Nohelia, caminó de un lugar a otro, ya habían pasado dos días y Sergio no aparecía ni para ver a Arielle, no se comunicó ni mucho menos avisó del viaje que realizaría a la casa de campo.Nohelia marcó el número de Marisa quien de inmediato respondió.—Marisa, ¿Dónde está Sergio? Hace dos días que no se nada de él, quedó de pasar por nosotras y no llega, y no responde las llamadas ni Mensajes.—No lo se hija, a mi no me responde, estoy muy preocupada. —respondió Marisa.Nohelia vistió su gabardina tomó su cartera y bajó las escaleras.—Madre, saldré un momento, por favor mira a Alex.—¿Adónde vas hija? Ten cuidado por favor. —Lo tendré madre. —respondió Nohelia saliendo de la mansión Shevchenko para ir en busca de Sergio.Manejó hasta llegar a la residencia donde ellos compartieron momentos inolvidables.Llegó al estacionamiento, bajó del auto y se adentró en la sala, miró todo detenidamente, todo estaba como lo había dejado meses atrás, caminó despacio y siguió, subió las escaleras y
Noah habló por mucho rato con Tulio, era su hermano, su confidente, su hombre de confianza y su jefe de seguridad.—Hermano, como saber si Nikolay Shevchenko se entera de que tenemos a su amorcito.—Ya se enterará, le envié mensaje al viejo Shevchenko de que tiene que cumplir con el compromiso pactado, el que Nikolay halla dejado plantada a mi hija en el altar es una ofensa que la pagará muy caro si no se retracta. —dijo Noah cuando unos gritos llamaron su atención.—¡suelta me! ¡Déjame hablar con ese supuesto gran jefe que se escuda detrás de sus hombres y no le da la cara a una mujer. —gritaba Nohelia después de golpear al guardia y escaparse para ir en busca de sus hijos.—¿Quién carajos dejó salir a esa loca? ¿¡Acaso son unos inútiles que se dejan vencer de una mujer!? —aseveró Noah muy molesto y poniéndose de pie para salir al encuentro de la escandalosa mujer.Tomó el pomo de la puerta y esta de una sola, fue abierta golpeando el rostro de Noah y haciendo sangrar su nariz.— ¡
Tres días habían pasado, Noah había dado órdenes de investigar nuevas noticias de Nikolay.—Aún no sabemos del paradero del Shevchenko señor.Noah sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo, luego estrelló el vaso en la pared.—¡Joder! ¿Acaso se lo tragó la tierra? Quiero que lo busquen hasta por debajo de las piedras, lo encuentren y me lo traigan. —Noah dio las órdenes muy molesto, y fue cuando escuchó los gritos de Rosellia.—¡Hey! ¡Ayuda! por favor ¡quiero ver a mi hija! ¡Ayuda! por favor ¡quiero ver a mi hija!. —repitió una y otra vez, y fueron esos gritos que llamaron la atención de Noah quien a pasos acelerados y muy molesto salió de su habitación y fue a la de Rosellia.Rosellia estaba en la sella de ruedas, de espaldas a la puerta de la salida de la terraza cuando escuchó esa voz que vivía en sus recuerdos y muy dentro de su corazón.—¿¡Que carajos crees que haces mujer? Quieres calmarte o te hago silenciar. —habló despectivamente yRosellia sintió estremecer su cuerpo,
Los días pasaban, Sergio seguía bajo el efecto de la droga que le hacían percibir sin que se diera cuenta. —Cariño, mira este catálogo de vestido de diseñadores, lo pediré para salir esta noche.—No sé nada de esas cosas Diana, es cosa tuya, vamos necesito salir de este encierro. —respondió Sergio sintiendo malestar por los efectos que cada día Diana le administraba haciendo que lo perciba a través de un objeto, como la revista que había rechazado en ese momento.Caminó de un lugar a otro, fue al baño y bajo la lluvia artificial se dejó rodar hasta el suelo. A su mente llegaban fragmentos de momentos compartidos.—Nohelia, Nohelia. —pronunció en un susurro y fue en ese momento que en efecto pasó un poco más.Sergio salió como impulsado por un resorte de ese baño, buscó su teléfono por todos lados hasta encontrarlo, lo miró y vio cientos de llamadas de sus padres. —¡Diana! ¿Por qué carajos mi teléfono estaba apagado? —preguntó o más bien gritó furioso.—¿No se de que me hablas? No se
Rosellia luego de compartir tiempo con Nohelia y sus nietos, le dio tiempo a su hija de disfrutar de ellos a solas, salió junto a Mirta para ir a su habitación, Mirta la ayudó en todo aún no podía valerse por sí sola.—Rosellia, me da mucho gusto que por fin tu hija esté con sus hijos, lograste lo que otras personas jamás pudieron hacer.—¿Que hice de diferente Mirta? Solo pedí por mi hija, como cualquier madre lo hubiera hecho. —respondió tratando de no ser muy evidente, Mirta sonrió y haciendo un gesto de negación le contradijo.—Rosellia, tú no pediste al patrón, le ordenaste y el te obedeció, ¿A así que no fuiste consiente en el tono en que le hablaste? Le exigiste mujer ¿O ya te conocías con él desde antes?Rosellia miró a Mirta y apretó sus labios formando una mi es en ellos, habían formado un vínculo de amistad muy buena entre ellas y decidió confesarle su secreto.—Mirta, voy a confesarte algo, y espero no salga de ti ni una sola palabra. —habló tomando las manos de Mirta mien
Nohelia fue a su habitación, se acostó en la cama y mirando a la nada, a su mente llegó un recuerdo del que sería su padre, Artur Kartson, nunca le demostró el amor de padre para una hija, y eso le dolía cada ves que recordaba a Artur.Sergio llegó a su mente y anheló tenerlo ahí con ella.—Sergio, pronto estaremos juntos mi amor, tu, yo y nuestros hijos.El amanecer llegó y Nohelia no pudo conciliar el sueño, fue al baño y bajo la lluvia artificial dejó que el agua se llevara un poco de su angustia.Salió y se cambió, fue a la habitación de Arielle y Alex, y no esperó ver la escena de el hombre que la secuestró y maltrató en un inicio.—Tienes muchos caballos. —preguntó Arielle sentada sobre la cama mientras Noah cargaba a Álex haciéndole pucheros.—Si mi princesa, y los veremos cuando tú desees y tu mami te de permiso.—¡Siii! Mami si me dejará ir, abuelo, quiero ver a papi. —Nohelia quedó en shock al escuchar a su hija llamar abuelo a Noah. " niños" —pensó y siguió ahí escondida es
El anochecer llegó, Sergio despertó, después de un intenso y apasionante día, vio dormir a Nohelia, y se maldecía internamente por haber perdido mucho tiempo lejos de ella, haberse perdido el embarazo de su hijo, pero ahora estaba dispuesto a luchar para mantenerla junto a él.Acarició su cabello y delineó su rostro, besó su frente y ella empezó a removerse en su lugar.—¡Mmm! Un poquito mas, tengo mucho sueño. —habló con voz ronca y siguió con los ojos cerrados.—Vamos dormilona, despierta tenemos que ir por nuestros pequeños —¡Mmm! Están con sus abuelos, ellos están felices de cuidar a sus nietos.—¿Abuelos? ¿De qué hablas mi vida? ¿Mis padres están aquí?Nohelia terminó de despertar y se sentó en la cama cubriendo sus pechos. Sergio la miró sin entender sus palabras.—¿De que abuelos hablas mi amor?—Mi madre, y mi verdadero padre.—¿Tu verdadero padre? —Si, mi verdadero padre es Noah Manccini.—¿El hombre que te secuestró para que aparezca Nikolay Shevchenko?—El mismo, la muje
—Nikolay, abre los ojos, soy yo Nohelia. ¿Qué te hicieron?—llamó Nohelia, Nikolay escuchó a lo lejos su voz y abrió los ojos, la miró y sonrió. —Hola mi chica hermosa. —pudo articular palabras. —Nikolay, vamos ponte de pie come un poco y saldremos de aquí. —Huye mi linda, trata de salir de aquí. —Claro que saldré de aquí, pero contigo. Vamos levántate. Nikolay se puso de pie, la herida en su pierna le impedía caminar, su temperatura era alta, y como pudo Nohelia lo ayudó a salir de ahí. Caminando por el pasillo el encuentro fue inevitable. —¿Quién carajos eres tú? ¿Y con qué autorización sacas a mi prometido de la celda? —habló furiosa Liuba, y Nohelia quedó estática al ver frente a ella a su hermana. —¿Tu prometido? Dices tu prometido, ¿y lo tratas así? —Tengo mis razones para tenerlo donde está, así que a devolverlo a su celda. —No lo haré, si tiene que pagar lo que hizo, lo hará, pero no en estas condiciones. Liuba se acercó a Nohelia y quedando frente a ella