Annie sabe que está a punto de cometer una locura, jamás imagino que Noreen le aconsejaría ir a ver a Michel, el ser más despreciable del barrio. Un hombre que es capaz de hacer cualquier cosa por dinero, robar, vender drogas, hasta matar a una persona, sin embargo, en este momento, ella está a punto de convertirse en un ser despreciable como él... La desesperación por conseguir el dinero para el tratamiento de su madre la llevara a hacer cosas que nunca se hubiese imaginado.
Después de regresar a su casa, hacer la comida, y comer junto a Marcus y su madre, se dirige a la casa de Michel, Annie espera que él no se aproveche de la situación, ya que supuestamente, siempre estuvo enamorado de ella y este sería un buen momento para reclamar su cuerpo, a cambio de dinero, lamentablemente, no lo pensaría dos veces si logra juntar el dinero para salvar la vida de su madre.Finalmente, Annie está delante de la puerta de la casa de Michel, tras pensarlo varios minutos decide golpear y segundos después, el hombre en cuestión, abre la puerta para encontrarse cara a cara con la muchacha.—¿Pero qué es lo qué ven mis ojos? —pregunta burlándose —Annie Taylor, nunca imagine tener el agrado de tu visita, por favor pasa —Annie queda paralizada unos segundos, hasta que toma valor y entra, seguida del dueño de la casa—¿Para qué soy bueno?—pregunta, sin borrar la sonrisa burlona de su rostro.—Michel... Necesito dinero... —súplica Annie—Mucho dinero—el hombre abre los ojos de par en par, muy sorprendido, sin poder creer en las palabras que salen de la boca de ella—sé que muchas veces me ofreciste trabajo y yo rechazaba tu propuesta, ahora necesito trabajar, necesito dinero, haré lo que sea, lo que quieras, lo que me pidas.—Nunca imagine escuchar las palabras mágicas "haré lo qué me pidas" —acota burlándose de la desesperación de ella —¿Por que necesitas tanto dinero? ¿Acaso quieres regresar a la ciudad?—Necesito regresar a la ciudad, mi madre está muy enferma, morirá pronto si no consigo dinero para su tratamiento.—Ahora entiendo tu desesperación querida Annie, así que dijiste que harías lo que te pida.—Sii... ¿puedes ayudarme? —Annie sabe que está cometiendo el peor error de su vida, ¿y si termina presa? Piensa, al menos conseguirá el dinero para salvar la vida de su madre.—Muy bien querida Annie, tengo varios trabajos para ti, te ayudaré a conseguir lo que necesites.—¿Qué es lo que tengo que hacer? —pregunta, aterrada.—Tranquila, no pasará nada, no arriesgaría tu vida Annie, sabes que eres una mujer muy especial para mí. Si fueras mi esposa, jamás tendrías que pasar por esto.—Michel... solo dime que tengo que hacer —insiste.—Mira Annie, por el momento tengo dos buenos trabajos, en los que nos beneficiaremos ambos, pero te dejaré elegir, solo porque eres tú.—Dime, por favor...—El primer trabajo, no es muy seguro para ti, consiste en convertirte en mula, necesitamos pasar por la frontera kilos de cocaína, sin embargo, si te descubren terminaras años tras las rejas, por contrabando o puedes morir de una sobredosis.—Dijiste que tenias dos trabajos, ¿Cuál es el otro?—El otro es mucho más simple y no corre riesgo tu vida, a menos que te ajustes al plan y no nos traiciones, debemos secuestrar a una persona muy importante y tenerlo cautivo un mes. Necesitamos a una mujer dócil, como tú, que pueda alimentarlo y tenerlo en buen estado de salud, la intención es solo asustarlo, no asesinarlo.—Dios mío, Michel ¿Eres capaz de hacer semejantes cosas por dinero? —El hombre comienza a reírse a carcajadas, burlándose de ella.—Mira Annie, estás aquí para conseguir dinero a costa de cualquier cosa... ¿En qué te diferencias de mí? —pregunta Michel.—Tienes razón —contesta, decepcionada de ella misma, pero tiene que hacerlo.—¿Y bien? ¿Aceptarás alguno de los trabajos? No tenemos tiempo que perder, ambos son para comenzar la semana que viene.—¿Puedo saber quien es la persona que van a secuestrar?—Annie... No comas ansias, mientras menos sepas. Mejor.—Estaré un mes con él ¿Verdad? En algún momento descubriré quien es.—¿Aceptas el trabajo de compañía? —pregunta sorprendido, realmente nunca pensó que Annie aceptaría, imagino que saldría corriendo aterrada. Por más que quiera disimularlo está muy asustada, sin embargo, la desesperación por salvar a su madre es más fuerte que todo.—Aceptaré Michel, pero con una condición.—Dime... Soy todo oidos.—Que no permitas que le hagan daño a esa persona.—¿Y a ti que te importa lo que le pase? Al fin y al cabo no lo conoces...no debes mezclar sentimientos con trabajo.—Ya lo se. Pero no podría soportarlo, por favor Michel.—Tranquila, Annie, no le haremos daño, es una persona muy importante, solo debemos tenerlo cautivo un mes y ganaremos mucho dinero.—Está bien, acepto—contesta resignada.Unos días atrás Michel había recibido la llamada de un tal MMG, una persona que no quería dar a conocer su identidad, que deseaba secuestrar a un hombre, alejarlo de la ciudad por un mes, a cambio de una importante suma de dinero. En la primera comunicación no quisieron darle el nombre de la víctima, pero le dijeron que debía ser la semana entrante, antes de la convención por la paz, que se llevaría a cabo en la capital, por lo que Michel imagino que sería una persona muy importante.—Dígame MMG... ¿Quién es la persona a la que debemos secuestrar? —pregunto Michel.—No se preocupe, pronto lo sabrá, solo puedo decirle que debe ir muy preparado, este sujeto es muy fuerte, le daré la ubicación de un lugar apartado de la ciudad, le aseguro que allí no podrán encontrarlos, necesito que vaya y siga mis instrucciones.—Muy bien señor, estoy a su disposición.Días después, Michel volvió a recibir una llamada del misterioso MMG.—Dígame... ¿Está todo preparado como se lo indique?—Si señor... Todo en orden. Tengo a disposición un grupo de seis personas para empezar con el operativo cuando usted diga.—Muy bien, Michel, la semana próxima este sujeto llegará a la capital. A las cinco de la mañana sale a correr, lejos de su seguridad, es el momento oportuno para capturarlo.—¿Seguridad? ¿Es una persona millonaria? ¿Pedirán rescate por él?—No, Michel, no necesitamos dinero, solo queremos que este sujeto no meta sus narices donde no nos conviene.—¿Acaso... —pregunta Michel, había hecho muchas cosas malas, pero nunca había asesinado a nadie, por más que la gente pensara que si.—No queremos hacerle daño, pero no puede presentarse a la convención por la paz... O se arruinarán todos nuestros negocios...—¿A la convención por la paz? —sabía que esa reunión solo se llevaría a cabo entre presidentes de todas partes del mundo y que el organizador es el mandatario John Meyer—¿Puede decirme quien es la persona en cuestión?—Esta bien, Michel, es necesario que lo sepas. Es John Meyer, el presidente de nuestra nación.Annie no puede dejar de llorar, abrazada a Noreen, se siente el ser más despreciable de la tierra, jamás imagino que se convertiría en una delincuente, si su madre supiera lo lejos que llego, se avergonzaría de ella.—Ya, mi querida Annie, no llores más —la consuela Noreen, abrazándola, acariciando dulcemente su cabello, como si fuera su abuela.—No puedo creer estar haciendo esto, Noreen, secuestrarán a una persona, tendré que cuidar de él, estoy siendo cómplice de un secuestro—llora desconsoladamente—Annie... No le harán daño, tienes que pensar en eso, solo serán unos días y luego tendrás el dinero para el tratamiento de tu madre. Sé que es una locura, que está mal, en otras circunstancias te aconsejaría que no lo hicieras, pero no tienes otra alternativa, mi niña.—Lo sé, Noreen, lo sé, solo espero que mi madre no se entere de esto, porque su desilusión hacia mí, se la llevara antes que el cáncer.John esta en su habitación, preparando sus valijas, mañana muy temprano viajan para
Max no puede creer lo que acaba de suceder, las amenazas fueron ciertas, sigue sin poder entender como John fue secuestrado, a pesar de haber doblado en números la seguridad, la terquedad de su amigo fue más fuerte , decidió salir sin guardaespaldas a correr, diciendo que serían unos minutos, que no pasaría nada y ahora no hay rastros de él, si le pasa algo a John, no podría soportarlo, ni perdonárselo nunca. Ya ha puesto en funcionamiento a la policía y a los grupos militares, encontrará al presidente como sea, a costa de su propia vida.Los periodistas se han hecho un festín con las noticias, los teléfonos de la casa presidencial no dejan de sonar buscando información y los mandatarios de todo el mundo han enviado su ayuda, para encontrar a John con vida, solamente queda dar con esos malnacidos y encerrarlos en la cárcel por el resto de sus vidas.Michel se encuentra en el lugar donde permanecerán encerrados durante un mes con la persona secuestrada, Annie está allí acompañándolo, c
—¡Suélteme, por favor, me está haciendo daño! —John queda estupefacto al escuchar la voz de una mujer detrás de esa máscara y suelta violentamente su muñeca, sin dejar de gritar.—¡No te lo volveré a repetir, quítame estas cadenas! —John intenta forcejear con dichas cadenas, pero comienza a hacerse daño.—¡Deténgase, por favor, se está lastimando! —exclama Annie, muy preocupada.—¿Crees que te haré caso? No puedo creer que siendo una mujer te prestes para semejante acto, libérame, no sabes lo que estás haciendo. Si me dejas ir, me olvidaré de todo esto —John intenta persuadir a la mujer que tiene adelante, sin éxito.—Lo siento, señor presidente, pero no puedo hacerlo, solo debe tranquilizarse, no le haremos daño, se quedará aquí durante unos días y luego será liberado—explica Annie.—¿Durante unos días? ¿Cuántos exactamente? —pregunta furioso.—un mes, señor... —Responde muy asustada, lejos de él, sin dudas mañana tendrá un buen moretón en su muñeca.—¿Estás loca? ¿Un mes aquí? Olvíd
—Claro que si, señor presidente —exclama Annie, sentándose junto a él, sobre la cama—espero que el desayuno sea de su agrado.—Con el hambre que tengo me comería una vaca entera —responde John, algo más tranquilo que el día anterior, seguramente se dio cuenta de que no le servía de nada luchar —¿ya desayunaste? Puedes comer de aquí, si quieres.—Descuide señor, no tengo apetito —la culpa que siente en este momento es tan fuerte que le ha cerrado el estómago, hace días que no prueba bocado.—No puedo ver tu rostro, pero creo que no te encuentras bien.—No se preocupe señor presidente, me siento bien—contesta Annie, intentando ser convincente.—Dime... ¿Cómo está tu muñeca? —John sostiene la mano de la joven y puede ver un enorme hematoma sobre su muñeca —Oh por Dios, lo lamento mucho, soy demasiado fuerte y tu muy pequeña, no quería hacerte daño.—Mi muñeca estará bien señor, en unos días dejará de molestar.—Solo John, por favor —exclama, odia que todo el tiempo lo estén llamando con
Varias horas después, una vez terminada la cena, Annie toma la bandeja con comida y se dirige a la habitación del presidente.Al ingresar, se acerca a él y nota que está profundamente dormido, deja la bandeja en la mesa junto a la cama y se queda observándolo detenidamente.Si le hubiesen dicho que existía una persona tan increíblemente hermosa, no lo hubiese creído. Annie no puede creer sus pensamientos, en estos momentos, no puede decir que se ha enamorado de él, pero sí que la atrae de todas las maneras posibles, se siente tan extraña cuando esta frente a él y no es solamente miedo, la emoción que siente en ese momento. Se había criado con muchos vecinos varones, pero siempre los veía como amigos, yendo al basural a buscar un poco de comida, nunca había sentido lo que siente por el presidente. Annie se golpea la cabeza, regañándose así misma, fuera o no fuera amor lo que siente , él jamás se fijaría en ella, no solamente por sus orígenes, sino por su edad, ella apenas es una niña,
—¿Cómo podría hacer eso, señor presidente? —pregunta Annie sorprendida. Sabe que son personas muy poderosas, capaz de hacerle daño a Marcus y a su madre.—Escucha... Hagamos un trato, Noreen, no te haré daño, no volveré a insultarte, no intentaré huir, a cambio de que averigües quien está detrás de todo esto, o traigas información... prometo protegerte pase lo que pase... ¿Aceptas? —manifiesta John, mientras le brinda su mano derecha para cerrar el trato. Después de pensarlo unos segundos Annie acepta, no sabe si esta haciendo lo correcto, pero últimamente no lo está haciendo así que no le queda otra opción que aceptar el trato con el presidente.—Acepto, señor presidente —Annie le brinda su mano y cuando ambas se estrechan puede sentir una corriente eléctrica qué recorre todo su cuerpo ¿Por que siente estas cosas? ¿Acaso se ha vuelto loca?John no pasa inmune a ese contacto, siente algo que le es incapaz soltar la mano que tiene entre las suyas, esa mano callosa, lastimada, pero suav
—¡Oh, por Dios! —Exclama Annie, asustada llevándose instintivamente las manos a su rostro, dándose cuenta de que el presidente acaba de descubrir su identidad —Señor presidente... yo—esta tan nerviosa que las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas sin poder controlarlas.John no puede creer lo que esta viendo, es que es imposible... Su secuestradora es... Solamente una niña. Sin embargo, nunca había visto a una niña tan increíblemente hermosa, maravillosa, dueña de un cabello castaño claro ondulado y unos ojos celestes impresionantes, que podría perderse en ellos por horas, de donde salió esta belleza de mujer, que no puede dejar de mirarla.—Así que no te llamas Noreen —manifiesta John cuando logra por fin que las palabras salgan de su boca.—Lo siento, no quería mentirle—Annie baja su mirada, avergonzada —tenía miedo de que descubriera mi identidad, pero ya no puedo esconderme de usted.—Hicimos un trato, no tienes porque tener miedo de mí —le recuerda John, sin poder dejar de
—¿A que se refiere con asesinarlo? —pregunta Michel conmociónado, ¿Qué fue lo que paso? Hasta hace unos días querían que tenga los mejores cuidados, ahora quieren deshacerse de él.—¿Acaso no sabes lo que es matar a alguien? —exclama MMG indignado, que mala suerte tuvo de haber encontrado unos imbéciles para secuestrar al presidente.—Si señor, solo que hace unas semanas nos dijo que lo cuidemos bien y ahora... Me está pidiendo que acabemos con él, secuestrar y asesinar no es lo mismo, estamos hablando del presidente de la nación.—Michel desde el principio te dije que los protegería, solo tienes que matarlo y deshacerte del cuerpo, no es muy difícil.—Entiendo, señor.Max no sabe qué hacer, estos días como presidente, al estar desaparecido John, es un caos, nunca se imaginó que fuera tan difícil. Esta en su despacho preparando un discurso, ya que en unas horas, debe dar una conferencia de prensa a todo el país, comentando los avances en la búsqueda de John, no son muchos, pero hay al