*Dianora * Los siguientes días nos ocupamos de registrarnos en un hospital privado e hicimos otros trámites, y después visitamos la ciudad. Imaginé que coger el metro sería más difícil, pero realmente le cogí el truco antes de lo esperado, solo tenía que concentrarme demasiado porque si cogía un metro equivocado o bajaba en una parada diferente eso podía convertirse en un suplicio. Aquello nos sucedió los primeros días, y mi abuelita me dijo que ella estaba bien en nuestra zona y que no saldría sin mí de esa área que ya tenía todos los servicios principales. Y así sin darnos cuenta nos instalamos en esa ciudad, en Londres, yo seguí teletrabajando con tranquilidad, y empezamos a pasar tardes en Camdem Town, paseando por la hermosa Little Italy y también de compras por Oxford Street. Después de ocho días allí Stefano me llamó y me dijo que deseaba verme y que había reservado un vuelo y que lo cogería al día siguiente temprano. _¿Por qué no me has avisado antes? _Tenía miedo de que
*Antonella*_¿Cómo que estás embarazada?_Él se incorporó en ese momento muy nervioso._Sí, lo estoy._¿De quién?_ Dijo apretando la mandíbula.Yo me sentía ofendida por esa pregunta y le conteste muy seria._Obviamente de ti Matteo, de nuestro encuentro en Nápoles._No, no, no puede ser…Él se puso las manos sobre su cabeza, estaba perdiendo el control y yo me quedé paralizada._¡¿Pero qué estás diciendo?!, ¡No puede ser, incluso puse cuidado!_Por lo que parece no el suficiente._Y tu cuerpo está igual…_No llego a los dos meses de embarazo es normal._¡Pero Antonella, esto lo cambia todo joder!Yo no comprendía qué quería decirme._¿Qué cambia Matteo?_Lo cambia todo… _dijo completamente nervioso, en sus ojos había un claro enfado._Pero tú me has dicho que me extrañabas y que me necesitabas._Sí Antonella, son cosas que se dicen…Aquello me dejó confundida._¿Entonces no lo sentías? _ Pregunté rápidamente.Él respiró profundamente intentando tranquilizarse._Yo te deseo Antonella…
*Dianora*Después de hacer el amor nos quedamos abrazándonos en la cama de ese hotel durante largos minutos en silencio, hasta que de repente él lo rompió._¿Alguna vez vas a presentarme a tu familia?_Preguntó en tono bajo y yo no esperaba en absoluto esa pregunta._¿Por qué quieres conocerlos?_¿No quieres presentarme a tu hijo y a tu abuela?Yo dudé varios segundos._No sé, la verdad es que no he pensado en eso. Además, ya los conociste cuando nos entregaste las llaves del piso de Venecia de tu padre.Me incorporé de la cama para comenzar a vestirme, me estaba empezando a poner algo nerviosa aquella conversación que él había iniciado._Oh Dianora, ya sabes a lo que me refiero, a presentarme como algo serio.Él me agarró justo en ese instante la mano con suavidad, había quedado sentada sobre el colchón y él se había incorporado un poco para detenerme con delicadeza._Dianora, solo necesito saber que soy para ti...Yo no sabía muy qué contestar._Porque yo te quiero, estoy enamorado d
*Antonella *_Angelo_ Dije susurrando su nombre ya dentro de la cama. Estábamos cara a cara y entonces él abrió los ojos._¿De verdad quieres que me quede?_Claro Antonella, no voy a dejar que te vayas sola a casa, hace frío fuera y está ya demasiado oscuro.Entonces no pude evitar comparar, Matteo me había echado de su habitación sin importarle para nada mi bienestar, ya sabiendo que estaba embarazada y él. Y en cambio, Angelo, a pesar de haberle traicionado quería que estuviese segura junto a él en la misma habitación caliente, dejando a un lado el dolor de mi traición._¿No estás enfadado?_No… estoy dolido. Pero debí de preveer esto, tú aún sigues enamorada de él. Y yo no debía haber empezado una relación con alguien que aún tenía a otro hombre en la cabeza._¿Entonces no quieres estar más conmigo?_Pregunté bajito con miedo._Quiero ser tu amigo… te quiero, pero creo que es mejor que no estemos juntos Antonella.Yo no pude evitar sentirme muy triste._No te estoy rechazando. Solo
*Dianora *Estaba tan nerviosa que acabé recibiendo un calmante en el hospital, mi abuela se quedó en el estudio con Alessandro. Cuando estaba más tranquila y volviendo hacia mi hogar, que dejaría de serlo muy pronto, desbloqueé su teléfono y le envié un mensaje.“¿Qué quieres?” Le pregunté directamente, y él enseguida respondió “Solamente quiero hablar contigo, dime dónde estás por favor”. Directamente decidí enfrentar esa situación de una vez por todas y marqué su teléfono, solo hubo un toque y después de este Matteo lo cogió._Dianora… _ dijo pronunciando mi nombre en un susurro que escondía su emoción perversa de volver a oír mi voz, ese hombre no sabía amar bien a una mujer, ni lo sabría en su vida._Matteo tienes que dejarme en paz continuar con mi vida._Tú y yo tenemos una conversación pendiente.Se notaba que estaba calmado, creyendo que con sus estrategias de magnífico manipulador me había recuperado._Me gustaría que hablásemos._Estamos hablando ahora._Digo en persona.Yo
*Dianora *Él me observó con una sonrisa que mostraba ironía y oscuridad. _Dianora, me parece que realmente no me has conocido durante nuestro matrimonio demasiado. Yo me quedé en silencio, aquella conversación no iría bien, estaba ya bastante claro. _Yo no pienso dejar que te alejes de mí. _Pero ya te he dicho que ya no siento nada, absolutamente nada por ti y hagas lo que hagas no volveré a sentirlo. _Sí eso me ha quedado claro, pero aún tenemos algo en común, nuestro hijo. _ Dijo de manera perversa. En ese instante tuve claro que el utilizaría a Alessandro para manipularme de nuevo, si ya no podía hacerlo a través del amor, lo haría a través del que tenía hacia mi hijo, que era completamente verdadero, inmenso, bonito y eterno._ ¿ Piensas intentar obligarme a hacer algo que no quiero utilizando a Alessandro?Él respiró profundamente en aquel momento. _No permitiré que te separes de mí, volverás conmigo a Nápoles de nuevo..._Ni lo sueñes. _Dije firme apretando los dientes y
*Antonella*Lo mío con él era especial, me gustaba, él me trataba bien, era un hombre bueno, pero yo estaba dolida y confundida, y él no merecía mis dudas. Me gustaba que respetase mis tiempos, que no me culpase ni juzgase, que no me obligase a comenzar algo serio si no estaba realmente segura. Él era realmente más de lo que merecía, al menos yo lo sentía así. _Hoy entraré antes a clase... _ me besó, escuché su voz aún estando medio dormida en su cama. _He dejado la calefacción encendida, hace aún frío. Serían las siete de la mañana, el cielo ni siquiera había clareado. _Iré contigo. _Pero tú entras a las diez Antonella. Estaba tan pendiente de mí que incluso sabía algo del horario de mis clases. _Solo descansa ¿ Vale? Yo asentí y el volvió a cubirme mejor con el gran edredon. Últimamente estaba durmiendo muchísimo, y sentía que era por el embarazo y también por la tristeza mezclada con incertidumbre que había en mi interior. Ojalá el bebé no pudiese sentir lo que yo sentía
*Dianora* Después de la amenaza de Matteo esperaba lo peor, continué mi vida en Londres, como un nuevo comienzo pero con una enorme tensión, teniendo claro que aquello que estaba constuyendo podría derribarse por él en cualquier momento. Lo conocía, Matteo era inmoral, no tenía escrúpulos y haría todo lo posible para hacer de mi vida un infierno como me había prometido en nuestra última conversación. Pero extrañamente pasaron los días y luego las semanas, pensé que quizás aquello por primera vez no sería una amenaza real, que de verdad podría crear una bonnita vida con mi hijo y mi abuelita allí. Londres fue el mejor lugar donde podía haber ido. Después de pensarlo mucho llegué a darme cuenta al compararlo con Milán o Venecia, que preferíia continuar en aquella enorme ciudad repleta de posibilidades ilimitadas. Allí sentía un fresco aire de libertad en donde todo me parecía posible. Continué trabajaba online para Rose y conseguí un segundo trabajo de solo unas pocas horas a la