Hola, hola, cariñitos!! aquí les dejo el primer capítulo del día, espero que lo disfruten y esten muy atentas porque viene de una el segundo! Besooos
AlessandroSalir de la casa del abuelo con una mujer inconsciente es algo que no pensé que haría nunca. Por suerte nadie estaba despierto para el momento de la huida, ahora mientras Lorenzo la toma de mi regazo y entramos al hospital estoy empezando a preguntarme que tan fuerte fue el golpe, pues sigue sin despertar.—¡Necesito al doctor Leonardo Ricci, AHORA!—Grito, nada más entrar en la sala de urgencias.Veo como varios rostros se giran en mi dirección y como la mayoría de estos me reconocen de inmediato y alejan la mirada.Entonces veo a Leonardo salir de un ascensor y noto como su rostro se descompone entre el horror y la rabia cuándo ve a la chica sangrando e inconsciente y luego a mi. Ya puedo imaginarme lo que debe estar pasando por su mente.—Alessandro ¿Qué demonios ha pasado? Esa es…—Si y no es lo qué estás pensando—lo corto de inmediato y veo al doctor apretar los labios al escucharme.—Puedes explicarme entonces qué demonios es, porque esto luego de lo que ya había visto
ValeriaMe duele la cabeza. Eso es lo primero que pienso cuándo intento abrir los ojos, pero una punzada dolorosa me atraviesa y me hace volver a cerrarlos e intentar respirar profundo para calmarme, es ahí cuando escucho el pitido.Bep… bep… bep…Eso consigue que mi respiración se acelere y sin importarme el dolor, mis ojos se abran de inmediato solo para darme cuenta que mi pesadilla se ha hecho realidad.Estoy en un hospital…Las paredes blancas me dan la bienvenida, al igual que el suero que tengo en puesto en mi mano y entonces los recuerdos empiezan a llegar uno a uno a mi mente, todos acompañados del rostro enojado de mi tía.Me irá peor. Si dejo que alguien vea lo que ella me hace.. Entonces será peor para mi, dijo que daría otros… Ella…La puerta de la habitación se abre y de inmediato me pego al cabecero lo más que puedo. Las lágrimas ya están amenazando con salir de mis ojos así que me los tapo porque ella odia verme llorar.—Lo lamento, les pedí que no me trajeran, lo juro.
AlessandroEsperar a que la mocosa se despierte es un martirio total, en especial porque quiero respuestas.Necesito saber quién demonios le ha hecho esas marcas en sus espalda. Es que solo recordarlo, hace que me hierva la sangre y no es porque tenga algún tipo de sentimiento hacia la niña, sino porque ni siquiera yo haría algo como eso.—¿Crees que haya sido la tía?—la pregunta de Matteo me hace girarme en su dirección y de inmediato mi quijada se aprieta.—Estoy casi segura de que ha sido ella—le digo, antes de agregar—Antes, cuándo le he dicho que llamaría a su tía para que la ayudara a organizar la boda, por poco le ha dado un infarto.Puedo notar como a Matteo, la situación de Valeria, lo tiene en su momento más enojado y no sé porque eso me tiene a mi de un humor negro. Es que siendo objetivos, mi amigo desde el inicio pareció querer convertirse en el defensor número uno de la mocosa.—¿Qué piensas hacer al respecto?—su pregunta hace que regrese al presente y aunque quisiera,
ValeriaEl cuerpo no me deja de temblar.No sé cuántas veces me han puesto calmantes o cuántos días llevo en el hospital, pero la próxima vez que abro los ojos me sorprendo al darme cuenta que estoy en mi habitación de la mansión y no solo eso, sino que enfrente mío, sentado en su silla de ruedas se encuentra Alessandro.Los ojos fríos y oscuros de Alessandro están fijos en mí y por un segundo, al darse cuenta que he despertado me parece ver que algo en su mirada se suaviza, pero de inmediato las palabras de mi tía regresan a mi mente.Es un asesino. El asesino de mis padres. Me odia. Me va a lastimar.Sin poder evitarlo me encojo en mi lugar y me pego lo más que puedo al cabecero de la cama, consiguiendo que él apriete la quijada con fuerza, como si mi actuar lo molestara.—¿Qu-Qué estás haciendo aquí? ¿Cuándo…—Te he traído hoy en la mañana, el médico te dio el alta. Mo habías despertado hasta ahora.Siento la garganta seca y entonces veo el vaso de agua en la mesita al lado de mi ca
AlessandroUn desastre, en eso se ha convertido los dos últimos días, pues si antes la mocosa parecía tenerme miedo, ahora simplemente se ha convertido en un fantasma dentro de la casa y está empezando a hartarme.El sonido metálico de la cucharilla golpeando el borde de la taza de café resuena en la silenciosa cocina, un sonido que normalmente no me molestaría, pero hoy me irrita hasta el punto de querer lanzar la taza contra la pared. La observo desde la entrada, el ceño fruncido, mientras ella revuelve el café de manera casi obsesiva, como si intentara evitar algo. O a alguien.La rabia crece en mi pecho, lenta pero imparable. Valeria ha estado rara últimamente, más retraída, esquiva... y eso me molesta más de lo que debería. Siempre he tenido el control sobre esta situación, sobre ella, pero ahora, cada vez que intento acercarme, se aleja. Mis ojos se estrechan mientras la observo mover la cucharilla una y otra vez, su mirada fija en el líquido oscuro, como si estuviera perdida e
ValeriaEntrar en la oficina de Alessandro es algo que me aterra, en especial luego de aquella vez en que me encontró aquí y se puso furioso.Sin embargo, con mi tía presionando para que busque contratos e información de la empresa de Alessandro y le envíe fotos , me he visto obligada a entrar nuevamente.La tía Emilia está convencida de que encontrará algo para destruirlo, pero quiere que le mande fotografías de todo lo que vea, pero yo… no me siento bien haciendo eso, en especial luego de cómo han estado las cosas. Y es que la situación con Alessandro se volvió mucho peor de lo que ya era.Si antes me dejaba listas de tareas interminables, luego estaba pendiente de que comiera y tomara los remedios, aún cuándo era tosco y amargado, ahora es cómo si simplemente no existiera.Hace unos días lo sentí hablarme en la madrugada y escuché que me decía que no me lastimaría, y aunque al levantarme estaba sola, puedo jurar que su aroma estaba en la habitación, aún así él después de ese día n
AlessandroCuándo uno cree que el mal genio no puede ser peor la vida siempre se encarga de demostrar que estamos equivocados.Los últimos días ni yo mismo me he aguantado y he tratado de pasar el menor tiempo posible en la casa para no tener que verle la cara a la mocosa y de mi abuelo mejor ni hablar, pues ha querido ir a visitarme desde la cena y ya no sé ni qué más excusa poner.Sin embargo, lo único que me impedía explotar era pensar que llegaría la m4ldita investigación con todo lo referente a la Fiore y su tía, pero al parecer hay más mierd4 de la que creía y el investigador se ha demorado.Justamente por eso ahora me encuentro explotando contra cualquiera que cometa el más mínimo error en la empresa y estoy precisamente en esas, cuándo la puerta de la oficina se abre de improviso haciendo que me prepare para insultar al que sea, pero solo tengo que ver la cara de seriedad de Matteo para saber que algo debe haber pasado.—Realmente espero que esa cara no se debe a más problemas,
ValeriaEl sol de la tarde cae suavemente sobre mi cabello, iluminando el jardín en el que estoy jugando. Siento la calidez en mi piel mientras corro entre las flores, riendo, olvidando por un momento que hay adultos hablando cerca. Mi vestido de encaje blanco se mueve con el viento, y la risa de mis padres se mezcla con la brisa. Gira alrededor de mí, como un abrazo que no quiero soltar.De repente, lo veo. Un muchacho de cabello oscuro y ojos brillantes, de unos trece años, se acerca con una sonrisa que hace que mi corazón palpite de emoción. Lo reconozco al instante, y sin pensarlo, corro hacia él, sintiendo la felicidad burbujeando en mi interior.—¡Hola, principessa Fiore! —dice, su voz es suave y cálida—. ¿Me extrañaste?—¡Claro que sí! —respondo, lanzándome a sus brazos, sintiéndome segura y feliz—. No olvides que yo seré la Reina Rossi algún día, aunque no lo aceptes, estoy segura de que vamos a casarnos.Nuestras risas se mezclan con las de los adultos, y cuando giro la cabez