Sudores fríos, respiraciones entrecortadas, una palidez mortal, hermoso rostro demacrado y permanentemente marcado por el sufrimiento, Jacobo sostenía la delicada mano de la mujer a la que amaba, mirarla sufrir era una horrida agonía propia, eran compañeros, un vínculo más allá del pobre entendimiento humano los uniría para siempre, el dolor de su hembra era suyo, no importaba que fuese una loba de sangre pura, no importaba que estuviese prometida a otro, no importaba que su legado incestuoso la forzara a pertenecer a su gemelo, él la amaba, la había amado siempre, desde aquel primer momento en que la vio por vez primera cuando solo eran unos niños, no podía dejarla así, sufriendo por causas que ni siquiera eran su culpa, Arlen la estaba torturando, enloqueciendo sus sentidos, confundiendo su alma y retorciendo su corazón, y el, completamente frustrado, deseaba entrar en medio de sus su
Una sonrisa retorcida se dibujo en su rostro, un fuego infernal y abrazador se reflejo en sus ojos violáceos, acababa de ocurrir, lo habían separado una vez mas de su hermana gemela, esta vez, arrebatándole lo único que tenia para seguir teniendo un cierto control sobre ella, sus sueños, aquellos donde la tomaba una y otra vez, donde, sin descanso, la hacía suya, el único lugar donde nadie podría interponerse, no tenia idea de donde se encontraban Arlina y el heredero Artigas, tan solo sabia que era un lugar demasiado lejano, y, al parecer, no habían ido a donde sea que fuese que estaban por mera casualidad, había alguien más, alguien poderoso, pudo sentir aquella abrumadora presencia de naturaleza similar a la suya y al mismo tiempo muy distinta, durante algunos breves instantes antes de ser violentamente expulsado de la mente de su gemela, sea quien sea que los estuviese ayudando, no era un cualquiera, er
Desde tiempos antiguos se han narrado historias...viejas leyendas, que hablan de seres sobrenaturales qué rondan los viejos bosques...seres qué entre aullidos le cantan a la Luna...un pueblo pequeño con gente pequeña, temerosa, donde el rico somete al pobre y los hermanos son separados para cumplir intereses de otros...donde la gente le teme a las bestias de la luna y a los gemelos qué nacen en medio de su luz...Cuenta la leyenda, sobre la existencia de seres mitad hombre, mitad lobo, que entre aullidos le cantaban a la luna, seres sobrenaturales que poseían una fuerza extraordinaria que usaban su poder para someter a los humanos, llenando de terror a las personas que incesantemente buscaban calmar la ira de las bestias, sin embargo, se decía que la luna, en un acto de misericordia a la humanidad, había creado dos seres que portaban su belleza y compasión, hijos de la luna de cabellos y piel tan blan
Aquella presencia se sentía imponente, intimidante, incluso, aterradora, la belleza de ese ser frente a ella, no tenia igual con nada que hubiese visto antes, piel pálida como el mármol pulido, ojos de oro fundido que parecían llamear en el fuego del averno, y, al mismo tiempo, parecían demasiado gentiles, cabello negro, largo hasta los hombres, oscuro como la noche misma, facciones pulcras, aristocráticas, demasiado hermosas para ser reales, parecía una genuina obra de arte hecha por manos angelicales, un hombre demasiado hermoso, demasiado irreal, y que, aun así, estaba de pie frente a ella, mirándolos a ambos con un aire de extraña gentileza.– Veo que ha funcionado bien, se ve usted muy respuesta, señorita Arlina, es un placer para su humilde servidor conocer a una sangre pura como usted, soy el Conde Vasile de Bourgh – dijo aquel hombre besando amablemente y con educación su m
Nuevamente llegaba hasta el un nuevo día, uno mas lejos de Arlina, había perdido su conexión con ella, pero, aun en medio de los intentos desesperados de Jacobo Artigas, no podría evitar que, al final, la propia Arlina vendría a el por propia voluntad, ese era su destino.Levantándose completamente desnudo de la cama, observo a la loba de hermosa piel canela besada por el sol que dormía a su lado, aquella mujer solo servía para saciar sus bajos instintos en la ausencia de su hermana, una vez que la recuperase no tenia idea de lo que haría con ella, aunque, era demasiado hermosa para dejarle marchar, quizás, la seguiría conservando como una concubina, mirando la marca que dejo sobre ella, sonrió para si mismo, era el mas poderoso de los lobos, y nadie podría hacerle frente.Totalmente vestido, salió a buscar alimentos para el y la mujer lobo que había tomado, de nuev
El amor, es un sentimiento efímero, como el tiempo, distorsionado según sea quien lo perciba, es como la parábola del gato y el ratón, para el ser humano un gato es tan solo un gato, para el ratón, el gato es un monstruo, Arlina era amada por tres hombres, sin embargo, solo aceptaba el amor de uno solo de ellos…para ellas, los otros dos eran como ese gato y ella, era el ratón.La singularidad del tiempo es curiosa, y es que, el tiempo, es efímero, en un instante, se marchita, Alexandre O´Neill observaba el panorama de aquellas montañas boscosas, los montes Pirineos eran bastante grandes, bastante bastos, los humanos comunes no tenían ni idea de quien o que se ocultaba dentro de aquella hermosa espesura verde e imponente, sin embargo, el sí lo sabía, y por ello se encontraba allí.Bajando del lujoso vehículo que había conducido hasta allí,
El aroma del perfume de lavanda penetraba cada espacio de aquella habitación, la cabellera plateada se la había peinado elegantemente hacia atrás, se había vestido en su traje mas fino, era un día especial, acudiría a visitar a algunos viejos colegas de sus padres, faltaban solo algunos días para que comenzara la luna de sangre y necesitaba tener todo listo, el tintineo de la cadena de plata resonó en el silencio de aquel lujoso cuarto de hotel, por supuesto, pocos lo sabían, pero los Levana eran bastos, aquel hotel donde permanecía en Arties era de su familia y los humanos que lo cuidaban no lo eran en realidad, dos familiares, iguales a Ayla, pero con apariencia humana, se habían encargado de cuidar todo el patrimonio de su familia, y por ello, no estaba en desamparo para sobrevivir en el mundo de los hombres, había colocado aquella cadena gruesa y fina en aquel collar de oro blanco y diamantes, el
El clima de Rumania era un tanto diferente al de España, no cabía duda de ellos, podría juzgar incluso, que era más agradable, el olor a magia, a misticismo, se dejaba sentir casi en cada rincón y recoveco, habían llegado hasta allí en un vuelo de primera clase, su tío, el rechazado de la familia, aun a pesar de ello era un hombre acaudalado, aunque, a juzgar por la emoción tan evidente que lo había embargado en el momento en que subieron al avión, era notable que era verdad aquel rumor de tener literalmente siglos sin salir al mundo exterior fuera de su mansión en medio del bosque, aun así, Hernán parecía estar bastante actualizado, no le extrañaba, era un hombre culto, aunque por supuesto, su demasiado refinado vocabulario lo dejaba ver como un hombre de hace siglos, irónicamente, eso era verdad.– Gracias delicada doncella, me complace en demas&iacut
La tensión e incomodidad eran palpables, cientos de ojos que centellaban entre variedad de colores y tonalidades rojizas, los miraban escudriñando sin perder detalle, era demasiado incomodo estar rodeado de niños vampiro que olisqueaban aquí y allá, era aun mas molesto entender que todos ellos eran básicamente niños que ya habían muerto, no tenían aroma alguno sobre ellos, era como si fuesen nada desvanecidos en nada, aquello era doloroso, siempre le habían gustado los niños, su mayor deseo era tener a muchos de ellos con Arlina, y ver a estos infantes transformados en seres de la noche que existirían eternamente alimentándose de la sangre humana, era desgarrador, muchos de aquellos que lo miraban con la curiosidad infantil típica de un pequeño, no rebasaban más allá de los cuatro años, pero, según lo que su tío le había narrado, el pr&ia