Bueno, bueno que antes nuestro Alessandro no era el diablo jajaja No olviden dejar su reseña en el perfil de la novela! Besoooos cariñitos!
AlessandroEl camino hasta la casa lo siento eterno, tuve que excusarme con el abuelo, lo único bueno es que esto me sirve para aplazar la bendita cena.Sin embargo, mi cabeza no deja de dar vueltas a la llamada de Matteo. ¿Qué demonios es lo que pasó? La mocosa estaba bien cuándo me fui. Entonces la rabia se enciende como siempre que pienso en ella y su cara de fingida inocencia. Seguramente hizo un show fingiendo que estar enferma y Rosa y Matteo cayeron en sus mentiras.No puedo creer que una mujer adulta y un hombre de negocios se hayan dejado manipular por una chiquilla de veinte años.Finalmente la entrada a la mansión aparece iluminada enfrente mío y efectivamente noto el auto de Matteo y el del doctor Leonardo parqueados en la entrada, lo que hace que mi humor se oscurezca mucho más.Esa niña no sabe lo mucho que le voy a hacer pagar el m4ldito circo que ha montado. Ahora, más que nunca, odio estar fingiendo no poder caminar, porque quiero correr hasta dentro de la casa y en
ValeriaLo he arruinado. Nadie tiene que decirmelo para ser consciente de ello. Pude ver la rabia brillando en los ojos de Alessandro y ese simple recuerdo me hace temblar. Odio mi condición, la claustrofobia es mi mayor enemiga y cada vez que tengo un ataque, es como si me convirtiera nuevamente en esa niña de 15 años que se quedó encerrada en el auto viendo morir a sus padres.Por eso en estos dos días simplemente no pude soportarlo…Cada día que pasa me sigo preguntando qué fue lo que pude hacer para que este hombre me odie tanto, cómo pude pensar en algún momento que sería mi salvación de las garras de mi tía. Parece que únicamente pasé de un verdugo a otro, pues por miui atractivo que sea este hombre no deja ser cruel.La espera se me hace eterna dentro de la habitación y me siento tentada a salir y tratar de escuchar algo, pero eso podría acarrear un nuevo castigo. Si mi tía supiera lo que hago no dudaría en castigarme… Niego con la cabeza y trato de recordarme que ella ya no
AlessandroLas cosas acaban de dar un giro que sinceramente no esperaba.Para empezar, en mis planes no estaba casarme verdaderamente con la mocosa, pensaba utilizar el contrato que hubo entre nuestros padres que acredita la unión y así tenerla a mi merced cuánto tiempo quisiera.Sin embargo, el testamento en vida de mi abuelo me obliga a modificar mis planes y temo que voy a tener que casarme con la Fiore, al menos hasta que mi abuelo me declare como ganador de la presidencia, ya después veré qué hago con ella, al menos así va a servir para algo.Y aunque tengo todo claro y sé que es exactamente lo que tengo que hacer, soy un hombre al que no le gustan las sorpresas, por eso todo este tema de la condición de salud de la mocosa me tiene enojado.Para empezar no sabía de su m4ldita claustrofobia y para terminar ¿Cómo demonios iba a saber que tenía anemia? Ella es una irresponsable, al menos pudo haber advertido de lo que tenía.Un gruñido sale de mí pues siento que me estoy perdiendo mu
ValeriaUna novia enamorada. Por un instante creo que he escuchado mal, pero solo tengo que ver el rostro serio de Alessandro para saber que no es así.Tengo que tragar en seco y alejar la mirada de esos ojos oscuros y penetrantes que me ponen nerviosa. Antes, cuándo le pregunté por qué me odiaba en verdad no lo entendía, pero luego de lo que me dijo, de la forma en que hablo de nuestros padres y nuestro destino, creo que lo entiendo.Él me odia porque está obligado a casarse conmigo. No soy lo que quería, no soy suficiente. Nunca lo he sido.—Yo… Yo no lo entiendo—digo finalmente y me pongo nerviosa al ver cómo el ceño de Alessandro se frunce al oírme.—¿Qué es lo que no entiendes? Solo tienes que fingir que me quieres, ya nos pondremos de acuerdo con la historia, no podemos ir por ahí diciendo que nos une un contrato.Fingir que lo quiero… Las palabras hacen que un escalofrío me recorra el cuerpo. Nunca antes he tenido un acercamiento con un hombre y ahora significa que debo fingir
AlessandroLa pregunta de la mocosa consigue desestabilizarme y dejarme la cabeza hecha un lío y eso es algo que no me gusta para nada.Nunca, en ninguno de los escenarios, me plantee la alternativa de que ella se acordara de mi, pues no fueron más de cinco veces las ocasiones en las que nos vimos, principalmente cuándo había algún banquete de negocios y a todas estas ella no era más que una niña.Una niña que solía seguirme a todas partes, que me miraba con grandes ojos verdes y soñadores y aseguraba que algún día sería mi esposa.Ahora mismo parece casi irónico mirar al pasado, pues no queda rastro de la niña que ella era ni del muchacho que fui yo.En la actualidad somos dos desconocidos viviendo bajo el mismo techo, ella tratando de sobrevivir y yo haciendo lo posible por destruirla.Dejando salir un gruñido frustrado termino por alejarme de la computadora y frotarme el rostro con desespero.Este día ha sido todo menos productivo.Al morir mi padre heredé su empresa automovilística
ValeriaVeo como la señora Rossa mira con desagrado toda la ropa que hay en la pequeña maleta que traje conmigo cuándo me mudé.No entiendo qué es lo que está buscando exactamente, pero puedo deducir por sus expresiones que no se siente satisfecha con lo que ve.—¿Pasa algo, señora Rosa? ¿Necesita que ayude en algo?—me atrevo a preguntar y la mujer finalmente me mira, antes de darme una sonrisa tan cálida que hace que se me encoja el corazón.—Oh, no niña, tranquila. No es nada que no tenga solución, simplemente pensé que traerías contigo ropa más… elaborada. Debes tener todo preparado para la cena de mañana.Aaaa si, la cena. ¿Cómo olvidarla? Llevo dos días estudiando todo lo que Alessandro me ha dejado en las notas sobre cómo surgió nuestro romance y aunque hay varias cosas que son ciertas, la mayoría son pura ficción.Cómo el hecho de que tuvimos un reencuentro romántico, o que se me declaró en mi restaurante favorito….Pero no pienso desobedecer, así que he aprendido toda la pelíc
AlessandroPor un segundo pienso que he escuchado mal, que debe tratarse de un error, pero entonces nada más tengo que ver el rostro enrojecido y asustado de la mocosa para darme cuenta que no es así y sinceramente no sé qué pensar al respecto.Una parte de mí, esa en la que todo lo referente a la Fiore piensa algo malo, me grita que está mintiendo, pero por alguna razón, en esta ocasión, no estoy tan seguro.—Tienes que estar mintiendo—digo sin poder evitarlo, mientras la veo con el ceño fruncido.Desde la parte de adelante del auto, puedo notar que incluso Lorenzo le da miradas de reojo a la mocosa por el espejo retrovisor, lo cuál no me gusta para nada.—Mirada al frente, Lorenzo, te pago para manejar, no para que nos estrelles.—Lo lamento, señor Rossi.Como toda respuesta solo dejo salir un gruñido antes de volver a poner mis ojos en la mocosa que ahora está incluso mucho más sonrojada que antes.Interesante…—¿Entonces? ¿Te has vuelto muda?La veo negar con la cabeza, antes de em
Valeria Aún puedo escuchar las palabras de Alessandro resonando en mi mente, cargadas de una autoridad casi primitiva: "La futura señora Rossi" Me quedo helada, mirándolo, tratando de entender el significado detrás de esas palabras. ¿Qué significa ser una Rossi? ¿Qué pretende insinuar con eso? —Lo lamento. Yo solo quería explicarle a la dependienta... —empiezo a decir, pero él me interrumpe, su tono cortante. —No importa lo que querías. Una Rossi no se disculpa, ni da explicaciones. —Su voz es firme, casi condescendiente, y la confusión en mi interior se vuelve más densa, casi palpable. No entiendo nada. ¿Por qué dice eso? ¿Por qué me trata como si yo fuera parte de su familia, de su mundo? Entiendo que vamos a casarnos, pero hace unas horas estaba claro cuánto odiaba la simple idea de mirarme y ahora esto… No sé que pensar. No se si es parte de la actuación que hemos planeado o es real. —Pero... yo no soy... —intento de nuevo, pero Alessandro me corta con un simple gesto de su