Ambos entraron en la habitación y una cama enorme ocupaba la mayor parte del cuarto donde él la tendió, en esos momentos ella solo llevaba un camisón de seda con encaje que le marcaba su figura, iba descalza y con el cabello suelto y para más placer ella olía a cerezas. Le subió el camisón dejándola completamente desnuda.
—¡Eres una mujer muy hermosa, Megan!
Ella no le contesto, solo lo miraba con aquella mirada tan dulce que muy pocas veces él lograba ver en ella cuando estaban juntos, se desprendió de su ropa, se inclinó sobre ella y la beso nuevamente mientras que ella lo sujetaba de la nuca para poder dar profundidad al beso. Las caricias de Jack eran descomunales, sentía una corriente electrizante por todo su cuerpo adoraba que él la tocara, la hiciera estremecer, deseaba que solo él, la hiciera suya por el resto de sus vidas.<
—¿Quién la llevo? Estaba realmente furioso con Megan.—La llevo Rodrigo, pero en su propia camioneta.—¿Por qué nadie me llamo temprano? Es que yo no cuento en esta casa. Exclamo tenso.—¿Y tú porque te molestas? No era lo que querías, creía que la presencia de mi nieta te inquietaba, pues ya no está puedes relajarte.—Soy el dueño de este rancho, por lo menos debió decirme que se iba.—Bueno ella me dijo que te diera las gracias por todo. Además su vuelo salía muy temprano.—¡Yo me levanto temprano, con un demonio! Se levantó pegando las palmas de las manos en la mesa.—¿Y de que va todo esto? Le Grito Grisell.—¡Increíble! Me largo y no me esperes para almorza
Su amigo se encamino hasta la casa, no quería ni imaginar el sermón de Grisell mas tarde. Pero Rodrigo tenía mucha razón, tomaría un avión y la iría a ver y así se quitaría esa frustración de una vez por todas. En cuanto la viera le diría todo lo que se había aguantado y regresaría como nuevo a casa y no volvería a pensar en ella.Había pasado más de tres meses que Megan había regresado a Atlanta, el banco y la casa estaban en orden y su embarazo marchaba muy bien, aun no sabía que sexo era él bebe lo importante era que estaba sano, las náuseas habían cesado, su barriga aún no se le notaba pero igual se sentía muy emocionada. Llevaba días pensando en ir a visitar a su abuela, aprovechando que su vientre no era tan notorio, si la llegaba a descubrir diría que estaba saliendo con alguien y con
—Entonces no vamos a llegar a nada Jack.—No puedo prometerte nada más por ahora Megan.—Entonces ya hemos terminado esta conversación ¿No crees?—Bien Megan Blake, hemos terminado esta conversación. Le dijo muy molesto.Salió de su despacho hecho una furia mientras que ella se juraba que sería la última vez que se acostaría con él. Se derrumbó a llorar en su sillón con las manos en la cara lamentándose de que él no se diera cuenta de lo que ambos podían haber podido tener.—Todo está listo Grisell, tranquila todo saldrá bien, le prepare una habitación de las de abajo no quiso la de arriba. Le comento Melisa.—No importa no quiero que se incomode, debe de estar por llegar ya. Estoy muy ansiosa. Le dijo Grisell.—
Que podía hacer, afrontar ese asunto de una vez por todas. Sabía que no se movería de allí, con lo terco que era. Se armó de valor y se dispuso a ponerse en pie, se giró donde encontraba su toalla y lo ignoro totalmente. Le daba igual lo que pensara aunque estuviera muerta del miedo. El miro muy sorprendido su vientre muy poco abultado, efectivamente la blusa mojada se le había pegado al cuerpo dando a conocer su secreto, ella se cubrió con la toalla y espero el veredicto de Jack.El silencio se hizo eterno entre ambos, y en los ojos de Jack se notaba una gran tristeza como de haber perdido algo muy valioso, ella se preguntó si sería capaz de sospechar que él bebe fuera suyo.—¡He de irme ya!—¿Por qué no me lo habías dicho?—Jack, este no es el momento.—Cuando fui a verte
—¿Por qué me miras así?—Porque no puedo creer que estés embarazada, y no me puedo creer las ganas que tengo de hacerte el amor.—Eres un descarado, estabas con otra mujer y según lo que acabas de decir salió todo perfecto. Y ahora me sales con que quieres acostarte conmigo. ¡Eres un, cara dura!—Si mal no recuerdo tú has hecho lo mismo conmigo, a diferencia que ya estabas embarazada.Ella se mordió el labio para acallar todo el rollo que quería soltarle.—Me parece que lo mejor es que te vayas.—Mi cita fue aquí mismo Megan, de hecho, fue en mi propio despacho.—¡Oh genial! Piensas contarme los detalles. Era tan cínico que había metido a otra mujer en el mismo lugar donde le había hecho el amor a ella.—
—Megan debiste decírmelo. Yo fui muy bruto, yo...—Jack por dios, ese no es el problema aquí.—Sí, sé que no lo es, solo que yo, no se… Debiste decírmelo todo, hubiera tomado precaución. —¡Pues lo siento!—¿Entonces es mi bebe el que llevas en tu vientre? Le sonrió y se arrodillo para tocar su vientre.Ella no se esperaba algo así, no iba tan mal aquello después de todo.—Si es tu bebe Jack.—¿Pensabas tenerlo sin decirme una sola palabra? Le reclamo.Había llegado el momento que ella temía, sabía que él le reclamaría por ocultar su embarazo por los cuatro meses.—Bueno y que querías, no sabía cómo ibas a tomar una noticia como esta. En tu despac
Pasaron el día remodelando la habitación de Jack, dejándola al gusto de Megan. En la tarde Rodrigo y Jack llevaron a las damas a San Antonio para que compraran lo que necesitaban para la celebración, mientras que ellos hacían los encargos para el rancho.—¡Entonces quieres que sea tu padrino de bodas, después de haberme dado un puñetazo! Dijo sobándose el sitio donde Jack le había dado el golpe.—Sabes bien que te lo merecías, además te pedí disculpas.—¡Si pero eso no compenso el golpe!—¿Y qué demonios quieres? Ambos estaban tomando unas cervezas en un bar que frecuentaban cuando solían ir a la ciudad.—Me gustaría que me vendieras un pedazo de tierra, cerca del arroyo.—¿Y para que la quieres?—Q
Megan sentía que había dormido por días, su cuerpo estaba tan tenso, pero de pronto unas manos la acariciaban despertándola por completo, aún era de noche, cuando se volvió noto que era Jack quien la tocaba. —¡Lo siento te he despertado! —No pasa nada. ¿A dónde fuiste? —A los establos, a pensar. —¿Y qué pensabas? —¡Que soy un idiota! Aquella respuesta le dio risa a Megan. —Si es por lo de hace rato, ya lo olvide. —Es por todo, por cómo te he tratado. —Está bien Jack. Eso sí que era un buen comienzo pensó. —Esta noche sigue siendo nuestra noche, y pienso hacerte el amor. La volvió hacia él besándola dulcemente para comenzar a consumar su matrimonio, convirtiendo a Megan en su esposa. Pronto las cosas fueron mejorando entre la pareja de casados, y comenzaban a llegar las noticias. —Patrón, tiene q