Valeria cerró los ojos, sintiendo una punzada de frustración y miedo en el pecho. Sabía que las cosas se descontrolarían, pero no esperaba que fuera tan rápido. Apenas habían cruzado la línea y ya todos hablaban de ellos como si fuera un hecho consumado.Tomó el móvil y comenzó a teclear, sus dedos dudando sobre qué responder."No es lo que parece."Pero en el fondo, Valeria sabía que la verdad era mucho más compleja que esa simple frase. Guardó el teléfono y decidió que necesitaba enfrentar las cosas con su cabeza en alto. No podía permitir que los chismes la dominaran ni que la convirtieran en la presa fácil que todos esperaban. Era más fuerte que eso.Unos golpes suaves en la puerta la sacaron de sus pensamientos. Esta vez, no era Daniel.―Valeria, ¿tienes un momento? ―preguntó Natalia, entrando sin esperar invitación. Su mirada era seria, pero no había juicio en ella, solo preocupación.―Claro, pasa ―Valeria intentó sonreír, pero no lo logró del todo.Natalia se sentó frente a ell
―Queremos hablar sobre lo que ha estado ocurriendo en la empresa, en particular sobre los rumores que han surgido respecto a nuestra relación ―dijo Daniel, mirando a todos a su alrededor. Su voz resonó en la sala, y Valeria sintió que la tensión aumentaba.Valeria tomó aire, lista para unirse a la conversación.―Lo que hay entre nosotros no es solo un rumor. Hay una conexión real que no podemos ignorar. ―Miró a sus colegas, y algunos parecieron sorprendidos, mientras otros asentían, como si ya lo supieran―. Y no estamos aquí para pedir disculpas por ello. Lo que queremos es ser transparentes, no solo con ustedes, sino también con nosotros mismos.El murmuro de las sillas crujió en la sala, y Valeria sintió que su corazón latía con fuerza. Sabía que el momento estaba cargado de consecuencias, pero era el momento adecuado para dar este paso.―No queremos que esto afecte nuestro trabajo o el ambiente de la empresa. Nuestra prioridad siempre será el bienestar del equipo y el éxito de la e
—Lo se —dijo Tyler.Las miradas se iluminaron de sorpresa, y luego comenzaron a murmurar entre ellos. Sin embargo, en lugar del juicio que esperaba, se sintió una oleada de apoyo.―Eso es genial, Valeria. Nos encanta ver a alguien tan apasionado —dijo finalmente la colega que estaba cerca de Valeria.Valeria sonrió, agradecida por el respaldo. Se sentía en control de su narrativa intensa, y eso le daba más confianza.Al regresar a la mesa, se encontró con Daniel, quien la observaba con una sonrisa que iluminaba su rostro.― ¿Todo bien? ―preguntó, levantando su taza de café como si estuviera celebrando un pequeño triunfo.―Todo increíble. La gente es más receptiva de lo que pensé ―respondió Valeria, sintiéndose más ligera.A medida que continuaban con el almuerzo, Valeria sintió que su conexión con Daniel se profundizaba. No solo estaban enfrentando rumores, sino que estaban creando un espacio donde el respeto y la comunicación eran fundamentales. La tensión de días anteriores parecía
―Solo quería que supieras que tienes opciones. No olvides lo que te dije.Valeria observó cómo salía de la oficina, su presencia dejando un rastro de incomodidad. Se quedó en silencio por unos segundos, antes de tomar su teléfono y marcar un número.―Daniel, necesito hablar contigo. Ahora.Daniel llegó a su oficina minutos después, su expresión de preocupación palpable. Cerró la puerta detrás de él, sin quitarle los ojos de encima a Valeria.― ¿Qué pasó? ―preguntó, acercándose a ella.Valeria suspiró, frotándose la sien. Sabía que esta conversación era inevitable, pero no esperaba que fuera tan pronto.―Sebastián estuvo aquí. Intentó… seducirme con la idea de traicionarte. Quería información confidencial.Los ojos de Daniel se endurecieron, y Valeria pudo ver la ira que bullía bajo su exterior calmado.―¿Y qué le dijiste?―Que no lo haría. Que no traiciono a las personas en quienes confío.Daniel la miró por un largo momento, antes de acercarse y tomar sus manos entre las suyas.―Sabí
Dos días después, el sol brillaba con fuerza en un cielo despejado, prometiendo un día perfecto. Daniel estaba en la joyería, contemplando el hermoso anillo de diamantes que había elegido con tanto cuidado. El joyero le sonrió, envuelto en un aire de complicidad.―Es un gran anillo ―dijo el joyero, mientras envolvía la joya en una elegante caja de terciopelo negro―. Estoy seguro de que le encantará.Daniel sonrió, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que este anillo no solo era un símbolo de su amor, sino también una promesa de su futuro juntos, en señal de pertencencia a ella. Se imaginaba el momento en que Valeria vería la joya, su reacción, y cómo se sentiría al volver a pedirle que fuera su esposa.Esa tarde, todo estaba listo para la sorpresa. Había organizado un almuerzo en un elegante crucero que navegaba por la costa. La vista del océano era impresionante, y la brisa marina llenaba el ambiente de una sensación de romance.Valeria llegó al puerto, un poco nerviosa pero emocion
Valeria sintió un alivio en su pecho. Había tenido miedo de que su relación se viera afectada por el estrés del trabajo, pero la pasión y la sinceridad de Daniel la tranquilizaban.―Te amo, Daniel ―dijo ella, su voz suave pero firme.Él se inclinó y le dio un beso profundo y significativo. En ese instante, el mundo exterior dejó de existir; solo quedaban ellos dos, rodeados por el murmullo del mar y el brillo de las estrellas.De repente, Daniel se separó y sonrió con picardía.―Hablando de obstáculos, tengo un plan para celebrar nuestro compromiso.Valeria lo miró con curiosidad.―¿Qué tipo de plan?Él sacó un pequeño papel de su bolsillo.―He reservado un viaje sorpresa para nosotros. Un fin de semana en una isla privada. ¿Qué te parece?Los ojos de Valeria se iluminaron.―¡Eso suena increíble! ¿Cuándo vamos?―Mañana. Quiero que desconectemos de todo y solo nos centremos en nosotros.Valeria se sintió abrumada por la emoción.―¿En serio? Daniel, esto es perfecto.Él asintió, sonrien
Daniel se inclinó hacia ella, tomando su mano en la suya.―Quiero que compartamos nuestros sueños. Lo que esperamos del futuro, lo que queremos construir juntos.Valeria sintió un nudo de emoción en su estómago.―Me encantaría, pero… ¿y si nuestros sueños no coinciden?Daniel sonrió, con confianza.―No hay forma de que no lo hagan. Te conozco lo suficiente para saber que nuestros corazones laten al mismo ritmo.Ella se sintió reconfortada por sus palabras.―Está bien. Te prometo ser sincera.Daniel se acomodó un poco más cerca, y ambos comenzaron a compartir sus visiones del futuro: Valeria habló de su deseo de abrir su propia empresa de diseño, mientras que Daniel compartió su ambición de expandir su negocio y hacerlo más sostenible.Mientras conversaban, Valeria se dio cuenta de que cada palabra que salía de sus labios solo fortalecía su conexión. Era como si cada sueño y deseo que compartían los uniera aún más, creando una base sólida para su futuro juntos.De repente, el sonido de
Las dos amigas continuaron conversando, riendo y soñando sobre la boda, el futuro y la vida que les esperaba. Valeria sentía que cada momento era un regalo, lleno de alegría y amor.Una vez que terminaron de comer, Valeria sintió otra oleada de antojos.―Hmm, creo que podría tener ganas de un helado también.Natalia levantó una ceja, sonriendo.―Vaya, parece que este antojo no se detiene.Ambas se pusieron de pie, dispuestas a buscar una heladería cercana. Mientras caminaban, Valeria sintió que el mundo a su alrededor se iluminaba. Era como si cada paso que daban las acercara más a sus sueños.Al llegar a la heladería, Valeria pidió un cono de helado de vainilla con chispas de chocolate. Mientras disfrutaban de su postre, una idea le cruzó la mente.―Nat, ¿y si hacemos una lista de invitados juntas? Podría ser divertido.Natalia se iluminó ante la idea.―¡Sí! Vamos a anotar a todos los que quieres invitar y a quiénes deberíamos dejar fuera.Rieron mientras hacían la lista, compartiend