—Nikolay, abre los ojos, soy yo Nohelia. ¿Qué te hicieron?—llamó Nohelia, Nikolay escuchó a lo lejos su voz y abrió los ojos, la miró y sonrió. —Hola mi chica hermosa. —pudo articular palabras. —Nikolay, vamos ponte de pie come un poco y saldremos de aquí. —Huye mi linda, trata de salir de aquí. —Claro que saldré de aquí, pero contigo. Vamos levántate. Nikolay se puso de pie, la herida en su pierna le impedía caminar, su temperatura era alta, y como pudo Nohelia lo ayudó a salir de ahí. Caminando por el pasillo el encuentro fue inevitable. —¿Quién carajos eres tú? ¿Y con qué autorización sacas a mi prometido de la celda? —habló furiosa Liuba, y Nohelia quedó estática al ver frente a ella a su hermana. —¿Tu prometido? Dices tu prometido, ¿y lo tratas así? —Tengo mis razones para tenerlo donde está, así que a devolverlo a su celda. —No lo haré, si tiene que pagar lo que hizo, lo hará, pero no en estas condiciones. Liuba se acercó a Nohelia y quedando frente a ella
Los días pasaron, todos retomaron sus vidas, Nohelia y Sergio habían regresado a su hogar y estaban organizando los detalles para la despedida de soltera de Rosellia.—Será una noche de chicas, con chicos muy, pero muy, bueno talvez la novia se arrepiente cuando les dediquen ese baile prohibido. —dijo Mirta y todas rieron a esas palabras Rosellia miró a cada una de ellas, y agradeció toda las atenciones de parte de sus amigas y su hija.—Marisa, gracias por compartir esta alegría conmigo, ustedes son mis nuevas amigas, tu y Mirta, como en mi juventud, ahora tengo a mi hija, mi mayor orgullo.—También es mi hija Rosellia, desde que la vi ahí desvalida, supe que sería la hija que nunca tuve, y por eso la convertí en la madre de mis nietos, para que nunca se aleje de mi. —Marisa expresó esas palabras con sinceridad en su corazón.—Gracias por ese amor infinito Marisa, y siempre fuiste y eres y serás correspondida. —respondió Nohelia dando un abrazo.—Bueno, no pertenezco al círculo famil
EN CAPRI ITALIA.Jean Carlo llegó del viaje de negocios fue recibido por su esposa e hijos.—Bienvenido a casa mi vida. —dijo la esposa abrazándose a él y dejando un beso apasionado en sus labios.—¿Cómo estuvieron si mi? —preguntó besando el cuello de su esposa, y abrazándola por la cintura.—Extrañándote un mundo. —como te fue con los nuevos posibles socios.Jean Carlo miró a su esposa y pensó por un momento en como dar esa noticia de su amigo.—Todo bien con los negocios.—¿Pasa algo? te veo algo contrariado.—Debo hablar con mi padre, después haremos una cena para reunirlos a todos y hablar de algo muy serio.—¿Y no me puedes decir? Me dejas intrigada.—No mi vida, hablaré con mi padre primero.La noche llegó y Jean estaba en su oficina en casa revisando todo el trabajo de la semana de su ausencia.A su mente llegaban los recuerdos de Sergio, su esposa y su familia entera." Vivo, y no se cómo decirlo a Julián, ¿Qué hará cuando se enteren de que Sergio no murió.?" sus pensamien
Los días pasaron, ya una semana desde que él le pidió matrimonio y su respuesta fue negativa, y la tensión entre Sergio y Nohelia estaba empezando a interferir entre ellos nuevamente.—Cariño, no me gusta estar así contigo.—Sergio, no puedo sentirte totalmente mío, tu dices amarme, y te creo, pero primero tienes que cerrar ese pasado, yo no puedo, lo siento, pero no puedo vivir contigo así, ve a Italia y párate frente a ella, enfrenta tu pasado, y cuando estés ahí y estés seguro de que no sientas nada por ella, vuelve a mi.—Nohelia, puedo verla a ella, pero eres tú a quien yo amo, ella está felizmente casada y.....—Y por eso estás aquí, porque te fuiste tras de ella, recuperaste tu memoria, me echaste y te fuiste. —lo interrumpió Nohelia enfrentando lo.—¡Vamos a Italia! —No Sergio, tu resolveras ese dilema en tu vida, y yo no estaré presente.Sergio salió algo molesto, fue a su oficina y sentado frente al gran ventanal con mil y una ideas para enfrentar ese pasado.Tomó el te
Jean Carlo soltó la noticia, y justo en ese momento en la sala de Star hacía, presencia Julianne y Jordan que llegaban por el llamado de Mericci que una hora antes le había hecho.—Sergio Bright no murió, vive, está casado, tiene hijos y es el socio con el que me reuní hace semanas enRusia. —retumbó una y otra vez en sus oídos, miró a Jordan y luego a los demás uno a uno, caminó despacio y se quedó frente a Jean Carlo.—¿¡Que estás diciendo Jean Carlo!? Repite lo que acabas de decir.Jean Carlo tragó el nudo en su garganta, miró a Jordan quien le hizo un movimiento de negación.—¡Repite lo que dijiste Jean Carlo! —exigió Julianne sintiendo su corazón aceleradamente desbocado en su pecho.—Sergio vive, está casado, tiene hijos y es el socio con el que me reuní hace semanas en Rusia. —repitió mecánicamente y Julianne miró a todos, su confusión la reflejaba en su mirada confusa, sus lágrimas rodaron por sus mejillas y se dijo así misma.—Esto es una locura, Sergio no puede estar vivo,
Sergio y Julianne por fin estaban frente a frente, todos miraban el fuerte abrazo en el que se fundieron ellos, Sergio abrazó a Julianne por la cintura y ella rodeó sus brazo por su espalda.—No tienes idea de lo que sufrí cuando me dijeron que habías muerto.—pronunció Julianne en un susurro.—Desperté y vine por ti, y te vi feliz con tu familia en el parque, y no le vi sentido volver a hacerme presente en tu vida.—Estoy feliz, feliz de que estés con vida y con una familia, una hermosa esposa. —dijo mirando a Nohelia que los miraba fijamente sintiendo dolor por la escena frente a ella.Sergio caminó hasta ella, tomó su mano y se acercó a Julianne.—Te presento a la mujer de mi vida, la madre de mis hijos y mi mundo entero. Nohelia Kartson.—Hola, al fin te conozco Julián.—Hola Nohelia, un gusto enorme conocer a la esposa de mi mejor amigo de toda la vida. —Nohelia sonrió sintiendo un alivio en su corazón al escuchar las palabras de ambos. Julianne miró a los dos y habló a Sergio.—M
Nohelia estaba en la habitación en compañía de Marisa, Rosellia, y Mirta.El personal de estilista e imágenes, habían hecho su trabajoParada frente al espejo, con su vestido blanco, se miraba y su corazón latía tan fuerte que retumbaba en sus oídos.—¿Feliz mi hija? —Si madre, nunca pensé que este día llegaría.—Pero lo estás viviendo, mi vida, y es real, no es un sueño.Los golpes en la puerta se escucharon y una de las chicas de servicio abrió.—¡Nohelia!. —gritó Amalia y ella se giró para ver entrar a Amalia y Julianne junto a Mericci.—¡Vinieron! Que bueno que están hoy en mi gran día, a pesar de ser algo que no se preparó con antelación.—No me lo perdería por nada del mundo, ver la boda de mi mejor amigo, nunca me lo perdería. —dijo Julianne abrazando a Nohelia y se unió Amalia. Luego del efusivo saludo volvieron a dar los últimos retoques a la feliz novia.Rosellia colocó la tiara que pertenecía a Marisa, sobre la cabeza de Nohelia, arregló el velo y nuevamente los toques e
Nohelia gemía del placer sintiendo que esos dedos no eran suficientes, Sergio entraba y salía de ella con una mano mientras con la otra acariciaba y apretaba uno de sus pezones, causándole corrientazo a su cuerpo. Nohelia sintió su vientre contraerse y sus piernas tensarse. Agarró fuerte los cabellos de Sergio En el momento en que sintió su cuerpo tembló, por el fuerte orgasmos que le llegó. Sergio aceleró las embestidas con sus dedos mientras su lengua hacia su trabajo en su sensible clítoris. Nohelia arqueó su espalda y un fuerte genuino salió de su garganta. —¡Aaaashg, Sergio, por favor. Sergio bebió de su manantial, mientras Nohelia se corría sobre sus dedos y su rostro. Sergio subió por su vientre hasta llegar a sus pechos, mordió y succionó sus pezones, se apuntó en su húmeda entrada y se adentró en ella de una sola estocada, arrancándole un fuerte gemidos de placer a Nohelia. Sus embestidas eran fuertes, profundas y placenteras, sus cuerpos eran perlados por el sudor