*Dianora *Estaba tan nerviosa que acabé recibiendo un calmante en el hospital, mi abuela se quedó en el estudio con Alessandro. Cuando estaba más tranquila y volviendo hacia mi hogar, que dejaría de serlo muy pronto, desbloqueé su teléfono y le envié un mensaje.“¿Qué quieres?” Le pregunté directamente, y él enseguida respondió “Solamente quiero hablar contigo, dime dónde estás por favor”. Directamente decidí enfrentar esa situación de una vez por todas y marqué su teléfono, solo hubo un toque y después de este Matteo lo cogió._Dianora… _ dijo pronunciando mi nombre en un susurro que escondía su emoción perversa de volver a oír mi voz, ese hombre no sabía amar bien a una mujer, ni lo sabría en su vida._Matteo tienes que dejarme en paz continuar con mi vida._Tú y yo tenemos una conversación pendiente.Se notaba que estaba calmado, creyendo que con sus estrategias de magnífico manipulador me había recuperado._Me gustaría que hablásemos._Estamos hablando ahora._Digo en persona.Yo
*Dianora *Él me observó con una sonrisa que mostraba ironía y oscuridad. _Dianora, me parece que realmente no me has conocido durante nuestro matrimonio demasiado. Yo me quedé en silencio, aquella conversación no iría bien, estaba ya bastante claro. _Yo no pienso dejar que te alejes de mí. _Pero ya te he dicho que ya no siento nada, absolutamente nada por ti y hagas lo que hagas no volveré a sentirlo. _Sí eso me ha quedado claro, pero aún tenemos algo en común, nuestro hijo. _ Dijo de manera perversa. En ese instante tuve claro que el utilizaría a Alessandro para manipularme de nuevo, si ya no podía hacerlo a través del amor, lo haría a través del que tenía hacia mi hijo, que era completamente verdadero, inmenso, bonito y eterno._ ¿ Piensas intentar obligarme a hacer algo que no quiero utilizando a Alessandro?Él respiró profundamente en aquel momento. _No permitiré que te separes de mí, volverás conmigo a Nápoles de nuevo..._Ni lo sueñes. _Dije firme apretando los dientes y
*Antonella*Lo mío con él era especial, me gustaba, él me trataba bien, era un hombre bueno, pero yo estaba dolida y confundida, y él no merecía mis dudas. Me gustaba que respetase mis tiempos, que no me culpase ni juzgase, que no me obligase a comenzar algo serio si no estaba realmente segura. Él era realmente más de lo que merecía, al menos yo lo sentía así. _Hoy entraré antes a clase... _ me besó, escuché su voz aún estando medio dormida en su cama. _He dejado la calefacción encendida, hace aún frío. Serían las siete de la mañana, el cielo ni siquiera había clareado. _Iré contigo. _Pero tú entras a las diez Antonella. Estaba tan pendiente de mí que incluso sabía algo del horario de mis clases. _Solo descansa ¿ Vale? Yo asentí y el volvió a cubirme mejor con el gran edredon. Últimamente estaba durmiendo muchísimo, y sentía que era por el embarazo y también por la tristeza mezclada con incertidumbre que había en mi interior. Ojalá el bebé no pudiese sentir lo que yo sentía
*Dianora* Después de la amenaza de Matteo esperaba lo peor, continué mi vida en Londres, como un nuevo comienzo pero con una enorme tensión, teniendo claro que aquello que estaba constuyendo podría derribarse por él en cualquier momento. Lo conocía, Matteo era inmoral, no tenía escrúpulos y haría todo lo posible para hacer de mi vida un infierno como me había prometido en nuestra última conversación. Pero extrañamente pasaron los días y luego las semanas, pensé que quizás aquello por primera vez no sería una amenaza real, que de verdad podría crear una bonnita vida con mi hijo y mi abuelita allí. Londres fue el mejor lugar donde podía haber ido. Después de pensarlo mucho llegué a darme cuenta al compararlo con Milán o Venecia, que preferíia continuar en aquella enorme ciudad repleta de posibilidades ilimitadas. Allí sentía un fresco aire de libertad en donde todo me parecía posible. Continué trabajaba online para Rose y conseguí un segundo trabajo de solo unas pocas horas a la
*Dianora * Él intentó todo para tranquilizarme, pero pasé una hora llorando en sus brazos, luego paré por fin. Abrí mis ojos, él estaba ante mí y en su rostro reflejaba bastante preocupación. _Dianora sabes que llevaré tu caso lo mejor que pueda, todo irá muy bien, te lo aseguro. _No, no es así..._ dije con total sinceridad._Matteo es muy poderoso, ha dicho que secuestré a nuestro hijo y me harán volver, una vez ponga un pie en su territorio estaré a su merced para siempre. Prefiero morir antes de volver a ser una posesión de ese hombre. _No dejaré que ocurra eso Dianora, él puede sobornar y corromper a jueces en Nápoles, pero no en el resto de Italia y menos aquí en Londres. Yo repiré profundamente. _Pediré protección para ti y tu hijo aquí por seguridad. _¿Y por qué iban a aceptar dejarme seguir viviendo aquí ? _Porque tú dirás la verdad, que él abusó de ti... _Pero... _Él te maltrató. _Pero no me pegó solo... _Oh vamos Dianora, está bastante claro... el maltrato
*Dianora * Aquel fin de semana lo pasamos más dentro de la habitación de hotel, haciendo el amor, que visitando los principales puntos turísticos de la ciudad como hubiese sido lo normal. _Oh Dianora, Dios como voy a echarte de menos. Estaba sobre él moviéndome intensamente, ambos completamente desnudos, sobre el colchón, y la habitación llena de nuestras respiraciones aceleradas y el vapor de una calefacción al máximo para que el frío externo no se sintiese en absoluto. Gemí entonces y él lo hizo seguidamente después de mí nada más escucharme, estaba apunto de desvanecerme y él conmigo, así de esa manera, teniendo el control, aunque él intentaba quitármelo al poner sus manos fuertes sobre mis caderas y moverme como también deseaba. _Te amo... _ dijo echando la cabeza hacia atrás y aceleré mis movimientos, llegando prácticamente a las puertas del cielo justo al mismo tiempo que él, pero sin contestar a lo que me había dicho con honestidad. Él sabía que lo que sentía o eso pa
*Matteo *_¿ Quién es él?Adriano había puesto fotografías sobre la mesa de mi despacho, yo estaba allí encerrado ocupado con alguunas gestiones monetarias habituales cuando apareció sin previo aviso. Me entregó un sobre y en él había varias fotos de Dianora, como siempre bellísima, con un tipo bien vestido y atractivo, practicamente de mi misma edad. _Su abogado. _Oh ¿ De verdad? _Pregunté riéndome con sarcasmo, descubrir aquello acababa de sacarme de mis casillas totalmente.Después de mi encuentro con Dianora en Londres, de mi fallido intento de convencerla para no divorciarse de mí, envíe a hombres míos, entre ellos no estaba Adriano, que se quedó en Nápoles, pero él como siempre estaba al tanto de la operación. Quería saber cómo era su nueva vida y si se veía con alguien. _¿ Y pasea con él por la ciudad y va a cenar con él? Deben estar realmente muy unidos._Sí._ Dijo cortante. _Los vieron cogidos de mano, besándose, está claro que tienen una relación. Yo apreté la mandíbula,
*Dianora *La noticia de la quema de mi propiedad familiar corrió como la pólvora en Nápoles. Matteo estaba tan tremendamente enfadado y repleto de rabia, que no había sido capaz una vez más de controlar sus impulsos con tal de "castigarme" o hacerme daño a través de sus actos. Pero afortunadamente, su descontrol e ira hizo que el proceso legal se posicionase de mi parte, estuvo claro que él fue quien estaba detrás del ataque a mi casa, por lo que el caso sería llevado finalmente por jueces del norte, que detuvieron que tuviese que volver a Nápoles, incluso a territorio italiano por plena seguridad. _Vieron que claramente estarías en peligro si pisases Nápoles ... o cualquier ciudad de Italia. _Me dijo Stefano al llamarme a primera hora al recibir esa información tan positiva. _Eso hará que se enfade más aún._Ese es su jodido problema. _Aún me siento realmente aliviada de que no esté obligada a volver con mi hijo a Italia, y menos aún a Nápoles. _Ya puedes respirar Dianora. _¿ N