Mis bellas, aquí dejo el segundo capítulo del día y nos vemos mañana. Un abrazo y gracias.
Me remuevo en la cama al sentir los besos de Milly sobre mi espalda. —Buenos días —me saluda. —Necesito más besos para despertar —gruño y se acomoda sobre mis piernas, masajea mis hombros y después deja algunos besos. Me doy la vuelta para quedar sobre ella haciéndola reír al tumbarla. —Mi indecencia te da los buenos días —digo presionando mi erección en su centro. —Mmm —murmura—. Siempre me ha gustado tu manera de dar los buenos días —se ríe mientras levanto su blusa para entretenerme en sus senos. Dejo algunos besos sobre su abdomen y bajo su pijama con la ropa interior, abro sus piernas colocándolas sobre mis hombros y empiezo a saborearla, su deliciosa humedad incrementa cuando lengüeteo su clítoris, chupo y paso mi lengua por su hendidura logrando que se remueva inquieta buscando su alivio. La miro y se está cubriendo la boca, continúo disfrutándola y no tarda en explotar logrando que su cuerpo entero parezca vibrar, arquea su espalda y me concentro en su clítoris para p
La puerta se abre de nuevo, Milly y Arya se detienen abruptamente y nos miran con curiosidad. —Pero ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué tienen esas caras? —indaga Arya y se acerca a Enzo, que de inmediato la abraza y deposita un beso en su frente. —¿Tengo que preocuparme? —cuestiona Milly, me acerco para tomarla de la mano y le doy un beso en la mejilla. —Le comentaba a Nathan, que quiero darles como regalo de bodas una casa en Miami —explica Enzo. —Por supuesto que no —responde Milly con seguridad y todos nos reímos. —Lo que dije, son igual de tercos —asevera Enzo. —Nathan y yo podemos comprar perfectamente nuestra casa, los dos trabajamos. Asiento, aunque en realidad pensaba comprarla yo, pero eso lo hablaremos nosotros en su momento y estoy seguro que llegaremos a un acuerdo. —¿Entonces qué les voy a regalar? —cuestiona Enzo. —Lo que se regala en las bodas, cosas para la casa, no una casa —contesta Milly. —Bueno, yo no quiero regalar una casa, solo quiero pagar la boda —i
Le hago una seña a Hammer y de inmediato me indica que pedirá apoyo. —¡No te atrevas a ponerle un dedo encima! —grito furioso. —Es tan hermosa, incluso me caía bien, hasta que se metió dónde nadie la llamaba —resopla—. Pero no te preocupes, no le haré nada, por ahora —advierte—. En mi caso, las prefiero maduras, aunque, podemos llegar a un acuerdo si no quieres que me la lleve, tengo amigos a los que les gustan jovencitas. Hammer se acerca y presiono el botón para silenciar la llamada. —Jang las está buscando —me explica—. En unos minutos tendremos su ubicación. —¿Qué quieres? —espeto regresando a la llamada. —La libertad de Iván, a cambio de regresar a tu novia, con vida. —Dime dónde estás, y hablamos. —No lo sé, no confió en ti —dice—. Eres impredecible y no me gustan las sorpresas —finaliza y cuelga la llamada. —¡Imbécil! —exclamo furioso. —Está aquí —me señala Hammer su mapa en el teléfono, es una boutique. Avanzamos de prisa y entramos revisando el lugar—. El apoy
Yurem entra de nuevo a los vestidores y me hace una señal para indicarme que Hammer por fin está listo. Pasan unos minutos y llega el disparo, Sheel se desploma quedando recargado en la pared. Sin importarme nada más, me apresuro a tomar a Milly en los brazos y al salir de los vestidores, ya nos esperan los paramédicos. Lo coloco sobre la camilla y los sigo para subir a la ambulancia. De inmediato revisan sus signos vitales que por suerte están estables. Llegamos al hospital y se la llevan dejándome en la sala de espera. La recepcionista me pide que llene algunos documentos, termino y se los entrego. —¿Ya puedo entrar a verla? —le pregunto. —No, señor, todavía la están revisando. Los minutos me parecen eternos mientras doy vueltas desesperado por la sala de espera. —Nathan —entra Dania acompañada de Bartice—. ¿Cómo está Milly? —No lo sé, aún no me dicen nada —bufo. —Hammer se está haciendo cargo de todo, Sheel no murió, pero está grave —me informa. —¿Qué pasó con Iván?
Al llegar, me sorprendo al encontrar a todo mi equipo ahí, con la habitación llena de flores y algunos peluches. Milly está sonriendo mientras conversa con ellos. —Hola, chicos —saludo. —Ahora si pareces una persona decente —se burla Dania y me acerco a besar a Milly. —A mi pastelito le gusta cuando soy indecente —digo divertido y ella se carcajea, pero se cubre la cara avergonzada—. ¿Cómo te sientes? —Mejor, ya comí, aunque sigo con un poco de mareos. —El doctor dijo que es normal —me explica Cane. Le entrego la llave del apartamento de Milly. —Vayan a descansar Cane —sugiero—, yo me quedaré con ella está noche. —Lo haremos, estoy tranquilo al ver a mi pequeña mejor —asegura. —¿Si quieren pueden llevarse mi coche? —No es necesario, gracias, alquilamos uno al llegar —responde. Él e Irina se despiden de todos y se van. Al cabo de unas horas los chicos también se despiden. —Ven aquí —me pide Milly señalando su cama. —No quiero incomodarte. —No lo harás —asevera y m
Durante el trayecto recibo una llamada de Chloe, en la que me notifica que hay una denuncia en contra de MacDowell, al parecer utilizaba métodos no tradicionales para lograr que sus clientes salieran bajo fianza y por lo que me explica, no tardará en acompañarlos en la cárcel. —Ese tipo es un asco —resopla Milly cuando cuelgo la llamada. —Espero que pague por sus delitos cuanto antes —gruño—. Defendía a las peores lacras y ahora estará acompañándolas. Llegamos a las oficinas y al entrar, todos nos están esperando, algo que realmente nos sorprende porque nunca llegan tan temprano. —¿Pasa algo? —les pregunto preocupado. —Queremos adelantarles su regalo de bodas —responde Dania entregándome un sobre. Lo abro y es un itinerario para un viaje a un chalet en Arkansas. —¿La luna de miel? —indaga Milly sonriendo. —Sí —responden todos al unísono. —No tenían porqué molestarse —les digo—. Lo de la apuesta era una broma. —No fue por la apuesta, queríamos darles algo especial —agreg
Afortunadamente llegó el día tan esperado, hoy por fin es nuestra boda. Han sido algunos días de muchos preparativos, convivencias, anécdotas y sobre todo de disfrutar a toda la familia. El resto de nuestros invitados llegaron ayer muy temprano, Dania parecía un poco abrumada al conocer a Enzo personalmente, creo que obtuvo un buen regaño de Bartice para que dejara de observarlo. Parece que Azari y Mirta, la hija mayor de Benji, se hicieron buenas amigas y estuvieron dando paseos por todo el rancho con los pequeños. Todos estamos sorprendidos con la invitada de Jang, Mayelín, ya que se ven muy enamorados. La chica es igual de tímida que él, incluso usan el mismo tipo de gafas, es pequeña, menuda, cabello negro muy corto y es muy agradable, y lo mejor, él se ve muy feliz. Anoche tuvimos algunas diferencias a la hora de ir a dormir, ya que la mayoría de las mujeres insistían en que Milly y yo, teníamos que dormir en diferentes habitaciones, a pesar de sus esfuerzos, no lograron conve
*La historia corta de esta parejita, la encuentran al final de esta historia*Johan…Han pasado algunos meses desde la boda de Nathan, no puedo negar que soy feliz con Mitchell, es una mujer increíble y adoro a Ian, pero, estoy ansioso por formar una familia, quiero casarme y que tengamos nuestro propio hogar. Lo malo, es que cada vez que hablo con ella de ese tema, hace lo posible por cambiar la conversación y eso me desanima. Mi teléfono suena y me sorprendo al ver una llamada de mi hermana. —Hola, hermanita, ¿cómo estás?—Hola, Johan, tenía tiempo sin saber de ti y me tenías preocupada. —Estoy bien, sigo en el rancho con Mitchell —le informo, cuando decidimos darnos una oportunidad la llamé para darle la noticia.—¿Cuándo piensan casarse? —me interroga—, quiero asistir a la boda de mi único hermano. —Lo primero que necesitamos, es que ella acepte y la verdad no la noto muy convencida. —¿Por qué? —indaga. —No lo sé, me demuestra que me quiere, pero tocar el tema de la boda la p