Cap. 5 Dave

—¿Disculpad, esperas a alguien? —levanto mi mirada, y me desconcierto al coincidir con unos ojos azules intensos que me miran fijo, le adornan sus pestañas rizadas, sus cejas y cabello negro, buen porte y físico... Me hace señas con la mano como volviéndome a preguntar, y reacciono de inmediato.

—¡Eh! No, para nada, adelante. —Él no lo piensa dos veces y acomoda su mochila a un costado de su silla mientras se sienta frente a mí. Parece que el lugar sigue lleno por lo que veo.

Trato de regresar mi mirada al móvil pero incluso siento que he olvidado lo que iba a hacer; pareciera que lo hubiera visto antes, su rostro me es familiar; de reojo noto que coloca sus codos sobre la mesa, veo que el mesero se acerca con mi orden.

—Jugo de naranja, un sandwuich de jamón y una ensalada de frutas express, como ordenó señorita, buen provecho. —me deja el desayuno sobre la mesa, agradezco y toma el pedido del joven.

***

Treinta minutos después, he terminado de desayunar, él parece que ha pedido solo un jugo. Miro a mi alrededor por un momento dándome cinco minutos de descanso antes de regresar a mi realidad “la firma de Mr.Watson”, suelto un respiro discreto, pero parece que él me ha escuchado.

—Mi nombre es Dave y ¿el tuyo? —lo dice y levanta su botella de jugo, dando el último sorbo, suelta la pregunta sin filtros, me descoloca por un momento, según su acento deduzco que es español.

—Sanaya, mi nombre es Sanaya. —respondo, arquea su ceja y asiente.

—Lindo nombre. —Agradezco el cumplido con diplomacia.

—No eres de aquí. ¿Cierto?

—No, sólo vengo por trabajo. —Pienso que en definitiva, debo ser menos obvia como extranjera, es la segunda  persona que lo nota, me cohíbo un poco.

—Entiendo, aún no me has devuelto la pregunta pero me adelanto, yo estoy aquí por estudios. —Me regala una amplia sonrisa, me detengo a observarlo mientras habla pero me interrumpe el sonido del móvil.

 «Siempre pasa algo, ashhhh»

—Disculpa tengo una llamada. —veo la pantalla de reojo y es Melany, presiono el botón verde para responder, noto que Dave me hace señas de que no me preocupe.

—Adelante. —afirma.

—¡Hola Melany dime!

—¡Hola Sanaya, mujer! Al fin me entra la llamada, que bueno que el roamming sirva de algo, cuando puedas conectarte al wifi del hotel, revisa un informe que te envié, ese quedó pendiente, acá es tardísimo pero bueno te aviso porque el jefe de finanzas me está presionando con eso, mañana a lo que llego a la ofi lo chequeo. ¡Ah! y no olvides contarme como te está tratando Dubai. —usa un tono de curiosidad que me divierte al otro lado de la llamada.

—Claro, claro Mel hablaremos luego, no te preocupes. —respondo entre risas, levanto mi mirada con disimulo y Dave está contemplando la piscina de una forma tan conectada y profunda, él no se da cuenta que lo miro, o al menos eso creo. Me despido al otro lado de la línea y cuelgo. Me resuelvo a retirarme del lugar, mientras tanto retrocedo un poco la silla y me levanto, Dave vuelve su mirada a mí.

—¿Ya te vas? —Asiento extendiendo mi mano para despedirme. Él se sorprende de mi formalidad, mira mi mano, niega con una sonrisa, pero corresponde.

—Ha sido un gusto Sanaya, ¡hasta pronto! —Sujeta mi mano con suavidad, consiguiendo mi atención a su intensa y azulada mirada una vez más.

—Un placer Dave.  —Me retiro dirigiéndome al elevador, no volteo, no quiero quedar como tonta al mirar atrás y chocar con su mirada. O quizá no. —Pienso.

Presiono el botón del piso 7 para ir a mi habitación, debo revisar el informe que me ha pedido Melany, y agendar la firma con Mr.Watson pronto.

Tomo el ascensor, camino por el largo pasillo, saco mis llaves del bolso con intrepidez, giro la manija, entro y cierro la  puerta con seguro detrás de mí, me quito el enorme sombrero de verano dejándolo en el colgador de la puerta. Me quito la blusa y el brassier,

—Qué bien es trabajar así. —Me digo, mientras me coloco un vestido corto de algodón. Hago un par de llamadas, pongo mi laptop en el escritorio, tomo el ipad que me entregaron, presiono el botón blanco para abrir las cortinas beige, dejando la traslucida, se corren a una velocidad media, dejándome una vista panorámica espectacular, a lo lejos se aprecia el hotel más caro del mundo con 7 estrellas en Dubai, el famoso Burj Al Arab.

―¡Qué lujo! ―Observo un sol que sigue resplandeciente, enciendo el aire acondicionado, me dispongo a trabajar.

—Tener un control para todo es más que increíble. ―Pienso.

«Me ahorro eso de levantarme a cada rato.»

—Cero interrupciones Sanaya, concentración, olvídate de todo, eso incluye al español. —Me repito en voz alta mientras pongo canciones instrumentales en la compu, para relajarme. —Suelto un suspiro y me acomodo en mi silla.

***

Algunas horas después, he pedido que me traigan un almuerzo express a la habitación; le he dejado un mensaje por w******p a Melany indicando que ya le he reenviado el archivo que necesitaba y contándole un poco de cómo me ha ido hasta el momento aquí; aprovecho escribiéndole a Henry, para avisar que he llegado bien.

Y al fin me decido por llamar a Mr.Watson. Sí, mi razón principal en Dubai.

Me levanto de la silla, cargo en mi mano un bolígrafo, camino de un lado a otro en la habitación, esperando a que me responda, me llevo la cabeza de la pluma en mi labio inferior, —Qué horror por qué no responde! —ruedo mis ojos con desdén.

—Mi virtud no es la paciencia. —me reafirmo.

Vuelvo a marcar y... me contesta una joven que, se identifica como su asistente personal, pregunto por el Señor Watson pero me dicen que ha salido, que le devuelva la llamada en una hora. Me tenso al escuchar eso y cuelgan.

Niego, escucho la puerta, antes de abrir coloco una bufanda encima de la bata corta que cargo puesta, cubriendo la libertad de mis pechos sin brassier, y veo que mi orden ya está aquí, agradezco a la joven uniformada que me ha traído el pedido, ella se retira enseguida.

Cerca de la ventana hay una mesa con marmoleado gris y negro, y una silla alta a la altura para servirse algún break, decido utilizarla para almorzar.

Minutos después, decido salir a tomar un poco de aire para descansar la comida, me alisto y me voy a la planta baja del hotel, cerca del lobby; cargo un pantalón jean azul marino, una camiseta blanca dentro de éste y unos zapatos tennis, llevo mi celular con auriculares, escucho algo de la banda de 5SOS.

<<En definitiva necesito relajarme, me siento demasiado tensa.>>

Me ubico en la sala que está cerca de la recepción, hay un enorme  sofá color café que combina bien con los lujosos detalles del lugar, tienen un magnífico acuario que ocupa media pared, luce elegante, me acerco más.

—¡Hola pececitos! —digo en voz baja dando unos suaves toques con mi dedo índice al cristal. Los peces son coloridos, uno pequeñito de color naranja con líneas negras, otro amarillo, otro plomo con manchas rojas, unos medianos de diferentes colores.

—Cuánta variedad, es hermoso.

—Sí, lo es. —Me interrumpe una voz, me saco uno de mis auriculares. Volteo y mis ojos quedan paralizados al ver al español por aquí, carga un atuendo deportivo.

—Hola, lamento haberte asustado, no fue esa mi intención. —lo dice usando su acento que agrada.

—¡Oh no te preocupes!, me has tomado por sorpresa, pero ¿cómo así por aquí?

—Me alisto parar entrenar, ya mismo me pasan recogiendo, y ¿tú?

—Ah pues... qué te diré. —Suelto un suspiro.

—Tu trabajo, ¿cierto?

—Un poco.

—Si deseas podemos charlar un rato, claro si es que no os incomoda. —Lo dice preguntando con una mirada cálida. Confirmo con el rostro y me hace señas de que nos sentemos en la mesa que esta diagonal al acuario.

Acomodamos nuestras sillas, pide que nos traigan algo de beber, elegimos jugos naturales.

—Y bueno, ammmm no te lo había dicho, pero soy de España -sonrío.

—Okay ¿es graciosa mi nacionalidad? —cuestiona algo curioso, arquea una ceja de una forma pícara.

—No, solo que ya lo sabía, el acento de ustedes es algo que nunca puede pasar desapercibido.

Ríe, y me mira con tal sutileza que mueve mis sentidos, sus pupilas se clavan en las mías, me sostienen por un momento pero luego me incomodo un tanto y...

—Bueno cuéntame de ti, ¿qué te ha traído por Dubai? —me pregunta y coloca sus codos sobre la mesa, mostrando sus trabajados brazos, trato de concentrarme en su mirada para no desviarme.

—Debo cerrar una negociación con un inversionista para la empresa a la que trabajo, tomar una firma y ya.

—¡Entiendo! Pero ¿venir acá solo por una firma? —lo miro y pongo mis ojos en blanco.

—Sí, yo también pensé lo mismo que tú, pero ni modo, son órdenes y debo cumplirlas.

—¡Vaya!

—Pero bueno y tú a qué te dedicas, me habías dicho que viniste por estudios ¿qué carrera sigues? —levanto mi barbilla en señal de que era su turno en la plática. Sonríe. De a poco empezamos a tomar más confianza.

—Vaya, lo has recordado bien, ahmmm antes de continuar, crees que podamos intercambiar números, o sea lo digo para salir y charlar, no sé, quizá te apetezca conocer algo de Dubai en lo que dura tu estadía.

—Claro que sí, ¿tu vives acá? —comento algo emocionada, pero antes de responder saca su móvil y apunta mi número, me timbra y yo registro el de él.

—Pues no, a ver os explico, llevo algo de tiempo conociendo esta ciudad porque fui asignado por la escuela de buceo, en donde estoy cumpliendo una expedición como parte de mi certificación para ser buzo profesional. —me sorprendo al escuchar eso.

—“Buzo” te refieres a nadar en profundidades y ¿todo eso? —respondo algo admirada, coloco mis dos codos sobre la mesa, poniendo mas atención en lo que dice. —Él asiente.

—¡Así es! Era mi sueño desde chico, es más trabajo en esto.

—¡Vaya! Suena interesante.

—Lo es, créeme que lo es, te vi cerca del acuario, ¿te ha gustado? —me ruborizo por un momento al recordar que me vio dando toques al cristal, hablándole a los pececitos como toda una niña infantil.

—Me llama la atención la vida submarina, pero no es que nado profesionalmente. —advierto, él sonríe.

—Amo los acuarios, espero conocer alguno más adelante. —digo.

—¡Qué bien! Es una experiencia increíble, aquí en Dubai hay algunos.

—¡Me imagino! Pero soy fan de los que cuidan especies en extinción.

—Vaya, es guay escuchar a una mujer que se interese por aquello. —su acento me tenía prendada.

—Te seré honesta, mi línea es más de comercio exterior, cultura, pero la naturaleza es inevitable, me conecta con una paz única, ¿te ha pasado?  —sostengo.

—Sanaya disculpa me están llamando. —nos interrumpen, asiento y él atiende su celular.

—¿Pero el resto ya está en el resort? —lo escucho preguntarle a su interlocutor al teléfono.

—Perfecto, enseguida salgo. —cuelga, toma su mochila, y se levanta de su silla.

—Sanaya disculpadme, me están esperando, te llamaré luego, ¡vale! —Cuando veo que se acerca de forma repentina, me abraza y me deja un beso bien dado en la mejilla que tumba mi realidad por un instante. Sonríe y veo cómo se aleja, una furgo blanca lo está esperando fuera del lobby.

Mi mano toca la mejilla que ha besado, sonrío como tonta.

«¿Es que acaso te puedes enamorar de alguien en tan solo cinco minutos?»

 —Sanaya, concéntrate, ¿dónde dejas a Henry? Aunque después de todo. ¡Dave es un amigo, no! ¿Qué tiene de malo? —me regaño en silencio, mientras miro la hora en mi móvil,  me tenso al recordar que debía llamar a Mr.Watson.

—¡Oh por Dios, Mr. Watson! Lo olvidaba.

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