*Matteo* _Por favor buscar en todos los rincones que solía frecuentar, sus cafeterías favoritas, tiendas de ropa para ella y el bebé, las calles céntricas, la casa de su abuela y su mejor amiga que son las personas a las que podría acudir en estos momento. Dije esto mientras escribía todos esos puntos en un papel y se lo entregué directamente a Piero. _Descuida intentaremos encontrarla cueste lo que cueste. Dijo al entender cómo me sentía, me conocía de muchos años y sabía que aunque pusiese esa coraza estaba desolado por dentro. Mis hombres se desplegaron abandonando la mayoría de ellos la villa, y buscaron a Diianora, por cada rincón de Nápoles y yo me quedé en mi habitación tumbado en la cama y hundido en mi tristeza y no tarde más de un par de horas al no recibir ni una llamada de Piero y Adriano que era quienes debían informarme de cualquier novedad, en llamar yo al primero de ellos. _Piero, ¿Sabéis algo? _No. Dijo de forma firme y directa en casi un susurro, parecía no qu
* Piero* _No lo entiendo Piero yo te necesito conmigo. _Realmente Matteo ahora eres el mayor mafioso de todo el sur, tienes muchísimo poder y un montón de hombres. Sabes que no me necesitas. _No es verdad Piero. Estábamos en su despacho, había llegado a las ocho de la mañana y le había pedido mientras desayunaba que necesitaba hablar con él en privado. _Tú has sido uno de mis mejores hombres junto con Adriano, no entiendo por qué no quieres seguir trabajando para mi. Y era normal que no lo entendiese si yo estuviera en su posición también me lo hubiese preguntado. _Me gustaría irme. _Pero llevas trabajando para mí y mi padre más de una decada. Así de repente Piero, ¿ Te ha sucedido algo?, sabes que te ayudaré en todo lo que necesites... Yo negué con la cabeza, estaba haciendo aquella conversación demasiada larga y yo quería marcharme de mi trabajo sin dar ninguna explicación, pero mi trabajo no era normal, yo trabajaba para la mafia. _Puedo mejorar tu sueldo y condiciones si
*Piero*Nunca pensé que terminaría mintiendo "al hombre que me había dado de comer", gracias a mi trabajo para los Baldini había salido de la pobreza para ser financieramente independiente, podía estar perfectamente años sin trabajar y también crear un negocio sin ningún tipo de problema. Los Baldini me habían pagado muy bien por mis servicios de aquellos largos años, que extrañamente habían pasado realmente rápidos y yo... me sentía mal por tener que mentir, y decir que buscaba una vida tranquila cuando lo que deseaba encontrar era a Dianora de nuevo, aquella hermosa muchacha me había robado el corazón y el alma de manera intensa, y comprendía enormemente que Matteo estuviese obsesionado por ella, porque con su belleza y su inocencia podía despertar la obsesión en cualquier hombre.El amor que sentía por Dianora me había hecho mentir, cuando mis verdaderos planes era volver a verla, yo sabía donde estaba, en la parte norte, en Milán, ya que yo fui quien le proporcionó el contacto de l
*Piero* No podía seguir viviendo con esos sentimientos tan intensos dentro de mí y confesar lo que llevaba desde hacía meses dentro se convirtió en una necesidad, y sabía que me arriesgaba a aquello... a no ser correspondido. Sabía que era posible pero debía de correr el riesgo de obtener una negativa por su parte y eso es lo que había pasado. Pero lo entendía... ella necesitaba un amigo, un hombro en el que llorar, y no otro hombre que irrumpiese en su vida hablándole de amor y apresurándola a tener un compromiso como le había ocurrido con Matteo. La realidad era que lo suyo con él era demasiado reciente y sabía que quizás debía haber esperado algún tiempo más para confesarlle mi amor, pero no había soportado tener esa verdad, ese secreto oculto dentro de mi durante ni un día más. _Yo no puedo perdonar a Matteo por todo lo que me hizo... _ ella tenía lágrimas en los sus hermosos ojos en aquel preciso momento._ Es cierto que pasé momentos inolvidables con él, estuve rodeada de como
*Dianora* Si Piero y yo nos hubieramos conocido en otras circunstancias o incluso si aquello, esa confesión de amor que me había hecho sin esperarla, hubiese sucedido en un momento perfecto para los dos, quizás hubiese habido una oportunidad para nosotros. El problema era que él y yo estábamos en momentos distintos en nuestras vidas, mientras él tenía muy claro lo que se sentía y haba tomado la iportante decisión de abandonar la mafia Baldini para siempre. Yo no seguía estando en un estado emocional vital repleto de confusión, intentado olvidar a quien había sido mi esposo, con el que había tenido instantes mágicos y también terribles, que mi mente seguía sin procesar. Y si hacía que en ocasiones despertase sintiendo que no sería capaz de olvidar a ese hombre maravilloso y sexy, y otras mañanas despertaba odiándolo y a la vez necesitando sentir de nuevo esas emociones fuertes y también tóxicas que provocaba en mí. Piero era un buen amigo, dulce y atento, y me había dicho que podía qu
*Matteo* Llevaba días sin saber de Piero y realmente yo había quedado desolado tras la partida de uno de mis mejores hombres, que también había sido un buen amigo durante muchos años. No solo él me había dejado, sino que Dianora, aquella muchacha hermosa a la que había comprado y obligué a ser mi esposa a la fuerza, y de la que no contaba haberme enamorado profundamente, se había ido sin dejar rastro y también se había llevado a nuestro hijo con ella. Pronto entendí, sumergido en mi dolor, y ahogando las penas en el ron, encerrado en mi despacho y solo estando disponible para mis hombres si habían asuntos importantes, que haber sido un hombre dominante y posesivo había sido un enorme error con ella. Dianora era una joven libre y había estado prácticamente por su cuenta durante su corta vida, ella era como una preciosa rosa blanca y pura que había crecido en un entorno llena de malas hierbas, y realmente yo había podido ser más considerado y haberla respetado de verdad. Pero en cambio
*Dianora* Piero había sido más que un amigo, él me había sacado lentamente de una tristeza inmensa que sentí en mi interior nada más abandonar aquella villa enorme en Nápoles donde había sido la esposa de Matteo, el principal mafioso de Italia del sur durante un año. No fue fácil alejarme de un hombre como él, que había sido capaz de hacerme subir al cielo cuando el había deseado, él había despertado en mi un fuego intenso y un deseo que jamás había sentido, él me había hecho mujer, al hacerme el amor por primera vez, y también al hacerme madre. Pero, desafortunadamente, él no era un buen hombre para mí, aunque mi corazón le perteneciese y me estuviese costando muchas lágrimas, que parecían no acabarse, al igual que parecía imposible olvidarle... Hubiera sido maravilloso poder quitármelo de la cabeza y centrarme en Piero, sentir lo mismo que él decía sentir por mí y que estaba segura que era verdad. Él era un hombre muy guapo, serio, responsable y bueno en todo momento conmigo. Al
*Dianora* Cuando Piero me dijo su posible plan de comprar el apartamento en venta que estaba justo al lado del mío en Milán, y de esa forma ser mi vecino, tuve sentimientos encontrados. Por una parte sentí algo de presión al pensar que él se quedaría junto a mí muchísimo tiempo, todo el que él quisiese, ya que me había confesado su amor, y a pesar de no ser correspondido, estaba dispuesto a empezar una nueva vida en Milán junto a mí como amigo. Por otra parte, no quería ser egoísta, pero pensar que tendría a Piero como mi vecino sí que me agradaba, él me había ayudado muchísimo en tan solo un par de semanas, era un gran apoyo, y pensar en quedarme de nuevo sola con mi bebé en Milán, en esa ciudad fría y grande en la que no conocía a nadie y en la que mi espíritu sureño no se sentía del todo parte de ella, me asustaba muchísimo. _¿Entonces que piensas Dianora? Necesito saber realmente que te parecería, quiero la verdad... _Piero..._ dudé varios segundos pero al final la necesidad de