Intento no llorar. Mi garganta se siente apretada, por un momento pensé en escapar pero sé que no puedo hacerlo, bajo mi cabeza avergonzada, solo puedo esperar su juicio. Un juguete se puede compartir mientras su dueño acceda.—Lo lamento Bob pero como lo he dicho anteriormente, este es mi juguete, —sujeta mi barbilla, sus ojos verdes son bonitos pero no tanto como los de él — detesto compartir mis cosas.—Mocoso, entonces que tal una apuesta, si ganó me llevo tu juguete.Sujeto la manga de su traje, por favor no lo hagas.—¿Qué ganaría?.—El nuevo casino asociado a Hell, te daré un 10% de acciones.—Mi juguete es más valioso. —Suspiro, él lo rechazará. —Si apuestas un 40% acepto.—¡Ja, Ja, Ja!. Tienes ambición, me agrada, si me ganas te daré un 30%, no porque tu juguete lo vale. —Sus ojos recorren mi cuerpo, el desprecio está escrito en su rostro. —Es por tus agallas, me recuerdas a alguien. Su voz parecía un poco triste.—No seré cortés.—Por eso me agradas. Vamos.Su comentario se
Ella mordía con fiereza sus labios, esta avergonzada, introduzco mi lengua dentro de la boca de Rosela.¿Te sientes humillada?, recién estoy empezando, quiero que me ruegues para subirte encima, que te arrastres a mis pies.Rosela con torpeza intentaba desabotonar la camisa, detengo sus manos. —Atiende mi cuerpo. —Rosela se arrodilla extasiada y ruidos obscenos era lo único que sé escuchaban en el auto. —Lisa, Arhs, omm —Tú…—¿Qué harás para divertirme?. —Sus ojos se llenan de lágrimas, baja su rostro mira a Rosela que le sonríe victoriosamente. Abre la boca, pero no sabía qué decir. Sujeto su nuca y nuestras lenguas se enrollan, la parte inferior de mi cuerpo se emociona al igual que Rosela que trabaja más duro. Quiero arrojarla del auto y devastar a Byrne. Ella intentaba igualar mi ritmo pero era inútil, entre más lo intentaba más quería engullir su ser. Sostengo su cola de caballo que está a medio paso de desaparecer, sus cabellos rebeldes se esparcen en su rostro rojizo, bajó m
—Hay demasiado tráfico. —Thunder me ignora. ¿Eso quieres?, ya no hablaré contigo, ya no me queda dignidad para intentarlo, es la novena vez que no tengo respuesta. Miro por la ventana, largas filas de autos es todo lo que hay. —1 p.m es el peor horario, ¿No?. —Él golpea el volante, ¿Está irritado?. Bien, no tengo dignidad, ¿Feliz?. Miro el techo del auto, ¿En qué momento comenzó esto?, ¿Desde cuando el silencio me resulta incómodo?, cuando era más pequeña me agradaba el silencio o eso creía porque probablemente lo único que quería era escapar, solo podía esconderme e imaginar una realidad feliz, más calidad, que mi familia no era tan mala en realidad. Con 20 años todavía no logró entender a mi madre. ¿Por qué soportar a un hombre como él?, mi madre es muy hermosa, merecía a un hombre mejor, yo realmente esperaba que se convirtiera en un buen padre y, ¿Qué hizo?, llevó a su amante a nuestra casa, ellos se revolcaron en la cama de mi madre mientras mi madre aprendía a vivir en oscurida
Golpeó el volante frustrado. —¡Carajo!. —Aparco el auto donde veo un espacio. Cierro la puerta de un golpe.Mi corazón está agitado, no estoy preocupado por ella.Camino hacia la sala, solo escucho el ruido de mi respiración.Lisa está sentada en el suelo, ¿Qué hace ahí?. —¿Cuánto tiempo vas a estar asi?.—Yo…—Levántate del suelo —ordenó con impaciencia. Ella me mira y no hace nada, sostiene sus rodillas. —Lisa Byrne.—Mis pies están entumecidos y yo…—¡¿Qué?! —pregunto molesto al ver que ni lo intenta. Extiendo mi mano para ayudarla.—No me levantaré. —Baja la cabeza como un niñato que hizo algo mal. —Lo siento, esperaré aquí a Roxi.—¡¿Tienes algo dentro de tu cabeza?!, no lo repetiré dos veces Byrne. Sus piernas temblaban y temblaban. —¡¿Por qué lloras?!.—... —Vacila, no sale una palabra de su boca.Entrecierro los ojos. —Ven aquí.Ella baja su cabeza, camina hacia mí, sujetó su cintura obligándola a sentarse. Miró su diminuta espalda, no para de temblar.—¿Comiste algo?.—No
—¿Es demasiado exagerado el moño?, ¿Tal vez no?, —sacudo mi cabello.—Creo que está muy bien. —Sujeto mis mejillas al ver mi rostro sonrojado en el espejo. El dijo que era lindo, una tonta sonrisa se dibuja en mis labios, al pensar que mis ahorros se esfumaron por esas simples palabras, ¿Corrí al centro comercial y compre de todos los moños que pude?, si lo hice… Probablemente… ¿Enloqueci?, las expresiones de las dependientas de las tiendas fueron bastantes peculiares al ver que solo compraba moños de diferentes colores y tamaños, el mensaje en sus ojos era claro, &iques
—Hija ten cuidado de no romper los huevos, no balancees tanto la bolsa.—¿Mamá cómo puedes saber eso?.—Te crié Lisa, ahora podrás tener 20 años pero te conozco como la palma de mi mano y a pesar de que tu madre no pueda ver su audición mejoró mucho en estos 5 años.—Porque eres increíble.—Mi hija también lo es.Mi sonrisa se congela al vislumbrar a los cuervos, intento apurar mis pasos pero es inutil, no puedo escapar de ellas.—No importa lo mucho que algunas personas intenten parecer decentes, tarde o temprano, sus verdad
—¿Por qué lees esa cosa?, ese hombre murió hace miles de años.—Platon dijo: “El sabio siempre querrá estar siempre con quien sea mejor que él”, entonces la pregunta sin respuesta aquí es… —Hago una pequeña pausa, mi tonto primo me mira expectante. —¿Por qué elegí un asistente tan estupido como tú?.Después de unos minutos logra procesar mis palabras.—¿Asistente estupido?, pero yo soy tu asistente.—La respuesta a esta pregunta probablemente sea, —Calvert empieza a maldecirme, giro la hoja del libro haciendo oídos sordos a sus gruñidos, ¿Este es el final del libro? — —Hola, buenas tardes, soy Lisa Byrne, tengo cita con el doctor Ashton. La mujer en el escritorio con dificultad dibuja en su rostro una sonrisa de negocios, me examina de arriba a abajo, incómoda fijo mis ojos en el suelo, hoy no tengo un pijama pero… ¿Por qué siempre es así?, muerdo mis labios intentando mantener la calma.. Tac, tac, tac. —En efecto, aguarde un momento. —se levanta de su escritorio con elegancia, el ruido de sus tacos golpeando el suelo retumban en el pasillo.Suelto el aire retenido en mis pulmones. Me acerco a la ventana, y veo mi reflejo, solo hay una chica cansada, con unas sorprendentes ojeras, con el cabello un poco alborotado, su ropa está limpia, pero es un poco vieja al igual que sus tenis. —Al menos tiene buen olor, ¿No?. —Murmuró agotada. No importa la ropa, tampoco como me vista, porque todo pronto mejorará, todo cambiará, comprare ese bonito vestido color lavanda y a mama la camiza azul, ¿Azul francia?, ella quedará muy elegante. —Byrne, puedesCapítulo 3