Nohelia y Nikolay después de despedir a Arielle salieron con destino al hospital, tenía cita para el control de su embarazo, Nohelia sentía pesar de ver que no era Sergio quien la acompañaba en esos momentos tan especiales como era escuchar el corazón de su hijo, Nikolay la miró, y vio tristeza en sus ojos, tomó su mano y dejó un beso en ella.—Tranquila mi bella, todo estará bien, ya lo verás. —trató de tranquilizarla Nikolay sabiendo que su pesar era otro.—Se que todo está bien con mi bebé.—¿Es Sergio, cierto?Nohelia suspiró profundo, apretó sus labios formando una línea en ellos.—Siempre imaginé que él estaría conmigo en este embarazo, cuando Arielle, compartimos todo, a pesar de su condición, todo le contaba, y ahora, él debe creer que ....—No pienses en eso mi bella, eso le hace daño al bebé.Llegaron al hospital privado y el Galeno esperaba por ella.Se presentó en recepción y la asistente la hizo pasar.—Señora Kartson, pase, el doctor la espera.Nohelia pasó al consultori
Una semana antes, Nikolay había salido de viaje dejando todo listo y preparado para un posible adelanto del nacimiento del bebé.Nikolay estaba fuera de la ciudad, encargándose de los negocios de la familia cuando recibió la llamada de Rosellia para dar la noticia del nacimiento del bebé.—Pronto estaré ahí Rosellia, soluciono este problema y regreso.Rosellia colgó la llamada y esperó por noticias en la sala.Sergio vestido con la ropa hospitalaria estaba sosteniendo la mano de Nohelia, mientras ella hacía todo el esfuerzo por traer al mundo a su pequeño.—¡Un poco más Nohelia! ¡Puja! —¡Aaagh! —Los gritos de Nohelia llenaban la sala de partos.—Puja mi vida, puja fuerte, que nuestro hijo ya está llegando. —pedía Sergio en un susurro cerca de Nohelia.El último esfuerzo.—¡Aaasgh! —el llanto y el grito de Nohelia se mezclaron e inundaron la sala.—Un hermoso niño. —dijo el doctor, entregándolo a su padre.—Mi hijo, mi pequeño príncipe. —susurró dándole un beso en la frente y poniénd
Nohelia, caminó de un lugar a otro, ya habían pasado dos días y Sergio no aparecía ni para ver a Arielle, no se comunicó ni mucho menos avisó del viaje que realizaría a la casa de campo.Nohelia marcó el número de Marisa quien de inmediato respondió.—Marisa, ¿Dónde está Sergio? Hace dos días que no se nada de él, quedó de pasar por nosotras y no llega, y no responde las llamadas ni Mensajes.—No lo se hija, a mi no me responde, estoy muy preocupada. —respondió Marisa.Nohelia vistió su gabardina tomó su cartera y bajó las escaleras.—Madre, saldré un momento, por favor mira a Alex.—¿Adónde vas hija? Ten cuidado por favor. —Lo tendré madre. —respondió Nohelia saliendo de la mansión Shevchenko para ir en busca de Sergio.Manejó hasta llegar a la residencia donde ellos compartieron momentos inolvidables.Llegó al estacionamiento, bajó del auto y se adentró en la sala, miró todo detenidamente, todo estaba como lo había dejado meses atrás, caminó despacio y siguió, subió las escaleras y
Noah habló por mucho rato con Tulio, era su hermano, su confidente, su hombre de confianza y su jefe de seguridad.—Hermano, como saber si Nikolay Shevchenko se entera de que tenemos a su amorcito.—Ya se enterará, le envié mensaje al viejo Shevchenko de que tiene que cumplir con el compromiso pactado, el que Nikolay halla dejado plantada a mi hija en el altar es una ofensa que la pagará muy caro si no se retracta. —dijo Noah cuando unos gritos llamaron su atención.—¡suelta me! ¡Déjame hablar con ese supuesto gran jefe que se escuda detrás de sus hombres y no le da la cara a una mujer. —gritaba Nohelia después de golpear al guardia y escaparse para ir en busca de sus hijos.—¿Quién carajos dejó salir a esa loca? ¿¡Acaso son unos inútiles que se dejan vencer de una mujer!? —aseveró Noah muy molesto y poniéndose de pie para salir al encuentro de la escandalosa mujer.Tomó el pomo de la puerta y esta de una sola, fue abierta golpeando el rostro de Noah y haciendo sangrar su nariz.— ¡
Tres días habían pasado, Noah había dado órdenes de investigar nuevas noticias de Nikolay.—Aún no sabemos del paradero del Shevchenko señor.Noah sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo, luego estrelló el vaso en la pared.—¡Joder! ¿Acaso se lo tragó la tierra? Quiero que lo busquen hasta por debajo de las piedras, lo encuentren y me lo traigan. —Noah dio las órdenes muy molesto, y fue cuando escuchó los gritos de Rosellia.—¡Hey! ¡Ayuda! por favor ¡quiero ver a mi hija! ¡Ayuda! por favor ¡quiero ver a mi hija!. —repitió una y otra vez, y fueron esos gritos que llamaron la atención de Noah quien a pasos acelerados y muy molesto salió de su habitación y fue a la de Rosellia.Rosellia estaba en la sella de ruedas, de espaldas a la puerta de la salida de la terraza cuando escuchó esa voz que vivía en sus recuerdos y muy dentro de su corazón.—¿¡Que carajos crees que haces mujer? Quieres calmarte o te hago silenciar. —habló despectivamente yRosellia sintió estremecer su cuerpo,
Los días pasaban, Sergio seguía bajo el efecto de la droga que le hacían percibir sin que se diera cuenta. —Cariño, mira este catálogo de vestido de diseñadores, lo pediré para salir esta noche.—No sé nada de esas cosas Diana, es cosa tuya, vamos necesito salir de este encierro. —respondió Sergio sintiendo malestar por los efectos que cada día Diana le administraba haciendo que lo perciba a través de un objeto, como la revista que había rechazado en ese momento.Caminó de un lugar a otro, fue al baño y bajo la lluvia artificial se dejó rodar hasta el suelo. A su mente llegaban fragmentos de momentos compartidos.—Nohelia, Nohelia. —pronunció en un susurro y fue en ese momento que en efecto pasó un poco más.Sergio salió como impulsado por un resorte de ese baño, buscó su teléfono por todos lados hasta encontrarlo, lo miró y vio cientos de llamadas de sus padres. —¡Diana! ¿Por qué carajos mi teléfono estaba apagado? —preguntó o más bien gritó furioso.—¿No se de que me hablas? No se
Rosellia luego de compartir tiempo con Nohelia y sus nietos, le dio tiempo a su hija de disfrutar de ellos a solas, salió junto a Mirta para ir a su habitación, Mirta la ayudó en todo aún no podía valerse por sí sola.—Rosellia, me da mucho gusto que por fin tu hija esté con sus hijos, lograste lo que otras personas jamás pudieron hacer.—¿Que hice de diferente Mirta? Solo pedí por mi hija, como cualquier madre lo hubiera hecho. —respondió tratando de no ser muy evidente, Mirta sonrió y haciendo un gesto de negación le contradijo.—Rosellia, tú no pediste al patrón, le ordenaste y el te obedeció, ¿A así que no fuiste consiente en el tono en que le hablaste? Le exigiste mujer ¿O ya te conocías con él desde antes?Rosellia miró a Mirta y apretó sus labios formando una mi es en ellos, habían formado un vínculo de amistad muy buena entre ellas y decidió confesarle su secreto.—Mirta, voy a confesarte algo, y espero no salga de ti ni una sola palabra. —habló tomando las manos de Mirta mien
Nohelia fue a su habitación, se acostó en la cama y mirando a la nada, a su mente llegó un recuerdo del que sería su padre, Artur Kartson, nunca le demostró el amor de padre para una hija, y eso le dolía cada ves que recordaba a Artur.Sergio llegó a su mente y anheló tenerlo ahí con ella.—Sergio, pronto estaremos juntos mi amor, tu, yo y nuestros hijos.El amanecer llegó y Nohelia no pudo conciliar el sueño, fue al baño y bajo la lluvia artificial dejó que el agua se llevara un poco de su angustia.Salió y se cambió, fue a la habitación de Arielle y Alex, y no esperó ver la escena de el hombre que la secuestró y maltrató en un inicio.—Tienes muchos caballos. —preguntó Arielle sentada sobre la cama mientras Noah cargaba a Álex haciéndole pucheros.—Si mi princesa, y los veremos cuando tú desees y tu mami te de permiso.—¡Siii! Mami si me dejará ir, abuelo, quiero ver a papi. —Nohelia quedó en shock al escuchar a su hija llamar abuelo a Noah. " niños" —pensó y siguió ahí escondida es