Al verla desaparecer Stefano se apretó el puente de la nariz y pasó ambas manos por su cara y su pelo. No sabía en qué momento se había olvidado que ella podía ser una magnifica contrincante, una adversaria inteligente y la única mujer que jamás había logrado impresionar con nada. No quería pelear contra ella. No quería que ella lo odiara. Cosa que seguramente estaba haciendo en ese momento. Él debía respetar su personalidad, su independencia, el que ella no se sujetara a nada ni a nadie, que no se considerara pertenencia de él. Por mucho que lo enfureciera todo eso, la verdad es que él la amaba por todo lo que era. Fue al comedor donde fue informado que Jackie había dicho que no cenaría esa noche. Él tampoco estaba de humor para comer. Subió las escaleras de dos en dos ansioso por verla y esperando que estuviera más tranquila. No la vio por ninguna parte. Seguro estaba en la habitación de Maddison, pero cuando no vio a ninguna de las dos, sintió una garra fría apretándole el corazón
¿Jackie? - Al escuchar la voz de Stefano sintió un alivio inmediato y se sentó en el primer sofá que vio. Sí, soy yo. Estoy en el aeropuerto, iba llamarte en cuanto pasara la aduana. Me quedé sin batería. – Y se la había pasado trabajando y combatiendo el impulso de llamarle, no quería escuchar a una Jackie enfadada, tarde se dio cuenta que estaba sin batería y usó uno de los móviles de uno de sus guardaespaldas. Podía haberla llamado desde el avión, hecho que no se le pasó por alto a ella o cargado el teléfono allí, pero no importaba, él estaba bien y eso era lo único que le interesaba. ¿Qué tal tu vuelo? ¿todo bien? – Él notó algo extraño en su voz. - ¿Allá todo está en orden? Sí. Maddie… Ella está bien, está en el jardín con Susan. No es oportuno decirlo por teléfono, pero respecto a muchas de las cosas que te dije ayer, lo lamento. – Empezó él. ¿Stefano disculpándose? Eso si era algo para no olvidar. Pienso lo mismo. Hablaremos cuando vuelvas. Te llamaré en cua
¿Te sientes muy segura verdad? ¿Crees que tus gorilas podrían conmigo si decidiera raptarte? Con mucho gusto te digo que nada podrían hacer. – Esas palabras dichas por la misma voz rasposa la pusieron pálida, en lugar de entrar a la camioneta se quedó estática logrando que los guardaespaldas la observaron preocupados. ¿Señora? – Preguntó Paolo. Ella le hizo señas con una mano indicándole que no hablara y puso el altavoz.Sí les dices una palabra, provocaré que tengan un accidente en cuanto salgan a la carretera ¿sabías que es muy fácil provocarlo y que yo pueda salir indemne? Puedo hacer que tu camioneta gire por los aires ¿Qué sería de tu pobre hija sin madre? – Jackie apretó los labios con furia contenida. Tus amenazas no hacen mella en mí, no seas idiota. ¿Ah no? pobre ilusa. ¿Quién eres y que quieres? – Exigió ella con rabia. Te quiero a ti claro ¿Qué más puedo querer? – Dijo burlonamente y ella se estremeció por sus palabras. Si crees que puedes salir limpio de esto que est
¿Por qué no me habías dicho que estaba sucediendo? – Reclamó Ally en cuanto oyó la voz de Jackie. Tú no por favor. – Imploró.Yo sí ¿tienes idea de lo preocupada que estaba cuando me lo contó Máximo?Lo imagino, pero no me regañes tú también. Lo que menos quería era causar preocupación. Seguramente Stefano le contó todo ¿no? – Y le dirigió una mirada reprobatoria al susodicho quien ya estaba vistiéndose.Lo llamó desde el avión, estaba muy preocupado Jack, realmente preocupado.Iba a decírselo, pero en cuanto él estuviera aquí.Bueno, olvidemos eso. ¿tienen idea de quien se trata?Ninguna, pero tuve una pesadilla horrible, el hombre que me seguía tenía la misma voz del que me acosa, sentí que sabía de quien se trataba... ¿Entonces, de quien se trata? - Preguntó Allyson. Sé quién es, pero al mismo tiempo no tengo la menor idea. Me lo has dejado claro. – Ironizó Ally. No te preocupes. – Dijo suspirando para esperar dar por terminado el tema. Lo cual en realidad no iba a ser tan sen
Agarró con suavidad su muñeca y la sacó de su asiento poniéndola frente a él. Sus ojos parecían tormentosos pensó ella. No hayas la hora de librarte de mí ¿verdad? No te preocupes, todo acabará más pronto de lo que quieres y volverás a tu amada vida arriesgada y libre. – Dicho eso la soltó y salió de la habitación dejándola totalmente temblorosa, confundida y deshecha. No es así. – Susurró. – No es así. Por supuesto no lo vio el resto del día, ni siquiera cuando se fue a la cena de gala de esa noche. ¿En qué rayos estaba pensando su corazón en el momento que decidió enamorarse de una mujer que no sentía nada por él? Pensaba Stefano camino al evento. Solo un corazón necio, traicionero y amante de los desafíos como era el suyo, podía ocurrírsele semejante cosa. Ella lo deseaba eso era una verdad innegable pero no pasaba nada más. No lo amaba ¿Cómo podía amarlo si pensaba dejarlo? Porque eso lo pensaba constantemente, de eso no había duda. Odiaba la inseguridad que le generaba, odi
¿Qué hora era? Tenía que ir a ver a Maddie, le gustaba estar a su lado antes de que despertara. Aunque a veces no podía hacerlo pues Stefano la retenía y luego… luego, le hacía el amor como sólo él podía hacerlo, con intensidad, con fuego y con pasión. Estiró una mano para buscarlo en la cama y no encontró nada, abrió los ojos lentamente y vio que todo estaba oscuro, sumamente oscuro. Una punzada dolorosa le taladró la sien y con un gemido de dolor se llevó la mano a la cabeza, tocó algo húmedo y pegajoso que le cubría parte del rostro. Trató de sentarse, pero se sintió mareada ¿Qué estaba pasando? Como si de un rayo se tratara, lo que su cerebro por la conmoción había bloqueado, de pronto inundó a Jackie con un torrente de información que le recordó lo que había sucedido. Un frío recorrió su columna y sintió una enorme presión en el pecho. Tranquila, tranquila. Al menos Maddie está a salvo. – Susurró para sí. Por qué su hija estaba a salvo, ¿verdad? La duda la llenó de pánico y sint
¿Ah sí? – Fue la respuesta cargada de ironía y sobre todo de furia latente.Por supuesto.Ahora me dirás que te ama.No me importa si no lo hace. Yo lo amo y eso es más que suficiente.Me temo que no querida, porque ahora al único que amaras, será a mí. – Se acercó a ella y sujetándola por el pelo la besó haciéndole daño porque ella no abría la boca, le mordió el labio logrando que sangrara. Ella escupió en cuanto la soltó ganándose una bofetada de él en respuesta.No voy a hacer lo que tú quieras. – Le dijo Jaquie mirándole con ojos brillantes de furia y levantándose de la silla.Claro que sí. – Le apuntó con el arma y Jaquie no se inmutó. – Te prefiero muerta antes de que vuelvas a ser de él. Siéntate, dispararé y lo sabes. - Jaquie se sentó sin dejar de mirarlo con la misma emoción asesina en los ojos. – Mucho mejor. – Rió él y se sentó frente a él. - ¿Quieres saber quien me ayudó en la encantadora tarea de capturarte? Jaquie recordó que habían sido dos hombres los que los habían
Jackie aparentaba beber de su copa, llevaba más de una hora allí sentada viéndolo comer como un cerdo y beber sin parar, convenientemente la tenía atada por el cuello con una soga que él controlaba con su mano. Había ráfagas de lluvia que no les daban de lleno por el resguardo de las palmeras y arbustos salvajes, todo parecía indicar que la tormenta llegaría con todo su poder en poco tiempo, había relámpagos y rayos, estar tan cerca de las palmeras le hacía pensar a Jaquie que bien podían morir todos si un rayo les daba. Escuchó pasos y Oscar levantó la cabeza abruptamente de su plato de comida.Hay demasiada gente buscándola. – Dijo William acercándose. Jamás buscarán aquí. ¿Acaso no oíste los helicópteros? Hay como un centenar de personas siguiéndonos el rastro, lo he oído en la radio. – Insistió el hombre visiblemente nervioso. - Vámonos de aquí, vamos por Allyson y nos largamos de este lugar. ¿Y como se supone que nos iremos? ¿Escalando el acantilado? – Preguntó Oscar con la vo