—Claro que si, señor presidente —exclama Annie, sentándose junto a él, sobre la cama—espero que el desayuno sea de su agrado.
—Con el hambre que tengo me comería una vaca entera —responde John, algo más tranquilo que el día anterior, seguramente se dio cuenta de que no le servía de nada luchar —¿ya desayunaste? Puedes comer de aquí, si quieres.—Descuide señor, no tengo apetito —la culpa que siente en este momento es tan fuerte que le ha cerrado el estómago, hace días que no prueba bocado.—No puedo ver tu rostro, pero creo que no te encuentras bien.—No se preocupe señor presidente, me siento bien—contesta Annie, intentando ser convincente.—Dime... ¿Cómo está tu muñeca? —John sostiene la mano de la joven y puede ver un enorme hematoma sobre su muñeca —Oh por Dios, lo lamento mucho, soy demasiado fuerte y tu muy pequeña, no quería hacerte daño.—Mi muñeca estará bien señor, en unos días dejará de molestar.—Solo John, por favor —exclama, odia que todo el tiempo lo estén llamando con tanta formalidad.—Esta bien... John—¿Puedes decirme tu nombre? Por lo menos para saber quien eres —Annie no sabe que decir, si le da su verdadero nombre cuando salga de aquí va a ser más fácil que la encuentre.—Me llamo... Me llamo Noreen —miente Annie—Extraño, pero bonito nombre, está muy rico el desayuno, muchas gracias —Ella siente que algo raro está pasando, ¿Por qué de un momento a otro actúa tan amable? ¿Acaso estará tramando algo? Es el presidente de la nación, conocido no solamente por su belleza, sino también por su gran inteligencia.—Me alegro de que le haya gustado, debe comer saludable, imagino que una persona de su contextura tiene mucho apetito.—Si, Noreen, tengo hambre todo el tiempo, mi cuerpo gasta demasiadas energías—John se sorprende al haber hecho semejante confesión.—Descuide, estoy aquí para cuidarlo, tendré siempre su comida lista.—¿Puedo preguntar por qué haces esto? —pregunta John confundido, puede sentir que detrás de esa máscara, hay una mujer aterrada, que ni se imagina el delito que está cometiendo, seguramente tiene una muy buena razón para hacerlo.—Necesitaba el dinero con urgencia, fue la única salida. —responde Annie, con tristeza y culpabilidad.—¿Acaso no trabajas? Ganarías dinero sin tener que cometer un delito tan grave como un secuestro.—Yo... No tengo trabajo señor, lamentablemente tuve que dejar el colegio de muy chica, apenas sé leer y escribir, nadie quiere darme uno.—Y en vez de estudiar, te dedicas a delinquir, sabes que una vez que salga de aquí te encerraré en la cárcel ¿Verdad?—Lo sé, señor y me lo merezco, pero el dinero era más importante que mi libertad —contesta Annie, al borde de las lágrimas, John puede darse cuenta de eso, es una mujer débil emocionalmente, solo tiene que persuadirla un poco para que lo libere, pero antes debe saber quien está detrás de todo esto, ella es nada más que la cara visible.—Si me liberas te daré más dinero, un trabajo, y no iras a la cárcel, confía en mí—obviamente que la está engañando, jamás haría un trato con un delincuente.—Lo lamento señor, le juro que no puedo hacerlo, si lo hago es demasiado peligroso para mi familia.—¿A qué te refieres? —pregunta John, ¿Acaso estará haciendo esto bajo amenaza?—Ya obtuve el dinero, si lo dejo en libertad lastimaran a mi familia.—Puedo ayudarte, te daré un lugar donde ir con tu familia, los protegeré, solo libérame, por favor.—Discúlpeme señor, no puedo hacerlo —Annie ve como la furia se vuelve a apoderar del rostro de John, quien con todas sus fuerzas intenta llegar hasta el rostro de ella para quitarle la máscara, pero sus cadenas no lo dejan llegar hasta allí.—¡Quítate la máscara, quiero ver quien eres! —grita furioso.—Señor, por favor —Annie se levanta de la cama asustada, está furioso, podría hacerle daño de nuevo.—Quiero saber quien eres, para que cuando salga de aquí seas a la primera que encierre en una cárcel, m*****a delincuente —Ahora entiende porque actuaba tan amable, era todo un plan para bajar su guardia, acercarse a ella y descubrir su identidad, sabe que es demasiado inteligente, no puede caer en su juego.—Lo dejaré descansar, señor. Si necesita algo solo llámeme —Annie sale de allí despavorida, cuando esta furioso da mucho miedo, ese hombre tiene tanta fuerza que podría matar a alguien de un golpe, quizás las cadenas no aguanten mucho tiempo el forcejeo.Annie vuelve a la cocina y allí se encuentra con Michel, recién llegado de la calle, con algunas provisiones y varias noticias—Hola Annie ¿Cómo esta el prisionero? —pregunta al verla tan incomoda.—No lo veo bien, Michel... Tiene sus muñecas lastimadas, esta muy nervioso, furioso, quizás deberíamos...—Annie... ¿Deberíamos que?—Quitarle sus cadenas, seguirá forcejeando hasta que se libere, tiene mucha fuerza.—Si le quitamos las cadenas, nos matara a los dos y se irá de aquí —manifiesta Michel, sin dudas fue un error haber traído a Annie, ella es demasiado buena, dulce, sentimental, no sirve para este tipo de trabajos.—No lo hará, lo prometo, hablaré con él, intentaré llegar a un acuerdo, quizás así se tranquilice.—No lo se, Annie... Habla con él y veremos como reacciona, pero si escapa de aquí te harás responsable.—Lo haré, Michel—contesta con entusiasmo, si no conociera a Annie de toda la vida, dudaría de que siente algo por el presidente, pero sabe que ella es así, su personalidad, siempre intentando ayudar a los demás.—Pero hay una condición para ello —exclama—Dime Michel, haré lo que me pidas.—Necesito que comas algo, Annie o te enfermaras —hace días que no prueba bocado y ya puede ver la debilidad marcada en su cuerpo, siempre ha sido una niña delgada, pero ha perdido mucho peso en estos 15 días, apenas come pequeñas cucharadas.—No tengo apetito, la culpa me esta matando, pero lo intentaré, lo prometo.—Si sabía que sufrirías tanto no te habría traído.—No, Michel, agradezco que lo hayas hecho, gracias a ti conseguí el dinero para mi madre.—Si... pero acabo de convertir en un delincuente, y quizás pases años en la cárcel si todo sale mal—nunca había sentido tanta culpa en su vida—Habra valido la pena si mi madre se recupera.Varias horas después, una vez terminada la cena, Annie toma la bandeja con comida y se dirige a la habitación del presidente.Al ingresar, se acerca a él y nota que está profundamente dormido, deja la bandeja en la mesa junto a la cama y se queda observándolo detenidamente.Si le hubiesen dicho que existía una persona tan increíblemente hermosa, no lo hubiese creído. Annie no puede creer sus pensamientos, en estos momentos, no puede decir que se ha enamorado de él, pero sí que la atrae de todas las maneras posibles, se siente tan extraña cuando esta frente a él y no es solamente miedo, la emoción que siente en ese momento. Se había criado con muchos vecinos varones, pero siempre los veía como amigos, yendo al basural a buscar un poco de comida, nunca había sentido lo que siente por el presidente. Annie se golpea la cabeza, regañándose así misma, fuera o no fuera amor lo que siente , él jamás se fijaría en ella, no solamente por sus orígenes, sino por su edad, ella apenas es una niña,
—¿Cómo podría hacer eso, señor presidente? —pregunta Annie sorprendida. Sabe que son personas muy poderosas, capaz de hacerle daño a Marcus y a su madre.—Escucha... Hagamos un trato, Noreen, no te haré daño, no volveré a insultarte, no intentaré huir, a cambio de que averigües quien está detrás de todo esto, o traigas información... prometo protegerte pase lo que pase... ¿Aceptas? —manifiesta John, mientras le brinda su mano derecha para cerrar el trato. Después de pensarlo unos segundos Annie acepta, no sabe si esta haciendo lo correcto, pero últimamente no lo está haciendo así que no le queda otra opción que aceptar el trato con el presidente.—Acepto, señor presidente —Annie le brinda su mano y cuando ambas se estrechan puede sentir una corriente eléctrica qué recorre todo su cuerpo ¿Por que siente estas cosas? ¿Acaso se ha vuelto loca?John no pasa inmune a ese contacto, siente algo que le es incapaz soltar la mano que tiene entre las suyas, esa mano callosa, lastimada, pero suav
—¡Oh, por Dios! —Exclama Annie, asustada llevándose instintivamente las manos a su rostro, dándose cuenta de que el presidente acaba de descubrir su identidad —Señor presidente... yo—esta tan nerviosa que las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas sin poder controlarlas.John no puede creer lo que esta viendo, es que es imposible... Su secuestradora es... Solamente una niña. Sin embargo, nunca había visto a una niña tan increíblemente hermosa, maravillosa, dueña de un cabello castaño claro ondulado y unos ojos celestes impresionantes, que podría perderse en ellos por horas, de donde salió esta belleza de mujer, que no puede dejar de mirarla.—Así que no te llamas Noreen —manifiesta John cuando logra por fin que las palabras salgan de su boca.—Lo siento, no quería mentirle—Annie baja su mirada, avergonzada —tenía miedo de que descubriera mi identidad, pero ya no puedo esconderme de usted.—Hicimos un trato, no tienes porque tener miedo de mí —le recuerda John, sin poder dejar de
—¿A que se refiere con asesinarlo? —pregunta Michel conmociónado, ¿Qué fue lo que paso? Hasta hace unos días querían que tenga los mejores cuidados, ahora quieren deshacerse de él.—¿Acaso no sabes lo que es matar a alguien? —exclama MMG indignado, que mala suerte tuvo de haber encontrado unos imbéciles para secuestrar al presidente.—Si señor, solo que hace unas semanas nos dijo que lo cuidemos bien y ahora... Me está pidiendo que acabemos con él, secuestrar y asesinar no es lo mismo, estamos hablando del presidente de la nación.—Michel desde el principio te dije que los protegería, solo tienes que matarlo y deshacerte del cuerpo, no es muy difícil.—Entiendo, señor.Max no sabe qué hacer, estos días como presidente, al estar desaparecido John, es un caos, nunca se imaginó que fuera tan difícil. Esta en su despacho preparando un discurso, ya que en unas horas, debe dar una conferencia de prensa a todo el país, comentando los avances en la búsqueda de John, no son muchos, pero hay al
—¿A qué te refieres con eso, Annie? —pregunta John confundido, observándola detenidamente.—No lo se, solo se que he escuchado esa voz en otro momento.—Quizás lo has visto en la televisión, Max me acompaña a todos los viajes y muchas veces ha dado conferencias de Prensa en mi lugar—confía tanto en él, sin dudas se siente una persona Privilegiada al tener un amigo como Max, sobre todo en la política, donde la amistad es algo que no todo el mundo la tiene.—No creo, no miro mucha televisión, hay algo extraño en él.—¿Qué queres decir, Annie?—Olvídalo, seguro son ideas mías, comamos o se enfriará la comida.—Tienes razón—John toma sus cubiertos y comienza a cortar el pollo, luego, junto a una rodaja de papa, se lo introduce en la boca, saboreándolo con mucha nostalgia, cerrando sus ojos. Annie observa la situación, preocupada.—¿Estás bien?—Si, Annie... No te imaginas lo que esto Significa para mí —confiesa John, siendo vulnerable por primera vez con ella, algo que no es muy normal en
—Annie, he hecho cosas muy malas en mi vida, sin embargo, jamás asesine a alguien, no puedo hacerlo, pero no nos dejaran en paz hasta que no hayamos acabado con él.—Michel, por eso dejame hablar con John, si llegamos a un acuerdo podemos liberarlo y obtener protección—le explica intentando hacerlo entrar en razón.—Annie, ¿Es que no entiendes que esas personas son demasiado poderosas?—¿Mas poderosas que el presidente de nuestro país? No lo creo...—Has hablado con él ¿Verdad? —pregunta Michel, Es que es obvio que Annie siente algo por ese hombre y hará todo lo posible para salvarlo.—Si, lo he hecho y es una buena persona, estoy segura que nos ayudará.—¿De verdad aun crees en los reyes magos, Annie? —pregunta cínicamente, no puede entender como es tan tonta, debería haber aprendido mucho de la vida ya—estoy seguro que esta tratando de manipularte para que lo saques de aquí.—No seas así, Michel... Dejame hablar con él—insiste.—Esta bien, has lo que quieras, si quieres morir, adel
Max esta en el despacho presidencial. Acaba de recibir la noticia de uno de sus contactos, que si no acaba con la vida del presidente, los negocios de tráfico de armas al país en guerra, quedan cancelados.Siempre supo que John era un estúpido... Que su corazón podía llevar al país a la ruina, demasiado blando, demasiado sentimental. Cuando se le ocurrió la idea de organizar una convención por la paz, tenía ganas de romperle la cabeza ¿Acaso no sabía que mientras más guerras había en el mundo, más se beneficiaba su país con las ventas de armas? Pero no... Él siempre tan pacifico, en contra de las guerras. Llegado el día de la convención se le ocurrió la maravillosa idea de secuestrarlo. Sabía que no le iban a hacer daño, que lo mantendrían en buen estado de salud, pero su desaparición no solo generó polémica, si no también beneficios a los demás paises traficantes, ya que convenía que Max ocupará el cargo de presidente, era más manipulable que John.Sin embargo, ahora, uno de esos paí
Annie no puede creer lo que esta escuchando ¿es que se ha comportado de una manera tan tonta frente a él, que este se ha dado cuenta de sus sentimientos? Piensa, sin embargo, intentará negarlo a como de lugar.—Creo que te estás confundiendo, John. Que yo sea amable y considerada contigo, no significa que me haya enamorado de ti—exclama, intentando mostrarse segura.—¿Acaso crees que no siento como me miras o me acaricias cuando estoy durmiendo? —le confiesa mirándola a los ojos, pudiendo ver todas sus inseguridades.—Entonces tú... —titubea, sintiéndose muy Avergonzada.—Fingía dormir Annie, tenía que ganarme tu Confianza... pero creo que gane mucho más que eso —confiesa John, humillándola.—Eso... No significa que este enamorada de ti.—No intentes negarlo... Es inútil —John se levanta de la cama, se acerca a ella, la toma de la cintura violentamente y la aprieta contra él, despertando nuevas sensaciones en el cuerpo de ella.Su corazón comienza a latir con rapidez , sus mejillas se