Segundo del día, cariñitos!!
AlessandroLa pregunta de la mocosa consigue desestabilizarme y dejarme la cabeza hecha un lío y eso es algo que no me gusta para nada.Nunca, en ninguno de los escenarios, me plantee la alternativa de que ella se acordara de mi, pues no fueron más de cinco veces las ocasiones en las que nos vimos, principalmente cuándo había algún banquete de negocios y a todas estas ella no era más que una niña.Una niña que solía seguirme a todas partes, que me miraba con grandes ojos verdes y soñadores y aseguraba que algún día sería mi esposa.Ahora mismo parece casi irónico mirar al pasado, pues no queda rastro de la niña que ella era ni del muchacho que fui yo.En la actualidad somos dos desconocidos viviendo bajo el mismo techo, ella tratando de sobrevivir y yo haciendo lo posible por destruirla.Dejando salir un gruñido frustrado termino por alejarme de la computadora y frotarme el rostro con desespero.Este día ha sido todo menos productivo.Al morir mi padre heredé su empresa automovilística
ValeriaVeo como la señora Rossa mira con desagrado toda la ropa que hay en la pequeña maleta que traje conmigo cuándo me mudé.No entiendo qué es lo que está buscando exactamente, pero puedo deducir por sus expresiones que no se siente satisfecha con lo que ve.—¿Pasa algo, señora Rosa? ¿Necesita que ayude en algo?—me atrevo a preguntar y la mujer finalmente me mira, antes de darme una sonrisa tan cálida que hace que se me encoja el corazón.—Oh, no niña, tranquila. No es nada que no tenga solución, simplemente pensé que traerías contigo ropa más… elaborada. Debes tener todo preparado para la cena de mañana.Aaaa si, la cena. ¿Cómo olvidarla? Llevo dos días estudiando todo lo que Alessandro me ha dejado en las notas sobre cómo surgió nuestro romance y aunque hay varias cosas que son ciertas, la mayoría son pura ficción.Cómo el hecho de que tuvimos un reencuentro romántico, o que se me declaró en mi restaurante favorito….Pero no pienso desobedecer, así que he aprendido toda la pelíc
AlessandroPor un segundo pienso que he escuchado mal, que debe tratarse de un error, pero entonces nada más tengo que ver el rostro enrojecido y asustado de la mocosa para darme cuenta que no es así y sinceramente no sé qué pensar al respecto.Una parte de mí, esa en la que todo lo referente a la Fiore piensa algo malo, me grita que está mintiendo, pero por alguna razón, en esta ocasión, no estoy tan seguro.—Tienes que estar mintiendo—digo sin poder evitarlo, mientras la veo con el ceño fruncido.Desde la parte de adelante del auto, puedo notar que incluso Lorenzo le da miradas de reojo a la mocosa por el espejo retrovisor, lo cuál no me gusta para nada.—Mirada al frente, Lorenzo, te pago para manejar, no para que nos estrelles.—Lo lamento, señor Rossi.Como toda respuesta solo dejo salir un gruñido antes de volver a poner mis ojos en la mocosa que ahora está incluso mucho más sonrojada que antes.Interesante…—¿Entonces? ¿Te has vuelto muda?La veo negar con la cabeza, antes de em
Valeria Aún puedo escuchar las palabras de Alessandro resonando en mi mente, cargadas de una autoridad casi primitiva: "La futura señora Rossi" Me quedo helada, mirándolo, tratando de entender el significado detrás de esas palabras. ¿Qué significa ser una Rossi? ¿Qué pretende insinuar con eso? —Lo lamento. Yo solo quería explicarle a la dependienta... —empiezo a decir, pero él me interrumpe, su tono cortante. —No importa lo que querías. Una Rossi no se disculpa, ni da explicaciones. —Su voz es firme, casi condescendiente, y la confusión en mi interior se vuelve más densa, casi palpable. No entiendo nada. ¿Por qué dice eso? ¿Por qué me trata como si yo fuera parte de su familia, de su mundo? Entiendo que vamos a casarnos, pero hace unas horas estaba claro cuánto odiaba la simple idea de mirarme y ahora esto… No sé que pensar. No se si es parte de la actuación que hemos planeado o es real. —Pero... yo no soy... —intento de nuevo, pero Alessandro me corta con un simple gesto de su
AlessandroMuchas cosas han pasado en muy poco tiempo.Para empezar nunca pensé que disfrutaría de ver a la mocosa desfilando modelitos para mi y mucho menos que fuera a verse tan condenadamente atractiva con ropa decente.Lo que me hace preguntar cómo se vería llevando mucha menos ropa y entonces el pensamiento me molesta porque ni debería estar imaginando nada.Pero ess que ¿En dónde tenía oculto ese cuerpo? Y realmente estaba disfrutando de ponerla incomoda con cada uno de los vestidos, cada vez más atrevidos que le hacía probar, o así era hasta que el hijo de put4 de Estefan, mi ex socio y amigo que se se robó el diseño de tres de mis últimos autos que estaba por lanzar y luego desapareció para revivir como el nuevo socio de la competencia, apareció coqueteandole.Hace tres años que no lo veía y entonces aparece en una tienda de ropa femenina e intenta acercarse justo con la mocosa.De estúpido no tengo nada y estoy totalmemte seguro que esto no ha sido una coincidencia y tal vez f
ValeriaFinalmente el día de la cena ha llegado y tengo los nervios de punta. Rosa ha entrado a la habitación para ayudarme a vestirme y, en palabras de Alessandro, verme lo más presentable posible.Desde el momento de nuestro beso en la tienda prácticamente no hemos vuelto a hablar y no se si eso me tranquiliza o me molesta. De hecho todo lo que tiene que ver con Alessandro es realmente confuso.Sin embargo, hay algo que no he podido sacarme de la cabeza por más que he querido y sé que no voy a estar tranquila hasta que pregunte.—Rosa—digo y la mujer de inmediato levanta la vista del vestido que está tendiendo en la cama.—Dime, niña.—Yo… ¿Tú en realidad crees que Alessandro pueda cambiar su forma de tratarme?—mi pregunta hace que la mujer abra mucho más los ojos y me mire con renovado interés.—Te lo dije, Valeria, Yo pienso que tú eres justo lo que mi niño necesitaba, pero no te voy a mentir, no va a ser un cambio rápido y el camino puede ser pedregoso. ¿Hay alguna razón por la qu
Alessandro La mocosa se ve despampanante. En la tienda de ropa me di cuenta que era mucho más atractiva de lo que sus trapos dejaban ver, pero esto, verla arreglada del todo, debo aceptar que me dejó bastante sorprendido. Ahora en el auto, por unos segundos simplemente puedo mirarla, pues es la primera vez que la escucho hablar libremente sin parecer aterrada o intimidada. Incluso puedo decir que tenía una pequeña sonrisa en sus labios, la primera que le veo desde que la he traído a vivir conmigo. — Hemos llegado, señor— la voz de Lorenzo hace que mis ojos vayan a la mansión familiar y regresen a la mocosa que ya parece nuevamente un cervatillo asustado. — No puedes entrar ahi viendote asustada— le digo y mi voz sale más dura de lo que pretendo, pero joder que la mocosa me desespera— No te estoy llevando a la guerra es una cena. — Lo sé— me contesta, pero el hecho de que retuerza sus manos mientras lo dice le quita credibilidad— Es solo que no quiero arruinarlo, siempre arruino
ValeriaLo conozco. Eso es lo primero que pienso cuándo veo al tio de Alessandro. Su voz la he escuchado muchas veces antes en la casa de mí tía, Era su amante, aunque solamente nos vimos una vez y el hombre me dio demasiado miedo.Su mirada, la forma en que me sonreía, fue aterrador. Pero ¿Es una casualidad que sea el tío de Alessandro? Sinceramente no tengo idea de qué pensar y estoy asustada.Si este hombre le cuenta a mi tía que estuve aquí…. Siento que alguien sostiene mi mano y mi primera reacción es tensarse por completo, pero al girar me encuentro con la mirada fría y oscura de Alessandro.—¿Estás bien?—me pregunta y yo simplemente asiento, no confía en mi voz para hablar—Muy bien, entonces explicame como es eso de gruñón, la idea es que crean que nos queremos—agrega en un susurro bajo y enojado.Tengo que tragar en seco para ocultar mi nerviosismo, lo último que quiero es hacerlo enojar necesito que esto salga bien.—Di-Dijiste que ellos sabían que eras amargado, pensé que al