Un amor prohibido para el millonario Gael Georgiou
Un amor prohibido para el millonario Gael Georgiou
Por: Luna Carmesí
Capítulo 1

 

El salón de fiesta estaba a media luz, el evento denotaba romanticismo en cada detalle de la organización, y allí, en medio de aquel ambiente de brindis y formalidades se encontraba el heredero Gael Georgiou, dispuesto a comprometerse con Anabella Bianchi.

Su mirada parecía ser misteriosa y su ronca e impetuosa voz llamaba la atención de todos cuando éste se mostraba atento a sus intereses.

No obstante, su más fiel servidor, un hombre de casi cincuenta años siendo su asistente, procuraba convencerlo de tomarse un tiempo que le permita conocer más de cerca a la que sería su esposa.

__En este siglo es muy difícil que se lleve a cabo matrimonios arreglados, si algo he aprendido es que el amor es necesario, señor, y con él también los demás valores, por ejemplo el respeto...

__¿Amor, dices Fabrizio? -el heredero se acercó mucho a su asistente y espetó- No es necesario condenarse amando a nadie, es mejor ser libre siendo amado. La gente es extraña Fabrizio, es mejor ser amado que amar.

__Es usted muy elocuente, me disculpa señor....y terco

__¡Si soy terco Fabrizio, y por supuesto que quiero priorizar en las exigencias de mi abuelo! – espetó con seguridad el heredero Gael Georgiou-  ¡Si algo tengo claro es que, debo cumplir con  lo que me corresponde en su debido momento. ¿Por qué quieres que desista en mis decisiones?!

__Señor, como su asistente solo me permito hacerle la salvedad que, para casarse hacen faltas otras cosas, sus decisiones claro está que, son muy válidas, el señor Augusto está feliz de que usted se haya decidido al fin por la señorita Bianchi.

__¡No volverás a tocar este tema Fabrizio, es una orden! - espetó con seguridad el millonario- bien sabes que no me gusta que me cuestionen, ni aún tratándose de mi abuelo.

__¡Sí señor - se mostró avergonzado el asistente del heredero - disculpe mi atrevimiento.

Gael Georgiou   tenia una urgencia y había dispuesto todo para casarse con la presumida hija de los Bianchi, su compromiso se estableció tras algunas exigencias que de manera clara puso el el heredero para proteger su herencia y la lealtad que se tenía así mismo.

Estaba apresurado en tener a su heredero por una cláusula en el testamento del abuelo; el señor Augusto Georgiou, así que no quiso esperar mucho tiempo para el compromiso nupcial y mucho menos para la misma boda civil.

Su frialdad a la hora de escoger esposa fue algo que compartió con su abuelo, quien de manera objetiva le dió a escoger a Anabella Bianchi creyéndola digna para su nieto, dado a que en su testamento una cláusula obligaba a Gael Georgiou darle a conocer su descendencia en vida.

Para el heredero Gael Georgiou no fue un sacrificio, ella era una mujer muy hermosa, además que, él confiaba en su abuelo para elegir  a su futura esposa, y aunque el heredero no veía en ella a la mujer que lo acompañaría en su vida, sus decisiones eran irrevocables.

Algo no estaba bien, y era que el compromiso era un asunto de intereses por parte del millonario, quería cumplir a como de lugar, la voluntad de su abuelo y ésto el señor Bianchi lo sabía, y aunque decía que su hija merecía un matrimonio por todo lo alto, se vió tentado a aceptar por complacer a su hija, que tenía el sueño desde muy niña de convertirse en su esposa.

__Señor Augusto Georgiou –dijo mientras se acercaba el padre de la feliz novia- es un honor unir a nuestras familias, además que su nieto es la felicidad de mi hija, cómo le he dicho en repetidas ocasiones, él ha sido su único amor de toda la vida, y el hecho que se haya interesado en ella, nos da alegría.

__La boda será de inmediato  – interrumpió el anciano -  Gael conoce lo establecido en mi testamento, quiero asegurarme que después de muerto, realmente la dinastía de mi familia siga teniendo historia en las próximas generaciones.

__Así será – aseguró el señor Bianchi resaltando sus expresiones de felicidad– además que, su nieto ha sabido escoger esposa, mi hija es una chica criada  con los mejores modales, además fue educada  en las mejores escuelas y en nuestro hogar ha recibido auténticos y necesarios valores.

__Estoy seguro que sí – dijo complacido el anciano – no puede ser de otra manera, sin embargo quiero asegurarle que mi nieto no es una pieza fácil, los negocios los ha visto como prioridad desde muy joven, pero él tiene claro las bases que manejamos en nuestra familia que convenientemente hace relación con la suya, quiero que mi apellido tenga sucesor, y es por eso que exijo al heredero descendencia antes de yo partir de este mundo.

__Lo entiendo perfectamente, el varón es quien alarga la descendencia y la supervivencia del apellido, eso lo sé, por fortuna Amaranta logró darme un hijo, el varón de los Bianchi, quien llevará mis negocios y mi apellido con honor.

El señor Augusto Georgiou manifestó su complacencia con un realce a su altivo carácter y ambos se dieron las manos como si cerrarán un trato.

Después de sonar en un brindis las copas en medio de mucha alegría y risas en los Bianchi, y dando las palabras más sentidas de compromiso por el millonario, entró casi corriendo Irina Williams, la hermanastra de Anabella, interrumpiendo los intereses del abuelo, al ser percibida por el mismo Gael Georgiou.

La mirada del heredero  fue directa hacia la chica, detalló en ella las ganas de descubrir cosas nuevas, pero todo se desvaneció cuando Irina miró de frente a Lorenzo Bianchi y a su madre.

La chica cambió de inmediato su semblante, se mostró repentinamente más asustadiza e incomodó aún más a Amaranta.

Gael Georgiou notó en la mirada de la chica, la angelical y tierna sumisión, en sus manos percibió un intenso nerviosismo,  y  su blanca piel tras su oscura cabellera, despertó en él una total necesidad de observarla con frenesí hasta el punto de desear conocerla.

__¡¿Qué haces en mi fiesta chica gris?! -dijo bajando sutilmente la voz Anabella Bianchi al tomarla por el brazo, tras haber caminado hacia ella, y obstaculizar su paso- ¡¿Acaso mis padres no te prohibieron que vinieras?! ¡Es mi fiesta y tú no eres bien recibida! ¡¿Por qué no entiendes?!

__Solo... quería ver...nunca he estado en un lugar tan bonito.... Anabella, solo....quiero estar en la fiesta.

__¡Vete, eres una envidiosa de lo peor...no quiero que lo dañes todo.

__No, Anabella....yo no lo haré - Irina Williams bajó repentinamente el rostro al ver al señor Bianchi enojado.

...

__¿Quién es ella? – preguntó el heredero acercándose  a su más fiel servidor.

__La hermanastra de su prometida señor, procure no mirarla con tanta insistencia, su futura esposa no se sentirá cómoda.

__Pistoladas – espetó el millonario -  aún no me he casado y ya anda dando problemas el tema de la fidelidad – sonrió  hermético.

__Para los Bianchi es un compromiso irrompible, desde ahora así lo ven mi señor, es cuestión de honor, Irina Williams es totalmente prohibida para usted, además... no cumple con los estatutos sociales que exige su abuelo, el señor Augusto Georgiou es muy exigente.

Gael Georgiou sonrió con inesperada malicia mientras puso la copa y volviendo la altiva mirada a su asistente, espetó.

__Nada es imposible para mí, bien lo sabes, si no puedo bajar el sol, me lo invento…pero ese pequeño lucero será sólo mío, alumbrará mi cama si así lo deseo...y creo que es muy tentador Fabrizio...

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