer cosas que nunca se hubiese imaginado.

Después de regresar a su casa, hacer la comida, y comer junto a Marcus y su madre, se dirige a la casa de Michel, Annie espera que él no se aproveche de la situación, ya que supuestamente, siempre estuvo enamorado de ella y este sería un buen momento para reclamar su cuerpo, a cambio de dinero, lamentablemente, no lo pensaría dos veces si logra juntar el dinero para salvar la vida de su madre.

Finalmente, Annie está delante de la puerta de la casa de Michel, tras pensarlo varios minutos decide golpear y segundos después, el hombre en cuestión, abre la puerta para encontrarse cara a cara con la muchacha.

—¿Pero qué es lo qué ven mis ojos? —pregunta burlándose —Annie Taylor, nunca imagine tener el agrado de tu visita, por favor pasa —Annie queda paralizada unos segundos, hasta que toma valor y entra, seguida del dueño de la casa—¿Para qué soy bueno?—pregunta, sin borrar la sonrisa burlona de su rostro.

—Michel... Necesito dinero... —súplica Annie—Mucho dinero—el hombre abre los ojos de par en par, muy sorprendido, sin poder creer en las palabras que salen de la boca de ella—sé que muchas veces me ofreciste trabajo y yo rechazaba tu propuesta, ahora necesito trabajar, necesito dinero, haré lo que sea, lo que quieras, lo que me pidas.

—Nunca imagine escuchar las palabras mágicas "haré lo qué me pidas" —acota burlándose de la desesperación de ella —¿Por que necesitas tanto dinero? ¿Acaso quieres regresar a la ciudad?

—Necesito regresar a la ciudad, mi madre está muy enferma, morirá pronto si no consigo dinero para su tratamiento.

—Ahora entiendo tu desesperación querida Annie, así que dijiste que harías lo que te pida.

—Sii... ¿puedes ayudarme? —Annie sabe que está cometiendo el peor error de su vida, ¿y si termina presa? Piensa, al menos conseguirá el dinero para salvar la vida de su madre.

—Muy bien querida Annie, tengo varios trabajos para ti, te ayudaré a conseguir lo que necesites.

—¿Qué es lo que tengo que hacer? —pregunta, aterrada.

—Tranquila, no pasará nada, no arriesgaría tu vida Annie, sabes que eres una mujer muy especial para mí. Si fueras mi esposa, jamás tendrías que pasar por esto.

—Michel... solo dime que tengo que hacer —insiste.

—Mira Annie, por el momento tengo dos buenos trabajos, en los que nos beneficiaremos ambos, pero te dejaré elegir, solo porque eres tú.

—Dime, por favor...

—El primer trabajo, no es muy seguro para ti, consiste en convertirte en mula, necesitamos pasar por la frontera kilos de cocaína, sin embargo, si te descubren terminaras años tras las rejas, por contrabando o puedes morir de una sobredosis.

—Dijiste que tenias dos trabajos, ¿Cuál es el otro?

—El otro es mucho más simple y no corre riesgo tu vida, a menos que te ajustes al plan y no nos traiciones, debemos secuestrar a una persona muy importante y tenerlo cautivo un mes. Necesitamos a una mujer dócil, como tú, que pueda alimentarlo y tenerlo en buen estado de salud, la intención es solo asustarlo, no asesinarlo.

—Dios mío, Michel ¿Eres capaz de hacer semejantes cosas por dinero? —El hombre comienza a reírse a carcajadas, burlándose de ella.

—Mira Annie, estás aquí para conseguir dinero a costa de cualquier cosa... ¿En qué te diferencias de mí? —pregunta Michel.

—Tienes razón —contesta, decepcionada de ella misma, pero tiene que hacerlo.

—¿Y bien? ¿Aceptarás alguno de los trabajos? No tenemos tiempo que perder, ambos son para comenzar la semana que viene.

—¿Puedo saber quien es la persona que van a secuestrar?

—Annie... No comas ansias, mientras menos sepas. Mejor.

—Estaré un mes con él ¿Verdad? En algún momento descubriré quien es.

—¿Aceptas el trabajo de compañía? —pregunta sorprendido, realmente nunca pensó que Annie aceptaría, imagino que saldría corriendo aterrada. Por más que quiera disimularlo está muy asustada, sin embargo, la desesperación por salvar a su madre es más fuerte que todo.

—Aceptaré Michel, pero con una condición.

—Dime... Soy todo oidos.

—Que no permitas que le hagan daño a esa persona.

—¿Y a ti que te importa lo que le pase? Al fin y al cabo no lo conoces...no debes mezclar sentimientos con trabajo.

—Ya lo se. Pero no podría soportarlo, por favor Michel.

—Tranquila, Annie, no le haremos daño, es una persona muy importante, solo debemos tenerlo cautivo un mes y ganaremos mucho dinero.

—Está bien, acepto—contesta resignada.

Unos días atrás Michel había recibido la llamada de un tal MMG, una persona que no quería dar a conocer su identidad, que deseaba secuestrar a un hombre, alejarlo de la ciudad por un mes, a cambio de una importante suma de dinero. En la primera comunicación no quisieron darle el nombre de la víctima, pero le dijeron que debía ser la semana entrante, antes de la convención por la paz, que se llevaría a cabo en la capital, por lo que Michel imagino que sería una persona muy importante.

—Dígame MMG... ¿Quién es la persona a la que debemos secuestrar? —pregunto Michel.

—No se preocupe, pronto lo sabrá, solo puedo decirle que debe ir muy preparado, este sujeto es muy fuerte, le daré la ubicación de un lugar apartado de la ciudad, le aseguro que allí no podrán encontrarlos, necesito que vaya y siga mis instrucciones.

—Muy bien señor, estoy a su disposición.

Días después, Michel volvió a recibir una llamada del misterioso MMG.

—Dígame... ¿Está todo preparado como se lo indique?

—Si señor... Todo en orden. Tengo a disposición un grupo de seis personas para empezar con el operativo cuando usted diga.

—Muy bien, Michel, la semana próxima este sujeto llegará a la capital. A las cinco de la mañana sale a correr, lejos de su seguridad, es el momento oportuno para capturarlo.

—¿Seguridad? ¿Es una persona millonaria? ¿Pedirán rescate por él?

—No, Michel, no necesitamos dinero, solo queremos que este sujeto no meta sus narices donde no nos conviene.

—¿Acaso... —pregunta Michel, había hecho muchas cosas malas, pero nunca había asesinado a nadie, por más que la gente pensara que si.

—No queremos hacerle daño, pero no puede presentarse a la convención por la paz... O se arruinarán todos nuestros negocios...

—¿A la convención por la paz? —sabía que esa reunión solo se llevaría a cabo entre presidentes de todas partes del mundo y que el organizador es el mandatario John Meyer—¿Puede decirme quien es la persona en cuestión?

—Esta bien, Michel, es necesario que lo sepas. Es John Meyer, el presidente de nuestra nación.

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