Los viajes incómodos en los autos son de lo peor. El ejemplo perfecto es este viaje con Leonel hacia mi doctor. Para agravar la situación que esté prácticamente ciega no me ayuda para nada. Es terrible, estar en la oscuridad. Como complemento perfecto, no recuerdo las dimensiones del auto de mi papá
—Pero si casi los teníamos. ¿Qué pasó? ¿Cómo los pudimos perder? — menciono desalentada.—Contrarrestaron la oferta, no sólo el seguro médico, sino que consiguieron un apartamento barato afuera de la ciudad y se lo dieron — explica Peter.—No pudimos superar eso, no sin ti — asegura Fiona.—¿Por qué
—¡Casi se desmaya en la puerta, creímos que le daría un infarto! — exclama súper nerviosa la misma mujer que escuché en la llamada.Jesús le ve en un regaño a ella, a la que esta no presta atención. Con el resultado dado, los vecinos van abandonando la casa, Luisa aprovecha para contar la historia d
Yo fui en su momento una niña traviesa, después una adolescente problemática a la que le encantaba meterse donde no la llamaban. A continuación, soy una adulta, a la que parece que los problemas le siguen solitos. La confesión de Jesús me ha dejado en shock, en un completo shock.Aunque después, la
—¡Sara! ¿Cómo estás? Loren me contó de tu accidente… fue terrible. ¿Por qué no nos habías contado antes? — dice ella.Oh bien. Lorenzo se enteró de mi accidente, y fue a decírselo a ella. Se siente bien, ridículamente bien.—Estaba descansando y con prohibición de pantallas… — respondo forzando una
Narrado por Emma Bianchi De niña soñaba con que mi primer amor sería el único amor que tendría en mi vida. Anhelante esperé que viniese a mí, pero nunca me fue demasiado bien en ese departamento. Adoraba en ese entonces a mi padre, en mi visión él era perfecto, un hombre que trabajaba sin descanso
Tampoco fue él, cuando me llevó a un ginecólogo amigo de él esa noche. Hizo que me revisara, con él presente, quería él mismo ver el monitor con mi útero vacío. Habló de un aborto esa misma noche, un aborto que no tenía sentido porque… Jesús y yo nunca lo habíamos hecho sin protección. Él me cuidaba
En lugar de olvidarme de él, más y más exploré para darme cuenta que algo malo había pasado con Jesús. Lo pude comprobar al localizar donde vivía, seguía viviendo en la misma casa de siempre de su mamá. Esa casita que él me dijo no le gustaba para su madre, y soñaba con comprarle una más grande. Fui