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Los meses fueron pasando y por alguna razón me sentía más en confianza con los dos, su padre lo consentía bastante pero aún así el niño se portaba muy bien, no era problemático y aveces mientras él hacía sus tareas yo avanzaba con las mías.

A veces su padre nos llevaba a comer hamburguesas o pizza, como a todos los niños les gustaba bastante en una ocasión Dylan se fue al área de juegos, yo iría trás él pero el Sr. Ignacio me detuvo.

—Dejalo solo, desde aquí puedes observarlo.

—Pero puede pasarle algo.

—Ya tiene 7 años, está grande no es necesario que lo sigas en todo momento

Lo que no quería realmente es que si le pasaba algo su padre me culpará pero fue decisión de él así que me quedé vigilandolo.

—¿Como vas en la universidad?

—Voy muy bien realmente.

—Tus padres han de estar orgullosos de tí.

—Ellos murieron cuando yo tenía 7 años, actualmente yo vivo con la familia de una amiga, ambas familias eran muy cercanas, hicieron todas las gestiones para que no quedará en un orfanato y les dieron la tutela.

—Lamento mucho escuchar eso, pero al menos tuviste una familia que se preocupó por ti, mis padres murieron en un accidente de tránsito, yo me salve porque venía en la parte trasera con el cinturón puesto, de no traerlo puesto quien sabe si hubiera contado la historia.

—Lo siento mucho, disculpe la pregunta la madre de Dylan ¿Aún vive?

—Ella murió de una manera muy trágica, sus últimas fuerzas las dió para que Dylan pudiera nacer.

—No debí preguntar, lo siento es solo que no veo ninguna foto de ella.

—Al momento es lo mejor.

Nos retiramos del lugar, me pasó dejando por mi casa y luego ellos se fueron.

De alguna manera sentía algo especial por él, no podía ser que me estaba enamorando de mi propio jefe, aunque a decir el es una persona bastante agradable, a pesar de que le he hecho preguntas bastante incómodas no me ha tratado mal, cuándo llega temprano igual me despacha temprano, pero sentía que el cada vez quería acercarse más, salíamos más seguido con Dylan pero apenas llegamos al parque o algún lugar de juegos se nos despegaba y el Sr. Ignacio buscaba como charlar.

—Y dime Valentina ¿tienes novio?

—En estos momentos no es mi prioridad una relación, quiero terminar mis estudios y comenzar a ejercer.

—Pero en algún momento tienes que iniciar una relación.

—No es el momento sí.

—Cuando yo miré por primera vez a Alessandra sentí que ella era la indicada para mí.

— ¿Como hizo para conquistarla?

—Le ofrecí que trabajara para mí, ella trabajaba en un hotel y sabía que podía ofrecerle, al cabo de los 3 meses le fui sincero de lo que sentía por ella y fue asi que comenzamos una relación.

—Que linda historia.

—Pero no la forma en que murió.

—Disculpe por tocar este tema nuevamente.

—Tranquila, no es que me moleste hablar de eso, solo me hace recordar cómo murió y es aún doloroso.

—Se que no es fácil perder a alguien, pero siempre habrá otras personas que nos demuestran su cariño y muchas veces no lo vemos.

—Isabel me ha ayudado a superar la perdida y me ha demostrado que uno puede llegar a amar.

—Se mirá que es una buena persona.

—Si lo es.

Ese día llegue tarde a casa y Natalie me estuvo de molestar.

—Vienes contenta.

—Solo fue un gran día, me sentí tan relajada.

—Pero quien habrá sido el afortunado de alegrarte el día.

—No es nada de lo piensas, andaba con mí jefe y su hijo.

—Ultimamente siento que el te gusta.

—No digas eso— ella se sonroja.

—Hablas bastante de él, pasas más tiempo con él e inclusive en 2 ocasiones te he escuchado soñar con él.

—No exageres.

Mi relación con el Sr. Ignacio fue cambiando al paso del tiempo, ya llevó trabajando con el los dos años y había más comunicación de hecho habían ciertos gestos que demostraban más que cariño, hasta que una noche me tomo de sorpresa

—Valentina tu dijiste que querías trabajar en la fundación Santos verdad.

—Si, ¿Porque la pregunta?

—En dos semanas tengo que viajar a Orderion y necesito que vengas conmigo, hablaré con Isabel para ver si te puede ayudar a hacer una cita en la fundación.

—En serio haría eso por mi, gracias Sr Ignacio.

Me alegro mucho escuchar eso ya he queria conocer como funcionaba.

Hay algo otra cosa que quisiera hablarte, llevas dos años cuidando de mi tesoro y te has ganado el cariño de mi hijo pero no solamente el de él sino el mío.

Me empiezo a sonrijar

—Sr Ignacio que cosa dice.

—Lo que quiero decir es que me he enamorado de ti en este tiempo y quisiera me dieras una oportunidad de tener una relación más seria contigo.

Me quedo callada, no sabía que decir o hacer en ese momento, en eso se me acerca suavemente y me tomo la mano.

—Desde la muerte de Alessandra pensé que ya no volvería a amar pero llegaste tu y le diste vuelta a mi cabeza, dame una oportunidad y te prometo que trabajaremos juntos ese sueño.

—Sabe yo también siento algo por usted pero me sentía confundida.

—Quiero que pienses en esto pero no quiero una respuesta ahorita, quiero que después de regresar podamos tomar una decisión.

—Está bien.

Esa noche andaba muy distraída hasta Natalie lo observo.

—¿Que te pasa hoy?

—De que.

—Andas muy distraída, te conté algo y no me prestaste atención.

—Estaba pensando en otra cosa.

—¡Dime! ¡Dime!

—El Sr Santos se me declaró.

—¡En serio!¡No lo puedo creer! Y tú ¿Que le dijiste?

—Me pidió que le diera mi respuesta después de un viaje que haremos de su trabajo, yo iré cuidando a Dylan.

—Yo ya se lo que le dirás.

—Estoy confundida aún, siento algo muy especial por él pero no sé si sea amor.

—Dale una oportunidad, es un hombre guapo, se mira que gana bien porque te paga bastante y tiene su casa.

—Sabes que nunca me ha Interesado el dinero y no te puedo negar que el tiene su gracia.

—Ya te dije yo se lo que dirás.

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