Alex la invitó a pasar, pero Elizabeth se negó a entrar porque si lo hacía sentía que podría perder el valor que sentía en ese momento, ella esperó en la puerta mientras Alex fue a su despacho y tomó dinero de su caja fuerte, la mujer de Alex no sé movió de la puerta ni un segundo, ella presentía que esa chiquilla era más que una clienta para su esposo, lo podía notar en su mirada y en la manera que se ponía cuando Elizabeth lo miraba directamente a los ojos. Elizabeth no conocía de hoteles ni de nada, ella era como un niño aprendiendo a caminar por primera vez, pero se arriesgó y cerca de la casa de Alex encontró un hotel que no se veía mal, estaba limpio, rentó una habitación por dos días y salió a buscar una tienda ya había decidido quitarse todos esos trapos horrorosos ya era momento de mostrarle a sus enemigos que ella es más fuerte de lo que ellos se imaginan. A pesar de que la traición de Alex le dolió mucho, más le dolió el abuso de Edward y estaba tan empeñada en cobrar
Narra Edward. Aun no comprendo cómo Elizabeth se marchó de la empresa, yo tenía entendido que ella les tenía miedo a las personas y no podía salir a la calle, por eso me descuidé con ella, pero resulta que al parecer ella no estaba tan enferma, la he buscado por toda la ciudad y nadie puede dar con su paradero. Estoy preocupado de que le pase algo o que ella trate de quitarse la vida como ya lo intentó en el helicóptero. Hoy no he ido a mi empresa, no tengo ánimos de nada y para colmo mi padre me ha llamado y me dijo que está muy molesto conmigo, al parecer Elizabeth le informó a mi hermana de todo el daño que le hice, también mi nana no me quiere hablar todos mis empleados me miran con temor y a la vez con odio. Sé que me he comportado como una bestia con Elizabeth, pero me arrepiento de todo, ahora siento que la amo más de lo que creí, ese día que abusé de ella me dejé cegar por los celos que sentí al escucharla decirle a Alex que ella lo ama, sentí rabia y mucho coraje de que es
Narrador. Gregory estaba en Italia y su amigo Dante, quien es su mano derecha en sus negocios, lo llamó explicándole el escándalo en el cual se vio envuelta su prometida. Esto a Gregory no le cogió por sorpresa, él sabía que Paulina se acostaba con un hombre diferente cada noche, al igual que él se acostaba con una mujer diferente cada vez que tenía la oportunidad y eso a él no le afectaba porque su compromiso es solo un negocio hecho por sus padres los dos jefes de la mafia italiana. Paulina siempre trató de que la relación entre ellos dos fuera más que un simple acuerdo de negocio, pero Gregory no es hombre de una sola mujer, no le gusta sentirse atado a nadie, para él las mujeres son como muñecas de placeres que después que las usas la guarda hasta que la vuelve a necesitar, de esa misma manera usaba a su prometida y a varias mujeres más que tenía. Pero odia verse relacionado en escándalos y chismes, siempre le dijo a Paulina que fuera discreta cuando tuviera sus aventuras amoro
Narra Edward. —Eso quieres— le dije arrodillándome a su lado— Aquí estoy qué más quieres que haga para que vuelvas conmigo— Le dije aún de rodillas. —No pierda tu tiempo, yo nunca me fijaría en una cosa como tú—Me dijo las mismas palabras que yo le decía. —Eres cruel— Le dije tratando de acariciar sus pies, pero lo alejó de mí. —Aprendí del mejor— Me dijo, sonando fría. —Yo sé que fui un desalmado, pero quiero demostrarte que por ti estoy dispuesto a cambiar, yo te amo Elizabeth— Sentía mucha tristeza al ver que ya no quedaba nada de la niña inocente que conocí, la niña que temblaba la primera vez que toqué sus manos. —No tengo tiempo para escuchar tantas pendejadas y cursilerías—Me dijo poniéndose de pies. —Te has vuelto una mujer fría, calculadora y sobre todo avariciosa— Le dije mirando sus ojos para ver si reaccionaba a mis palabras, pero solo siguió sonriendo sin molestarse en mirarme. —Muchas gracias, maestro, sus palabras son halagos para mí, eso significa que aprendí mu
Narra Gregory. Que hermoso gemido, quiero seguir siendo el dueño de muchos gemidos parecidos a ese que me acabas de regalar, pero eso no evitará que te castigué —le dije excitado y desesperado por estar dentro de ella. No la dejé, responderme porque llegó Dante junto a Ismael, unos de mis empleados llegaron en una camioneta cargando la escalera que les pedí. —Amigo cuál es la nueva locura que tienes en mente — me preguntó Dante sonriendo al ver la escalera. —Quiero darle una lección a Elizabeth — le dije tomando la escalera. —Piénsalo mejor, Gregory no sabes si su esposo está dentro de esa casa con ella y yo sé que tú no entrarás a su casa a darle una lección de cómo comportarse, los dos sabemos que esa mujer te gusta mucho — me aconseja Dante sabiendo que Elizabeth está haciendo que por primera vez en mi vida actúe impulsivamente. —Hoy entraré a esa casa, sea como sea, esté o no esté el tal Edward O'Higgins, Elizabeth me gusta y cuando algo me gusta lo consigo y esa mujer
Narrador. Edward sonrió al ver a Elizabeth preocupada por él y miró a Gregory, quien tenía los puños cerrados y la mandíbula tensa. Elizabeth le pidió a Edward que se sentara en el sofá en la sala de estar mientras ella buscaba el botiquín de primeros auxilios, Gregory la siguió furioso y la acorraló en el pasillo que está antes de llegar a su habitación. —Irás ahora mismo y le dirás a ese tipo qué se vaya de aquí — le exigió Gregory furioso a Elizabeth. —Tú no eres nadie para exigirme que le diga a mi esposo que se vaya de mi casa, el que debería de irse, eres tú, porque yo ni te conozco y también me tiene que explicar quién le dio permiso de quedarse en mi casa— le respondió Elizabeth alterada. —No soy nadie y anoche, estabas dispuesta hacer el amor conmigo— le dijo Gregory acercándola más a él y rozando sus labios con lo de Elizabeth, quien se preguntaba cómo era que esté hombre, despertaba emociones que solo esperó tener algún día con Alex, Edward apareció en el pasillo mi
Narra Elizabeth. —Yo - yo te dije que tenemos que hablar verdad —los nervios me tenían sudando frío —pues verás Meli, tu hermano vino anoche y yo estaba muy tomada y… —Queee — gritó Melissa sin dejar que le terminara de explicar—no me digas, eres una más de su lista Elizabeth, te dije que mi hermano no es una buena persona, te hará daño aléjate de él, al lado de mi familia solo hay muerte y mucho dolor, yo te quiero demasiado, no quiero que nada malo te pase y créeme cuando te digo que mi hermano no es bueno para ti —terminó de decir con los ojos aguados y yo me quedé como quien dice wow. —Melissa eres muy dramática y dedujiste tu sola que me acosté con tu hermano que ya sería tu cuñada que iré a Italia a pedir la mano de tu hermano en matrimonio, eres una cabeza hueca, obvio que no me acosté con tu hermano, no soy una más en su lista solo que anoche estaba tan ebria que no pude —sacarlo a escobazos de aquí y resulta que me quedé dormida en medio de una discusión con él, bueno má
Narra Elizabeth. Estaba sentada en mi escritorio firmando varios documentos y analizando un proyecto para una fundación que quiero crear para chicas con traumas psicológicos para ayudarles a superarlos gratuitamente, también quiero ayudar a mujeres que son maltratadas por sus esposos y no tienen el apoyo de nadie para poder salir adelante sin tener que aguantar maltrato. Hay mujeres que por no tener una mano amiga quien la ayude a salir de bajo del yugo de su Verdugo siguen aguantando golpes, por qué no tiene un techo para vivir o como sustentarse y se quedan aguantando hasta que las matan y con mi fundación evitaré que miles de mujeres sean víctimas de maltrato. Sonó mi móvil y a la vez la línea directa de la empresa, pero no sé por qué sentí más emoción al responder la llamada entrante en mi móvil. —Por qué me llamas tanto — le dije a Gregory jugando con el lapicero que tengo entre los dedos. —Me gustas tanto que no puedo dejar de pensar en ti — al escucharlo pongo los ojos