Hola, hola cariñitos!! aquí les dejo el primer capítulo del día. ¿Qué creen que se trae el tío Ramón? Besoooos
Alessandro Las palabras del abuelo hacen que de inmediato lleve mis ojos hacia él, aún cuándo la actitud de la mocosa me tiene desconcertado. Parece temerosa y asustada y tengo el presentimiento de que algo se me está escapando, sin embargo tendré que resolverlo después, porque ahora debo resolver la locura del abuelo. —Eso no será necesario, abuelo. Lorenzo nos está esperando para llevarnos a casa. El abuelo me da una de esas miradas de superioridad que hacen que de inmediato frunza el ceño, en especial cuándo dice: —De hecho Lorenzo ya se fue. Lo he despechado. —¿Has despachado a mi empleado?—pregunto con los dientes apretados y siento como la mocosa se remueve a mi lado nerviosa. —Sigo siendo la cabecilla de esta familia y al parecer tu chofer lo sabe. Ahora deja de quejarte, no nos dañes la noche, ya he arreglado todo. Sé que no voy a poder ganar esta batalla, pero me jode el simple hecho de saber que voy a tener que compartir habitación con la mocosa, porque ni de coña el
Cap 22 Protección Valeria “Siempre hay una primera vez” Las palabras se repiten en mi mente y siento como mi boca se abre y se cierra sin que nada salga de ella. Debo admitir que al principio solo dije lo de dormir con un hombre como una excusa, pues no quiero admitir que en realidad estoy aterrada del tío de Alessandro. Eso solo me traería problemas, y aunque una vocecita me grita que le cuente, ¿Quién puede asegurarme que él hará algo por mi? Sin embargo, ahora que he tocado el tema, me doy cuenta que efectivamente voy a pasar mi primera noche con un… con un hombre y los nervios los siento a flor de piel. —N-No trajimos ropa para dormir—es lo único que atino a decir y podría jurar que Alessandro está conteniendo la risa. —El abuelo dijo que se había encargado, yo iré a cambiarme al baño un momento mientras te cambias. Antes de que pueda siquiera procesar lo que acaba de decirme lo veo mover la silla hacia el baño y es solo cuándo la puerta se cierra que reacciono y corro haci
AlessandroMuchas cosas han pasado en la última hora, para empezar, ver a la mocosa llevando solo una camisa de hombre. Mi camisa, ha despertado un interés primitivo en mí. No voy a decir que tenga algún enamoramiento fugaz o alguna tontería de esas, porque no es así. Se trata más bien de saberla mía.Pues para bien o para mal Valeria Fiore es mía y aunque no la quiera, no puedo negar que es una belleza y que muy a mi pesar no ha sido la chica malcriada que me esperaba.Sin embargo, cuándo me dijo que quería pedirme algo luego de casados, pensé que finalmente sacaría las garras, pero en su lugar ha dicho algo que me ha dejado totalmente paralizado.Protección, la mocosa pide protección y habla de no entregarla a otros para que la lastimen… Nada en esto está bien. Joder, ni siquiera yo haría algo como eso.—Nadie va a lastimarte, mocosa—le digo e increíblemente ella parece relajarse al escucharme—Ahora duérmete, mañana nos levantaremos a primera hora.Al poco tiempo escucho como su res
AlessandroSalir de la casa del abuelo con una mujer inconsciente es algo que no pensé que haría nunca. Por suerte nadie estaba despierto para el momento de la huida, ahora mientras Lorenzo la toma de mi regazo y entramos al hospital estoy empezando a preguntarme que tan fuerte fue el golpe, pues sigue sin despertar.—¡Necesito al doctor Leonardo Ricci, AHORA!—Grito, nada más entrar en la sala de urgencias.Veo como varios rostros se giran en mi dirección y como la mayoría de estos me reconocen de inmediato y alejan la mirada.Entonces veo a Leonardo salir de un ascensor y noto como su rostro se descompone entre el horror y la rabia cuándo ve a la chica sangrando e inconsciente y luego a mi. Ya puedo imaginarme lo que debe estar pasando por su mente.—Alessandro ¿Qué demonios ha pasado? Esa es…—Si y no es lo qué estás pensando—lo corto de inmediato y veo al doctor apretar los labios al escucharme.—Puedes explicarme entonces qué demonios es, porque esto luego de lo que ya había visto
ValeriaMe duele la cabeza. Eso es lo primero que pienso cuándo intento abrir los ojos, pero una punzada dolorosa me atraviesa y me hace volver a cerrarlos e intentar respirar profundo para calmarme, es ahí cuando escucho el pitido.Bep… bep… bep…Eso consigue que mi respiración se acelere y sin importarme el dolor, mis ojos se abran de inmediato solo para darme cuenta que mi pesadilla se ha hecho realidad.Estoy en un hospital…Las paredes blancas me dan la bienvenida, al igual que el suero que tengo en puesto en mi mano y entonces los recuerdos empiezan a llegar uno a uno a mi mente, todos acompañados del rostro enojado de mi tía.Me irá peor. Si dejo que alguien vea lo que ella me hace.. Entonces será peor para mi, dijo que daría otros… Ella…La puerta de la habitación se abre y de inmediato me pego al cabecero lo más que puedo. Las lágrimas ya están amenazando con salir de mis ojos así que me los tapo porque ella odia verme llorar.—Lo lamento, les pedí que no me trajeran, lo juro.
AlessandroEsperar a que la mocosa se despierte es un martirio total, en especial porque quiero respuestas.Necesito saber quién demonios le ha hecho esas marcas en sus espalda. Es que solo recordarlo, hace que me hierva la sangre y no es porque tenga algún tipo de sentimiento hacia la niña, sino porque ni siquiera yo haría algo como eso.—¿Crees que haya sido la tía?—la pregunta de Matteo me hace girarme en su dirección y de inmediato mi quijada se aprieta.—Estoy casi segura de que ha sido ella—le digo, antes de agregar—Antes, cuándo le he dicho que llamaría a su tía para que la ayudara a organizar la boda, por poco le ha dado un infarto.Puedo notar como a Matteo, la situación de Valeria, lo tiene en su momento más enojado y no sé porque eso me tiene a mi de un humor negro. Es que siendo objetivos, mi amigo desde el inicio pareció querer convertirse en el defensor número uno de la mocosa.—¿Qué piensas hacer al respecto?—su pregunta hace que regrese al presente y aunque quisiera,
ValeriaEl cuerpo no me deja de temblar.No sé cuántas veces me han puesto calmantes o cuántos días llevo en el hospital, pero la próxima vez que abro los ojos me sorprendo al darme cuenta que estoy en mi habitación de la mansión y no solo eso, sino que enfrente mío, sentado en su silla de ruedas se encuentra Alessandro.Los ojos fríos y oscuros de Alessandro están fijos en mí y por un segundo, al darse cuenta que he despertado me parece ver que algo en su mirada se suaviza, pero de inmediato las palabras de mi tía regresan a mi mente.Es un asesino. El asesino de mis padres. Me odia. Me va a lastimar.Sin poder evitarlo me encojo en mi lugar y me pego lo más que puedo al cabecero de la cama, consiguiendo que él apriete la quijada con fuerza, como si mi actuar lo molestara.—¿Qu-Qué estás haciendo aquí? ¿Cuándo…—Te he traído hoy en la mañana, el médico te dio el alta. Mo habías despertado hasta ahora.Siento la garganta seca y entonces veo el vaso de agua en la mesita al lado de mi ca
AlessandroUn desastre, en eso se ha convertido los dos últimos días, pues si antes la mocosa parecía tenerme miedo, ahora simplemente se ha convertido en un fantasma dentro de la casa y está empezando a hartarme.El sonido metálico de la cucharilla golpeando el borde de la taza de café resuena en la silenciosa cocina, un sonido que normalmente no me molestaría, pero hoy me irrita hasta el punto de querer lanzar la taza contra la pared. La observo desde la entrada, el ceño fruncido, mientras ella revuelve el café de manera casi obsesiva, como si intentara evitar algo. O a alguien.La rabia crece en mi pecho, lenta pero imparable. Valeria ha estado rara últimamente, más retraída, esquiva... y eso me molesta más de lo que debería. Siempre he tenido el control sobre esta situación, sobre ella, pero ahora, cada vez que intento acercarme, se aleja. Mis ojos se estrechan mientras la observo mover la cucharilla una y otra vez, su mirada fija en el líquido oscuro, como si estuviera perdida e